martes, 9 de julio de 2013

La rebelión de las periferias: Guapi afro alza su voz. Por Horacio Duque.




La periferia colombiana está que arde. Las poblaciones marginadas están agotadas de tanta mentira y engaño de los políticos liberales y conservadores. Viven en el abandono total y las instituciones centrales del Estado se encuentran de espaldas a su drama permanente. Y eso que hablan de Prosperidad Democrática y paraísos sociales que solo existen en la imaginación del Príncipe de Anapoima, el señor Santos
No hay vias. El Estado no funciona. Las basuras asfixian a los pobladores. Los sueldos no se cancelan a los empleados públicos. Los maestros no reciben su paga. Los hospitales están abandonados. los Alcaldes se encuentran ausentes porque se dan la gran vida en las ciudades capitales y la violencia es una plaga cotidiana, con las consecuencias sabidas de desplazados, muertos y desaparecidos, que golpean a los más pobres y vulnerables.
Es exactamente el cuadro social, político y humano del municipio de Guapi, en el departamento del Cauca, Costa Pacifica central, donde viven 33 mil colombianos, la mayoría afrodescendientes que han trabajado por años en las minas, la pesca y la agricultura.
Guapi, milenario asiento de los indios Guapies, es escenario de una importante protesta de 1200 habitantes que se cansaron de la negligencia de las autoridades centrales y de la violencia que afecta su zona rural y urbana.
Desde hace 10 días se realiza allí un paro que exige arreglo de las vías, renuncia del Alcalde Yarley Ocoro, un politiquero que abandonó su ciudad porque se la pasa todo el tiempo en pachangas y frivolidades en Cali, departamento del Valle del Cauca, desatendiendo las demandas y necesidades de los habitantes del municipio. Ademas, los integrantes de la Asociación Coconuco, que reúne a los Consejos Comunitarios de la región, demandan la construcción de las obras de saneamiento y el manejo adecuado de las basuras.
También denuncian la feroz violencia que asola las veredas y los barrios de la localidad.
Se alza la voz olvidada de los afrodescendientes del Pacífico colombiano que tomaron la determinación de organizarse para luchar por sus derechos fundamentales y por la paz.
Así que no es solo el periférico Catatumbo el que se moviliza con su justo pliego de peticiones. Crece la audiencia.