La respuesta del gobierno de JM Santos es enviar más tropas a Catatumbo y levantarse de la mesa del diáologo. |
Con el
comportamiento del gobierno en el conflicto sociopolítico del Catatumbo se
desenmascara su falaz retórica en el tema de la paz. Mientras en La Habana
proclama su adhesión a la democracia y al respeto por la diferencia, en los
conflictos sociales reales niega los derechos y hace uso de la violencia para
aplastar las demandas populares.
En la explosión campesina del Catatumbo Santos
ha mostrado su verdadera naturaleza autoritaria y neoliberal en favor de las
multinacionales mineras, el militarismo uribista, las mafias
del narcotrafico y la corrupción de la clase política nortesantandereana.
El comportamiento de los delegados
oficialistas está plagado de cinismo, demagogia incoherencia e
intolerancia frente al pliego y la movilización rural ocurrida en Tibu, Ocaña,
San Calixto, Convención, El Carmen, Ábrego, Teorama, Tarra, La Laya, La
Gabarra, Zulia y Sardinata.
Hoy las conversaciones están en
un callejón sin salida.
La eminencia gris que mando la Casa de Nariño
(para reemplazar el borracho de los chistes malucos), un empresario
de Tras Milenio en Bogota, dizque experto en solución de conflictos,
ha hecho todo lo contrario de lo que sugieren los protocolos universales
conocidos para las negociaciones concertadas. Lo primero que le pidió a los
delegados agrarios era que suspendieran su huelga y guardaran el pliego de
peticiones.
Con esta jugada sometió, durante cinco días, a
un desgaste la protesta popular.
No obstante que el Ministro del Interior
anunció, con bombos y platillos, que pagarían la deuda social del
Estado con los campesinos, ordenaron excluir el tema de la Zona de Reserva
Campesina y su Plan de Desarrollo, único proyecto que permite proyectar con seriedad
las soluciones a los graves problemas de casi 300 mil ciudadanos de la zona.
El señor Santos no tiene voluntad democrática
y bloquea las soluciones en el Catatumbo.
Igual sucede con los otros asuntos incluidos
en el pliego.
No acepta revisar el punto de la Locomotora
minera y sus graves daños sobre los ríos, el bosque y recursos naturales. Prefiere
que las multinacionales sigan con el saqueo del carbón y el petróleo, que
abunda en dichas tierras, pero es una desgracia para sus pobladores porque los
únicos beneficiarios son los capitales extranjeros y los políticos
del régimen que se roban las pocas regalías que quedan.
No admite debatir ni analizar la situación de
los derechos humanos, en una región martirizada por el militarismo que impera
con la zona de consolidación y recuperación estratégica, donde los militares
fascistas imponen su ley con empadronamientos continuos y con la instalación de
batallones en escuelas, hospitales, iglesias y las viviendas de los campesinos.
Impone un enfoque equivocado en el punto de la
erradicación de los cultivos de coca porque ha estigmatizado los raspachines
como grandes narcotraficantes, mientras mira para otro lado frente al Cartel de
los "Pepes Alvarez", la mafia que se adueño de Puerto Santander y de
medio Cucuta, donde lava dineros de la exportación de coca por Venezuela, con
la construcción de lujosos conjuntos residenciales en el Oriente de la Ciudad. Misma
mafia que reactivo los paramilitares organizandolos como las Autodefensas de la
Frontera, comandadas por alias Chang, un siniestro y criminal personaje que se
mueve en Cucuta y la frontera con la complicidad de las autoridades penales y
policiales que lo visitan con frecuencia para tomar Whisky en su
masion del conjunto siguiente a Prados del Este.
Y omite la corrupción de los políticos de
la región senadores y representantes, con diputados, gobernadores,
alcaldes y diputados, que saquean los dineros de las regalías de la Ley de
victimas y de la reconstrucción de Gramalote que nunca se dio.
Ocaña es un ejemplo de corrupción en el
Catatumbo. Allí el representante ultragodo Ciro Rodriguez dispone a
su amaño y capricho de instituciones y presupuestos que desvia para su
beneficio, el de sus amigotes de directorio y el de sus familiares. Y Santos lo
celebra y recompensa con jugosas prebendas ministeriales.
Sigue la tormenta en el Catatumbo y los
campesinos requieren de la solidaridad de todos.