Allende La Paz, Cambio Total.
Dicen los abuelos que « todo tiene su
tiempo ». Hasta la muerte. Y ello pareciera ser cierto si contemplamos el
escenario nacional. Aunque a decir verdad un tiempo se superpone al otro y
opaca al primero.
La guerra ha tenido su tiempo. Desde 1948
hemos soportado la guerra y sólo en cortos intervalos hemos tenido los
« tiempos de Paz ». La guerra ha sido adelantada desde el Estado
contra el pueblo. Ello ha significado sufrimientos y dolor, violaciones de
derechos humanos por el Terrorismo de Estado de la DSN, ausencia de políticas
en favor de las mayorías, además de 500.000 víctimas y más de 5,6 millones de
desplazados en todo el territorio nacioanl, convirtiendo a Colombia en el
primer país del mundo productor de desplazados.
Todos los presidentes han ganstado ingentes
cantidades de pesos y dólares para aceitar la maquinaria de guerra. El resultado
militar ha sido el nacimiento y fortalecimiento de las FARC, hoy FARC-EP,
y la derrota de cuanto plan militar les han puesto enfrente para acabarlos. El resultado
político ha sido la más estruendosa derrota política porque hoy estamos
viendo a las FARC-EP sentada en la Mesa de Conversaciones de La Habana
presentando y discutiendo propuestas políticas de solución dialogada al conflicto
interno.
Se dice que todo aquel que se embarca en una
aventura guerrerista debe tener como norte la Paz. No ha sido así en
Colombia. Los agenciadores del estado solo contemplaban una única
alternativa: la derrota de las fuerzas insurgentes armadas populares. Por ello,
los vemos « dando palos de ciego », erráticos, y el
« ciego » de las FARC, Jesús Santrich, dando palos de vidente, viendo
muy bien a dónde van.
Igualmente se dice que subterráneamente a la
posición oficial, propagandizada ésta por los medios de comunicación en poder
de la oligarquía, va naciendo y creciendo una nueva corriente, opositora
si se quiere, que lucha por la Paz. Ha ido emergiendo toda una gama de
luchadores por la Paz, incluso algunos desde la orilla oficial. Y se ha ido
dando lo que se llaman los « amigos de la Paz », que han ido
elaborando toda la teoría que sustenta la salida política al conflicto interno.
A pesar de la guerra en que la oligarquía ha
sumido a nuestro país son los tiempos de la Paz. Tiempos de Paz que han pasado
por las acciones militares de las FARC-EP que han obligado al estado y su
gobierno a sentarse en la Mesa de La Habana. La voz de la Paz no puede
acallarla el ruido ensordecedor de la guerra. Los disparos de la fusilería y el
estruendo de las bombas ha encontrado un pueblo gallardo que no sólo enfrenta
la agresión militar, sino que adelanta acciones por la salida política al
conflicto, que lucha por la Paz.
Ahí están los Colombianos y colombianas por la
Paz, la Marcha Patriótica, la U.P. remozada por un acto de justicia burgués, y
naturalmente las FARC-EP, creando a golpe de lucha espacios para ambientar la
paz de nuestro país. Ahí están los campesinos, los indígenas, los obreros, los
estudiantes, las mujeres, los habitantes de las barriadas, los teatreros
haciendo su trabajo, en fin, el pueblo mismo luchando por la Paz.
Evidentemente que todos quieren ahora montarse
al « tren de la Paz » con la pérfida creencia que ellos le darán la
dirección que a ellos les interesa. Nada más falso. Nuestro pueblo sabe que
« esos » cuando se den cuenta de que no pueden conseguir sus
objetivos se lanzarán del tren en movimiento.
El pueblo sigue adelante hasta la
consecución de sus objetivos, la paz con justicia social.
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Publicado por Blogger en CambioTotalRevista el
7/11/2013