Metafísica ecológica, calamidad humana
Darío Botero Pérez
CONTENIDO
“La verdadera motivación es la
supervivencia,
nuestro bienestar y el amor por
nuestros seres queridos”
Tomado del anexo que denomino SSS
1/5 Consideraciones sobre racionalidad e igualdad
La racionalidad nos une, permitiendo que nos
entendamos al reconocernos como iguales capaces de compartir ideas, espacios y
tiempos, fundados en hechos objetivos, intereses genuinos, razones lógicas y
argumentos sólidos, claramente identificados y expresados.
Las creencias nos separan y nos enfrentan; nos
esclavizan pero fortalecen nuestra identidad singular, ya sea como individuos o
como grupos, pueblos o culturas. Por eso, los potentados promueven la fe entre
las mayorías mientras intentan reservarse la racionalidad acatando el principio
de que “entre bomberos no nos pisamos las mangueras”…
Recuerdo haber leído hace algunos lustros una
observación inteligente sobre la confirmación, prematura y accidental, de la
teoría de la selección natural que fundamenta los aportes de Charles Darwin al
conocimiento objetivo que tanto nos han permitido avanzar y despejar las
mentes.
Igual de provechosos para vencer la ignorancia
impuesta por los potentados a las mayorías han sido los aportes de otros
lúcidos con vocación científica y auténticos sentimientos de orgullo y
solidaridad con la especie, a la que se han negado a estafar o engañar, al
contrario de los canallas ineptos, ambiciosos y mediocres que se reservan el
derecho a embaucarla, defraudarla y gobernarla.
Los sabios prefieren ofrecerle salidas civilizadas,
que no pueden ser más que democráticas, en vez de los delirios de un caudillo
redentor con que la seducen y reducen los politiqueros.
En conjunto, los científicos auténticos nos han
aportado elementos racionales para liberarnos del oscurantismo promovido y
difundido por los líderes espirituales que se atribuyen virtudes escatológicas
y superioridades sin fundamento sobre las demás personas, pero cuya función
social respecto a los poderes establecidos es mantener a las masas embrutecidas
con dogmas incuestionables, fanatizadas y confundidas aunque prestas a defender
los intereses de sus verdugos apoyando sus absurdas teorías piramidales.
Éstas les atribuyen grandezas imposibles a las bestias
depredadoras, ineptas, perversas, mediocres y desalmadas que han dominado en la
Historia, ya sea con sotanas, cetros o charreteras, y que están acabando con la
Vida condenando a las mayorías a las pestes, la miseria y la hambruna al
destruir acelerada y profundamente la biosfera que nos ha sustentado a todos
hasta ahora.
Por eso es indispensable remplazar las sociedades
jerárquicas por sociedades planas que reconozcan la igualdad esencial del ser
humano, refrendada por las leyes y admitida y disfrutada por todas las
personas.
En cuanto a mi remembranza, se trataba del hecho de
que las mariposas que se posaban en los troncos de los árboles ingleses,
mayoritariamente de color café claro en los comienzos del s. XIX, a medida que
se fue extendiendo el industrialismo fundado en la quema del carbón,
adquirieron un tono azabache.
O sea, no se trataba tanto de la inflexible adaptación
de los más capaces como de la elemental supervivencia pasiva de los individuos
que lograban mimetizarse en los troncos al ritmo que el hollín los iba
cubriendo, ensuciando y ennegreciendo (o contaminando, como decimos ahora), de
modo que los pájaros y demás enemigos naturales no los identificaban, mientras
a los pálidos no dejaban de verlos y tragárselos.
Le atribuyo la observación a Carlos Marx o a Federico
Engels; pero, realmente, no recuerdo la fuente.
Tampoco importa mucho tal olvido en la medida en que
las ideas, opiniones, postulados, creencias, dogmas y cualquier discurso
conocido, se convierten en asunto público que puede y debe merecer atención por
sí mismo.
Al respecto conviene proceder con absoluta independencia
de la fuente, para que no sea ésta sino la validez y la fuerza de su aporte las
que alienten la crítica, sin necesidad de caer en enfrentamientos personales
que tergiversan los temas y desvían la atención de lo realmente importante a
cambio de la feria de las vanidades que nos ancla al pasado inflando mediocres
fatuos.
Desde luego, las diversas, simultáneas, globales y
gravísimas agresiones a la biosfera y a las diversas formas de Vida por parte
de las corporaciones trasnacionales dedicadas a destruir la naturaleza y
diezmar a la Humanidad –como las madereras, las mineras, las petroleras, las
constructoras de enormes infraestructuras, o las dedicadas a la caza y pesca
industriales, entre tantas empeñadas en precipitar el Juicio Final-,exigen una
urgente, racional y consecuente reacción multitudinaria, a nivel mundial, que
detenga el irreparable crimen ecológico de forma inmediata, para impedir que
los daños sigan aumentando, deteriorando rápidamente las condiciones para que
la Vida se reproduzca y perpetúe.
Cada día los daños son inmensos, lo cual pone de
manifiesto la urgente necesidad de detener las agresiones, castigando a los
culpables que siguen disfrutando de una impunidad absolutamente injustificable.
Pero, evidentemente, no serán los gobiernos de lacayos
(¡todos lo son!) sino las multitudes conscientes de la Aldea Global -ese 99% de
despojados amenazados con la extinción por los parásitos arrogantes-, quienes
habrán de parar los crímenes cometidos por el 1% conformado por los decrépitos
y moribundos enemigos comunes. Y hemos de hacerlo pronto, pues el tiempo se
agota a un ritmo auténticamente satánico sionista.
2/5 Tufillo dogmático
En vez de análisis sólidamente fundados en los textos
marxistas pero ajenos al espíritu científico que el maestro se esmeró por
difundir, de cuya letra no se atreven a separarse los fundamentalistas ateos
así se refieran a asuntos ya superados por el devenir histórico; conviene
observar la realidad con ojos dialécticos, identificando y rechazando
prejuicios ideológicos, buscando evitar la evidente destrucción de la Vida y de
la biosfera que vienen protagonizando los potentados.
Proceden ante la mirada estupefacta e impotente de las
mayorías condenadas por tales crímenes, pero que -ante la estafa financiera, el
despojo de sus conquistas sociales y el consecuente deterioro de sus
condiciones de vida- consideran prioritario atender sus necesidades básicas
personales, como si el problema fuese individual y no impuesto a todos los
individuos mediante las maniobras financieras y fiscales de los desalmados que
posan de potentados y gobernantes, y que han conformado el gobierno mundial en
la sombra al servicio del Nuevo Orden Mundial impuesto por el sionismo y la
masonería.
Por fortuna, los podremos vencer si -unidos con base
en objetivos comunes libre y mayoritariamente establecidos- actuamos como
multitudes lúcidas en vez de dejarnos manipular como masas informes por los
demagogos promotores de la desigualdad, auténticos lacayos e instrumentos
dóciles de quienes la quieren perpetuar.
Estos sicópatas involucionados que nos impiden
progresar, están encargados de agudizar y perpetuar la desigualdad, la
esclavitud y la miseria, manteniéndonos sumidos en la ignorancia, la desinformación
y la confusión que nutren el fanatismo extremista y asesino.
Es lo que buscan con los medios de comunicación y
otras instituciones alienantes y embrutecedoras puestas al servicio de los
enemigos comunes que pretenden monopolizar todos los recursos negándonos a los
demás el derecho a disfrutar las conquistas de la civilización.
Para dar nuestras propias batallas liberadoras y
libertarias, bien apertrechados, el método dialéctico materialista puede ser
más útil que el caprichoso idealismo fundamentalista de los admiradores
incondicionales de Marx, pues éstos son incapaces de apartarse de los textos
sagrados y, mucho menos, de dudar de sus afirmaciones, así sean absolutamente
anacrónicas e incapaces de aportar soluciones a los originalísimos problemas
aportados por la modernidad, que les toca resolver a las generaciones vivas.
Tales extremismos epistemológicos que erigen el dogma
como fundamento del devenir humano, son expresiones típicas de la llamada “fe
del carbonero”característica de las ideologías idealistas que a tantos
espíritus frágiles, flojos y timoratos les dan seguridad aunque les impiden
entender la realidad, de modo que jamás podrán transformarla.
3/5 Elementos de juicio
Animado con este espíritu de independencia y
objetividad, me permito difundir un esclarecedor análisis adelantado por un
marxista enjundioso, o cuya postura ideológica y amplio conocimiento de los
textos permite calificarlo de tal. Sin duda, es un ejemplo útil para quienes se
interesen en saber cómo proceden los revolucionarios para entender y
transformar la realidad, tanto como para apreciar las limitaciones que tal
enfoque pueda conllevar.
El tema convocante es el asunto ecológico, que el
autor considera tratar acertadamente desde los antagónicos puntos de vista burgués
y proletario. Éstos representan las clases típicas del capitalismo, a las
cuales Marx les concedió todo el protagonismo histórico, descartando
olímpicamente a las demás, que serían rezagos de sistemas ya superados y sin
oportunidad de jugar de nuevo en la lucha por la supervivencia y el progreso de
la especie humana.
No obstante, su persistencia demuestra que constituyen
soluciones reales. Las nuevas generaciones lo están entendiendo en la medida en
que se desprenden de las cadenas mentales impuestas por los supuestos progresos
reseñados por el materialismo histórico…
Quien lea el polémico y esclarecedor texto logrará
enterarse de opiniones realmente interesantes, dignas de ser debatidas. Unas
son bastante ilustrativas y acertadas; y otras, bastante cuestionables y hasta
retrógradas e inhumanas pues, supuestamente por repudiar la perfidia de los
capitalistas que promoverían la fertilidad humana para contar con bastantes
esclavos para extraerles plusvalía, condenan la reproducción promoviendo métodos
para suprimir la vida, como el aborto, la eutanasia y el suicidio.
Desde luego, dada la maldición que significaría la
existencia de 7.000 millones de buchones humanos–que podrían vivir holgadamente
con lo que la Humanidad está en capacidad de producir en la actualidad, si no
se lo robasen los sionistas ladrones y sus bastardos vasallos-, el delirio
sobrepoblacional defendido presuntamente por los potentados, puede resolverse
mediante esa anhelada (y hasta ahora frustrada) tercera guerra mundial.
Así se derrotaría el supuesto natalismo burgués. ¡Quizás
esa sea la intención trascendental de la revolución secreta del marxismo
financiado por los Rotschild: diezmarnos!
Como me atreví a agregar
un comentario extenso al final del revelador artículo del señor Santiago Gómez
Crespo, procedo a transcribir su texto y mis comentarios adicionales, esperando
que a alguien le aclaren algo sobre temas de tanta trascendencia y actualidad.
Pero antes, a propósito
de asuntos trascendentales y la búsqueda de soluciones adecuadas para la
preservación de los intereses estratégicos de la Vida, me permito compartir la
campaña de protección de los recursos ictiológicos que busca prohibir el
desperdicio de especies que no les interesan a los pescadores industriales,
auténticos desalmados depredadores.
Quien lo desee puede
unir su firma a la de quienes exigen cambiar la legislación europea al
respecto. La forma de hacerlo la hallan en la direcciónwww.niunpezporlaborda.org
Sin duda, este tipo de
iniciativas empiezan a configurar soluciones que debemos extender a toda clase
de asuntos susceptibles de resolverse mediante la democracia directa, sin
violencias pero con contundencias que ningún canalla se atreva a confrontar.
El Ecologismo Burgués y el Ecologismo Socialista
Ecología y medio ambiente
Santiago Gómez Crespo
1.- El Pensamiento Marxista.
La diferencia entre el pensamiento burgués y el pensamiento socialista,
radica en que el socialismo científico se asienta en los dos grandes
descubrimientos de Marx. Por una parte, que la historia de la humanidad es una
historia de explotadores y explotados. Que los proletarios son tan explotados
en la sociedad burguesa actual, como los esclavos lo fueron en las sociedades
esclavistas. Por otra parte, que las estructuras económicas de producción, son
las que generan la ideología de cualquier sociedad. Las ideas jurídicas, morales,
filosóficas, éticas, sociales, religiosas y de cualquier otro tipo, son fruto
de las relaciones de producción, y no al revés. El sistema de producción, la
estructura económica y la explotación del hombre por el hombre, son las que
determinan la religión, el derecho, la moral y en general toda la estructura
ideológica de las sociedades.
También las ideas ecologistas son fruto de las relaciones económicas, de lo
que Marx llamó la infraestructura, y están determinadas por esta. La concepción
de la ecología en una sociedad, forma parte de su ideología, de su
superestructura en terminología marxista, de ese conjunto de creencias que
nacen y se asientan sobre las relaciones de producción.
La ecología es un concepto que ha aparecido muy recientemente, y en la obra
de Marx y Engels sólo he encontrado una única alusión a este. Federico Engels
al final de su artículo "El Papel del Trabajo en la Transformación del
Mono en Hombre" escribe: "Los capitalistas individuales, que dominan
la producción y el cambio, sólo pueden ocuparse de la utilidad más inmediata de
sus actos". Inmediatamente después añade en una especie de apéndice:
"La ciencia social de la burguesía, la economía política clásica, sólo se
ocupa preferentemente de aquellas consecuencias sociales que constituyen el
objetivo inmediato de los actos realizados por los hombres en la producción y
el cambio. Esto corresponde plenamente al régimen social cuya expresión teórica
es esa ciencia. Por cuanto los capitalistas aislados producen o cambian con el
único fin de obtener beneficios inmediatos, sólo pueden ser tenidos en cuenta,
primeramente, los resultados más próximos y más inmediatos.
Cuando un industrial o un comerciante vende la mercancía producida o
comprada por él y obtiene la ganancia habitual, se da por satisfecho y no le
interesa lo más mínimo lo que pueda ocurrir después con esa mercancía y su
comprador. Lo mismo ocurre con las consecuencias naturales de esas mismas
acciones."
A continuación pone un ejemplo ilustrativo de dichas consecuencias naturales:
"Cuando en Cuba los plantadores españoles quemaban los bosques en las
laderas de las montañas para obtener con la ceniza un abono que sólo les
alcanzaba para fertilizar una generación de cafetos de alto rendimiento, ¡poco
les importaba que las lluvias torrenciales de los trópicos barriesen la capa
vegetal del suelo, privada de la protección de los árboles, y no dejasen tras
sí más que rocas desnudas! Con el actual modo de producción, y por lo que
respecta tanto a las consecuencias naturales como a las consecuencias sociales
de los actos realizados por los hombres, lo que interesa preferentemente son
sólo los primeros resultados, los más palpables. Y luego hasta se manifiesta
extrañeza de que las consecuencias remotas de las acciones que perseguían esos fines
resulten ser muy distintas y, en la mayoría de los casos, hasta diametralmente
opuestas...".
Las acciones de los explotadores, tienen con frecuencia consecuencias
inesperadas que inciden en todos los aspectos, también en el ecológico.
Desgraciadamente, aunque Engels era uno de los pocos que a finales del XIX se
interesaban por los problemas ecológicos, su análisis no pasa de este punto.
2.- Una Visión Biológica de los Problemas Ecológicos.
Todos los seres vivos viven en ecosistemas o biocenosis. La alteración de
un sistema biocenótico, mediante la ruptura del equilibrio por eliminación de
una de sus especies integrantes, o por la introducción de una especie nueva,
puede tener consecuencias desastrosas para el conjunto del ecosistema, e
incluso para la biogeocenosis en general.
La simple reducción de los pájaros insectívoros en un ecosistema, puede
originar un crecimiento desmedido de los insectos, que al incidir sobre los
animales y las plantas, puede destruir totalmente la biocenosis. La
introducción de los conejos en Australia, supuso el aumento de su número hasta
convertirse en una plaga. Sin enemigos naturales, estos se han reproducido en
tal número, que la flora australiana se ve gravemente amenazada, avanzado
continuamente el desierto por la acción de estos animales. Cuando las ratas
llegaron a Nueva Zelanda, provocaron en las dos islas principales la extinción
de gran cantidad de pequeños animales, que sólo sobreviven en algunas pequeñas
islas del archipiélago. Cuando en 1962, las ratas llegaron a la pequeña isla
neozelandesa de Big South Cape, en sólo tres años exterminaron a ocho especies de
aves y una de murciélagos, con el consiguiente desastre ecológico. Son también
innúmeros los casos en los que la introducción del ganado domestico en un
ecosistema ha provocado su destrucción. La Isla de Santa Elena estaba cubierta
de bosques. Se introdujeron algunas cabras, y a los setenta y cinco años estas
se contaban por millares. La enorme población caprina, acabó con todo tipo de
hierbas, arbustos y brotes de los árboles, por lo que el ecosistema primitivo
desapareció. El rey Carlos VII de Nápoles, después Carlos III de España, quiso
instalar una faisanería en la isla Prócida. A tal efecto prohibió los gatos en
la isla, y las ratas y ratones proliferaron de tal manera, que varias de las
especies de la isla se extinguieron.
La destrucción del equilibrio en un ecosistema, se produce siempre por la
introducción, el aumento o la disminución de una especie en dicho ecosistema.
Pequeñas alteraciones en una o pocas especies, originan un efecto dominó que
termina destruyendo la armonía biocenótica.
Los problemas en la biogeocenosis, en el ecosistema planetario, aparecieron
hace aproximadamente 10.000. Años, con la llegada del neolítico. Con
anterioridad a esta fecha, la población humana se calcula en menos de 7
millones de humanos, a partir de ese momento, el número de especímenes de esta
especie empieza a crecer, hasta llegar a los más de 7.000 millones actuales.
Este crecimiento desmedido de una especie, que se extiende rápidamente por
todos los ecosistemas del planeta, hace que comience una constante degeneración
de la biogeocenosis. Justo con la llegada del neolítico, la población humana se
dispara de forma exponencial y continúa creciendo de forma desmedida hasta
nuestros días.
3.-La Revolución Neolítica.
La expresión neolítico, significa piedra nueva, pues en este periodo
empieza a pulirse la piedra, pero la revolución neolítica no se basa en la
piedra pulida, sino en la agricultura y la ganadería. La agricultura nace
en el este de Siria hace 10.000 años, gracias al cultivo del guisante, el trigo
y la cebada. Al mismo tiempo y en la misma región aparece la ganadería, gracias
a la domesticación de la oveja. Debido a la aparición de la ganadería y de la
agricultura, aparece al mismo tiempo, la explotación del hombre por el hombre.
Mientras los hombres vivieron de la caza y de la recolección de frutos
silvestres, la explotación del hombre por el hombre, fue imposible. Tan pronto
como aparece la agricultura, aparece la esclavitud. Nadie puede ser explotado
como esclavo en una sociedad que vive de la caza y de la recolección de frutos
silvestres, pues con esta actividad productiva, le sería extremadamente fácil
huir. Cuando con el cultivo de los cereales, aparece el trabajo de moler el
grano, ya es posible la esclavitud. El primer trabajo que desempeñaron los
esclavos, fue muy posiblemente, el accionar los primeros molinos para obtener
harina.
En aquellos tiempos, había muchas más tierras fértiles de las que se podían
cultivar. El número de humanos era tan reducido, que cualquiera podía obtener
fértiles tierras de labor sin ninguna dificultad. Es entonces cuando aparece la
esclavitud, que fue la primera forma de explotación del hombre por el hombre.
Es esclavo nuevo o bozal, es un esclavo malo. Recientemente capturado a
conocido la libertad, no se resigna a su situación y continuamente especula con
la posibilidad de escapar. Entonces se crea una nueva forma de esclavitud,
mediante familias de esclavistas y familias de esclavos. Durante generaciones,
los hijos y los nietos de los esclavos son esclavos, y los hijos y los nietos
de esclavistas son esclavistas. Estos hijos, nietos, bisnietos y tataranietos
de esclavos, que nunca han conocido la libertad, toman con mayor resignación su
estado y no tienen a donde huir.
La riqueza del esclavista, dependía de su número de esclavos. Cuantos más
esclavos tenga, más obtendrá de su explotación o por su venta. Marx indica en
El capital: [WINDOWS-1252?]"…no sólo la trata de esclavos de África, sino
también la cría de negros, como uno de los negocios más florecientes...".
Por ello los esclavistas como clase explotadora y dominante, de forma en gran
medida inconsciente, crearán una ideología natalista. Tal y como nos dicen Marx
y Engels, toda estructura de producción, se crea la ideología que necesita y le
conviene. No es la ideología la que crea los sistemas sociales, sino que la
estructuración económica de la sociedad y sus sistemas productivos y de
explotación, son los que generan la ideología y la verdad oficial.
4.-El Efecto Biológico de la Agricultura y la Ganadería.
La agricultura es una de las acciones más agresivas con la naturaleza que
puede realizar el ser humano. Consiste principalmente, en escoger una porción
de terreno y destruir totalmente el ecosistema que en él se asienta. Una vez
destruida la biocenosis, esta se sustituye por el cultivo.Cuando alguien contempla los campos cultivados pensados que están
llenos de vida, lo que está viendo en verdad, es la total aniquilación de la
naturaleza en ese terreno. La sustitución de un ecosistema por una sola especie.
El proceso comienza destruyendo las tierras fértiles y convirtiéndolas en
tierras cultivadas. Debido a la presión demográfica, se prosigue talando los
bosques para obtener nuevos terrenos de cultivo, pastos para el ganado,
material de construcción y leña. Con el tiempo las lluvias remiten, la tierra
se erosiona y el paisaje se desertiza. Con el paso del tiempo, donde había
regadíos empieza a cultivarse el secano, después se deja el terreno para la
ganadería vacuna y ovina, después para la caprina y por último el terreno queda
como un baldío.
Son muchos los ejemplos en los que podemos ver los efectos biológicos de las
ideologías natalistas de los explotadores. Jordania es una de las primeras
regiones del mundo, en las que se dieron la agricultura y la ganadería. Aunque
actualmente es uno de los desiertos más áridos del planeta, hace 10.000 años
era una región fértil y abrupta, llena de cerros arbolados y fértiles valles,
en donde en frondosos ecosistemas, vivían gran cantidad de especies animales y
vegetales. En tiempos bíblicos se asentó en esta región un pueblo agrícola y
ganadero, conocido como los nabateos. Esta sociedad terminó de plantar los
valles de trigo y otras plantas cultivables, y eliminó gran cantidad de los
bosques para poder pastorear cabras y ovejas, entre otros animales domésticos.
Hace 2.000 años, la que había sido una región frondosa llena de bosques, se
había convertido en una estepa de rastrojos y pequeñas plantas forrajeras,
salpicada por algunos bosques. La población continuó aumentando, al tiempo que
el agua disminuía, y sus habitantes se vieron obligados a realizar grandes
obras hidráulicas para traerla desde sitios lejanos. Hace 1.000 años, en lo que
ahora es el desierto de Jordania, ya sólo se podía contemplar un paisaje
desértico salpicado por algunas manchas de vegetación. Entonces apenas quedaban
bosques y ya se habían extinguido dos tercios de las especies arbóreas
autóctonas. Hace menos de 100 años, durante la Primera Guerra Mundial, los
turcos talaron la casi totalidad de los pequeños bosques restantes, para
utilizar los troncos como traviesas de ferrocarril. En donde había hace
10.000 años, uno de los ecosistemas más ricos y exuberantes de la tierra,
actualmente se extiende uno de los desiertos más secos e inhóspitos del planeta.
Hoy en día, muchos turistas se adentran en el desierto para poder visitar las
ruinas de la que fue la bellísima y entonces enorme ciudad de Petra, capital de
los nabateos, poblada hasta hace unos 500 años, momento en que sus últimos y
escasos habitantes, la abandonaron vencidos por el calor y la arena del
desierto.
El proceso de destrucción de la naturaleza por las sociedades de la
explotación del hombre por el hombre, siempre es el mismo en todos los lugares
del planeta. Se roturan los valles y se talan los bosques, la política
natalista aumenta extraordinariamente la población y se crean civilizaciones
avanzadas. Este aumento de la producción agrícola y ganadera, modifica el
clima provocando sequías cada vez más severas. Por último se intenta
resolver el problema con grandes obras hidráulicas, pero el avance del desierto
ya es imparable, y la sociedad se aniquila a sí misma.
En Nuevo Méjico, existen gran cantidad de pueblos y ciudades abandonados en el
desierto y cuyo origen era desconocido, incluso para los indios navajos que
habitaban la región. Algunas de estas ciudades eran enormes y llegaban a tener
edificios de hasta cinco plantas. Actualmente y gracias a la moderna
arqueología, sabemos que estas urbes comenzaron a construirse en el siglo
IX, por los llamados indios chacos o anasazis, que las abandonaron tres
siglos después. Entonces Nuevo Méjico era una región cubierta por grandes
bosques de enormes coníferas de más de 50 metros de altura. Los
indios empezaron a cultivar el terreno y talaron los bosques para conseguir
madera para la construcción. Sólo para la confección de las vigas de sus
pueblos y ciudades, emplearon cientos de miles árboles de gran tamaño,
especialmente pino piñonero y pino ponderosa, además de utilizar su madera como
leña. La tierra empezó a desertificarse, y entonces los anasazis hicieron
grandes canales y otras obras hidráulicas, y construyeron caminos por los que
traían los troncos desde grandes distancias. Con esto consiguieron que el clima
se desertificara todavía más y terminaron convirtiendo los grandes bosques de
pinos de Nuevo Méjico, en una región desértica sin apenas vegetación.
El desastre ecológico originado por las sociedades natalistas de los
explotadores, lo podemos ver en todos los lugares del planeta. El Desierto del
Sájara y las zonas desérticas de Oriente Próximo, son de muy reciente creación.
Todavía se pueden observar las pinturas rupestres de los cazadores primitivos,
en lugares en los que ahora no es posible ver otra cosa que la arena y las
piedras desnudas. En los arenales y pedregales de lo más árido del desierto
africano, se pueden encontrar pinturas prehistóricas con gran cantidad de
animales salvajes, que actualmente sólo viven en la región subsajariana. Se
pueden contemplar pinturas rupestres con plantas y hasta grandes ríos con
hipopótamos y abundante pesca. Los restos arqueológicos nos demuestran sin
lugar a dudas, que el desierto del Sájara comenzó a originarse hace menos de
10.000 años, justo cuando llegaron las primeras sociedades esclavistas. Con
la llegada de la agricultura al Sájara, se destruyó el ecosistema para plantar
trigo y cebada en el norte, y mijo y sorgo en el sur. Atacada la biocenosis por
estos dos frentes, el desierto desde entonces avanza continuamente todos los
años, como lo hacen actualmente todos los desiertos del globo. Cuando la tierra
ya no es suficientemente fértil para plantar especie alguna, entonces se
recurre a la ganadería y hasta se destruyen los pocos bosques supervivientes,
para conseguir dehesas y eriales destinados a pastos. Las lluvias acaban
retrayéndose poco a poco y la región termina desertizándose.
En España la situación ecológica no es muy distinta de la del resto del mundo.
Hace unos pocos miles de años, antes de que llegara la explotación del hombre
por el hombre, la Península Ibérica era muy distinta de como la conocemos
actualmente. Tenemos documentos escritos por los primeros historiadores de hace
miles de años, que nos la describen como un lugar muy frondoso, cubierto de
densos bosques. Donde actualmente se levanta el desierto de Almería, había
bosques tan espesos, que los historiadores nos relatan, que una ardilla podía
atravesar la Península de un extremo al otro sin tocar el suelo.
Territorios desmidesérticos como La Mancha, estaban todavía cubiertos por
abundantes bosques hace sólo unos siglos. Toda la península estaba llena de
densos bosques, y las regiones desérticas de Almería, las mesetas cerealísticas
de Castilla, los llanos polvorientos de Extremadura y el Alentejo, y en general
todo el territorio peninsular, no son sino el verdadero fruto de siglos y
siglos de natalismo explotador. Actualmente ya nos encontramos en la fase de
las grandes obras hidráulicas, del mismo modo que lo intentaron los nabateos o
los chacos, pero a buen seguro, que por este procedimiento se cosechará el
mismo fracaso.
Si la sociedad sigue haciendo caso a los ecologistas burgueses, que intentan
analizar el problema ecológico atendiendo a la superestructura, a la estructura
externa y aparente de la sociedad, el problema no sólo no se resolverá nunca,
sino que empeorará. Mientras no se admita, que el problema ecológico se
encuentra en la infraestructura, en las relaciones de producción y en la
explotación del hombre por el hombre, su resolución será imposible. Mientras
no se quiera admitir que el problema ecológico consiste en la sobrepoblación de
la especie humana, nunca se conseguirá solucionarlo.
5.-Las Culturas de la Vida.
Una de las cosas que más conviene a los explotadores, es que aumente la
cantidad de explotados. Cuanto mayor sea el número de proletarios, mayor será
la plusvalía que se obtendrá de su explotación. Marx y Engels acuñaron la
palabra proletario, dándose cuenta de la doble vertiente que tiene la
explotación. Por una parte, el explotador se apodera de parte del trabajo del
explotado. Por otra parte, el explotado debe proveer al explotador de una nueva
generación de explotados, gracias a su prole. Esta doble vertiente de la
explotación, actualmente sigue siendo totalmente válida. Las clases
dominantes se crean unas culturas de la vida, que no son sino culturas de la
explotación, el hambre y la muerte, con las que intentan obligar a los
explotados a procrear el mayor número posible de hijos.
Cada cultura de la vida es distinta, pero en general tienen unos rasgos
característicos comunes, aunque pueden ser más o menos rigurosos en distintos aspectos.
Normalmente la verdad oficial y el pensamiento único crea una glorificación
de la natalidad, y se considera que toda la actividad sexual debe estar
necesariamente destinada a la procreación.La masturbación, la
pornografía, la homosexualidad, la prostitución, la pederastia, el uso de
medios anticonceptivos, y en general toda actividad sexual no destinada a la
procreación, es perseguida y denostada. Toda actividad sexual debe de
ser matrimonial, y el único fin del matrimonio o del sexo en general, debe ser
la procreación. Cualquier actividad o incitación sexual fuera del matrimonio
está prohibida, pero en el momento en que se produce la unión matrimonial, el
sexo procreador es obligatorio para ambos cónyuges.
El pensamiento y la verdad oficial, protegen a la familia procreadora y
consideran a los hijos como una gracia. No obstante se contradicen, al
considerar egoístas, insolidarios o incluso delincuentes, a quienes no desean
tener la supuesta gracia, don y bien de los hijos.
Por otra parte, las clases dominantes crean la ideología de la gran valía de
todos los seres humanos y de la inalienable dignidad de la persona.La vida
humana tiene tal valor, que nadie puede acabar con ella, y se reprime la
eutanasia, el suicidio o el aborto, pretendiendo defender incluso la vida del
que todavía no ha nacido. Este natalismo explotador, provoca la muerte
por hambre y necesidades de gran cantidad de personas en todo el mundo, pero
para la ideología dominante, esto no constituye un atentado contra la dignidad
de la persona en modo alguno. No obstante, esta inmensa valía que la verdad
oficial concede a la persona y a la vida humana, no es óbice para que con
frecuencia, la verdad oficial justifique la pena de muerte, la guerra o la
simple existencia de la pobreza.
Cuando no se puede conseguir un aumento de los explotados por estos medios, se
recurre a importarlos de otros lugares. A lo largo de la historia, son muchos
los estadistas y los explotadores que han promovido la introducción de esclavos
o han invitado a los trabajadores y campesinos a asentarse en sus tierras. Cuando
no se consigue aumentar el número de explotados mediante métodos natalistas, se
procede a importar mano de obra barata para hacer caer los salarios. Lo
sucedido recientemente en España, es muy ilustrativo. Al modificarse
recientemente las relaciones de producción, se ha pasado de una ideología
patriotera excluyente, a una ideología basada en la solidaridad sensiblera con
los subdesarrollados. Las clases dominantes han mantenido una ideología basada
en la importación de mano de obra subdesarrollada, y su abundancia ha permitido
que actualmente en los sectores laborales peor pagados, el salario real esté
muy por debajo del salario mínimo. Esta misma verdad oficial, continuamente nos
bombardea con las enormes ventajas que supone este aumento de la población,
desde el pago de las pensiones a la mejor defensa nacional. Las clases
dominantes han conseguido crearse el lupemproletariado que necesitaban, para
poder utilizarlo como ejército de reserva contra el verdadero proletariado.
Dice El Manifiesto Comunista: "No hace falta ser un lince para ver que, al
cambiar las condiciones de vida, las relaciones sociales, la existencia
social del hombre, cambian también sus ideas, sus opiniones y sus conceptos,
su conciencia, en una palabra.". Y nos dice Engels la pregunta 21 de
sus Principios del Comunismo: "¿Qué influencia ejercerá el régimen social
comunista en la familia? Las relaciones entre los sexos tendrán un carácter
puramente privado, perteneciente sólo a las personas que toman parte en ellas,
sin el menor motivo para la injerencia de la sociedad. Eso es posible merced a
la supresión de la propiedad privada...". Mientras siga existiendo la explotación
del hombre por el hombre, las clases dominantes continuarán manteniendo la
ideología sexual y familiar natalista que les conviene.
6.-La Explotación dentro de la Familia.
La explotación también puede darse en el interior de la familia. Dentro de esta,
los hombres explotan a las mujeres y los padres explotan a los hijos.
En las sociedades natalistas, la explotación de la mujer dentro del matrimonio,
se produce en tres aspectos fundamentales: es una esclava doméstica, es una
paridora y criadora de hijos, y es un objeto sexual.
El matrimonio es un invento social, pues no existía antes de la aparición de la
explotación del hombre por el hombre. El matrimonio siempre está regulado por
la verdad oficial y la ideología dominante. En el contrato matrimonial, no hay
libertad de forma ni de contenido, sino que debe ajustarse a un modelo oficial
totalmente cerrado. En la España actual, se llega a tal perversión, que la
única cláusula libre para los contrayentes, es si desean comunidad o separación
de bienes. La única cláusula electiva del contrato matrimonial español, es
increíblemente una cuestión meramente patrimonial.
En la mayoría de los matrimonios natalistas, la mujer se convierte en una
esclava doméstica. Está sometida por ley al marido, y debe atenderle y
obedecerle. Basta con cruzar el estrecho, para poder ver la imagen de un
moro montado en un asno, seguido de una ovarias mujeres cargadas con hatos de
leña. Esta situación de esclavitud doméstica, aunque escasa en nuestra
patria, es la propia de la mayoría de las mujeres actuales.
Por otra parte, la mujer es una paridora oficial. Dentro de la ideología
explotadora, su cometido es darle al marido y a la sociedad el mayor número
posible de hijos. Su vida marital está destinada a la procreación, pues este
debe ser el único fin de la sexualidad.Cualquier relación marital que no
esté destinada a la procreación, se considera casi como un acto de prostitución
de la mujer, aunque la realice con su propio esposo. El cometido sexual de
la mujer dentro del matrimonio, es el de parir hijos y el de criarlos
posteriormente. Cualquier desviación de este patrón oficial, puede tener
consecuencias penales, a veces muy graves. Puede estar penado desde el aborto,
hasta el abandono del domicilio conyugal.
Esto origina una explotación de la mujer como objeto sexual. En muchas
sociedades actuales, los matrimonios se acuerdan entre las familias, incluso
cuando los cónyuges son niños. En otras muchas, aunque el matrimonio se celebre
por amor, este es absolutamente indisoluble. Otras veces, la mujer no puede
abandonar al marido por falta de recursos económicos propios. Todo esto hace
que muchas mujeres se encuentren dentro del matrimonio, en una situación muy
parecida a la de una prostitución particular, obligatoria y no remunerada.
Obsérvese, que el mantener relaciones sexuales sin pretender la procreación, se
considera casi como una prostitución de la mujer; pero el que la mujer tenga
que mantener relaciones sexuales con un marido al que no ama, se considera como
algo justo y necesario.
En la mayoría de los sistemas productivos subdesarrollados, existe un sistema
de explotación de la mujer que da lugar a estas ideologías machistas, que
aunque también existen en las sociedades burguesas desarrolladas, son mucho
menores. Pero además dentro de la estructura familiar subdesarrollada, existe
con frecuencia una profunda explotación de los hijos.
La mayoría de los subdesarrollados, desean tener muchos hijos. Según las
diversas organizaciones burguesas de beneficencia, esto sucede porque los niños
ayudan con su trabajo en estas sociedades tan pobres y necesitadas. Resulta
evidente que lo que verdaderamente sucede, es que la mayoría de los niños
del planeta, son explotados por sus padres. En la mayoría de las sociedades
desarrolladas, desde el punto de vista material, los hijos son totalmente
onerosos. Los padres sólo reciben el amor y el cariño de sus hijos, pero
ninguna aportación monetaria de estos. Distinto es en la mayoría de las
sociedades subdesarrolladas, en donde los hijos aportan parte de su fuerza de
trabajo a sus progenitores, originándose una explotación de los hijos por sus
padres. En las sociedades profundamente subdesarrolladas, cuanto más pobre es
una pareja, más posibilidades hay de que tenga muchos hijos. De la
explotación de un niño no se puede sacar gran cosa, pero si se vive en una
extrema pobreza, estos pequeños ingresos son muy importantes.
Por el contrario, en las sociedades desarrolladas como la española, muchos
jóvenes no pueden tener hijos, pues debido al paro y a la precariedad laboral,
no tienen asegurados los recursos económicos necesarios para criarlos. Esto
produce una natalidad baja en los países desarrollados, pero la desbordada
natalidad subdesarrollada, provoca un problema ecológico gravísimo, pues no
olvidemos que el problema ecológico del planeta, es un exceso de humanos,
debido a la explotación del hombre por el hombre.
Si alguien se queda extrañado o asombrado de que la mayoría de humanos vivan en
sociedades en las que los padres explotan a sus hijos, y de que la mayoría de
los niños del mundo sean explotados por sus padres, basta con que lea este
párrafo de El manifiesto Comunista: "¿Nos reprocháis acaso que aspiremos a
abolir la explotación de los hijos por sus padres? Sí, es cierto, a eso
aspiramos... la gran industria va desgarrando los lazos familiares de los proletarios
y convirtiendo a los hijos en simples mercancías y meros instrumentos de
trabajo.". Y en El Capital Marx indica: "Antes, el obrero vendía su
propia fuerza de trabajo, disponiendo de ella como individuo formalmente libre.
Ahora, vende a su mujer y a su hijo. Se convierte en esclavista.". Marx y
Engels a lo largo de su obra ponen numerosos ejemplos de ello, e indican que
una de las prioridades del comunismo es acabar con esta situación habitual en
el régimen de producción capitalista.
7.-El Ecologismo Burgués.
El ecologismo burgués está llamado al fracaso, pues sólo analiza el
problema ecológico en su aspecto externo, sin atender a las relaciones
materiales de producción que lo originan. Analicemos con varios ejemplos, como
intenta contener este ecologismo burgués, la degradación ecológica del planeta.
El problema de la destrucción de los hábitats naturales, se origina debido
al aumento de la población humana, que según crece necesita cada vez más
recursos. La necesidad de más pesca, esquilma los
mares. La necesidad de más alimentos, hace que se talen cada vez más bosques
para roturar nuevas tierras. El aumento de la población, origina el
sobrepastoreo, y la desertificación avanza por todo el planeta.
Esta continua destrucción de los ecosistemas, provoca la constante desaparición
de especies animales y vegetales. El ecologismo burgués, intenta resolver el
problema de la destrucción de los ecosistemas y de la desaparición de las
especies que los habitan, mediante la creación de parques naturales. El caso de
los parques naturales africanos, es muy ilustrativo. Se preserva la vida
natural en pequeños cotos en los que está prohibida la caza, la agricultura y
la ganadería, rodeados de una masa creciente de negros hambrientos. Los parques
acaban siendo detestados por unos nativos desesperados, dispuestos incluso a
jugarse la vida, con tal de echar algo al estomago.
El problema del cambio climático y de la emisión de los gases que provocan el
efecto invernadero, se resuelve según los ecologistas burgueses, mediante la
reducción de la cantidad de gases emitidos. Esta política ecológica está
condenada al fracaso, mientras siga aumentando la población mundial. Mientras
no se quiera admitir que el problema no es la cantidad de gases que emite cada
humano, sino el contante aumento del número de humanos, el problema será
irresoluble. Todos los problemas ecológicos del planeta en último término, se
reducen siempre a lo mismo: la explotación del hombre por el hombre. El
deseo de un mayor número de explotados por parte de los explotadores, crea la
ideología de las culturas de la vida, que son terriblemente agresivas con el
medio ambiente.Mientras no se produzca un cambio en los sistemas
productivos, que termine con las culturas de la vida, la degradación del
planeta continuará de forma exponencial.
El problema de la falta de agua, lo pretenden resolver los ecologistas
burgueses, mediante un aprovechamiento racional de esta. Esto no es sino un
parche a corto plazo, que en modo alguno resuelve el problema, mientras siga
aumentando la población. Por racional que sea el uso del agua, si la población
sigue creciendo, el consumo de agua seguirá aumentando. Esto lo vemos
claramente en España, pues la llegada de mano de obra subdesarrollada
extremadamente barata, ha permitido cultivar tierras que nunca habrían sido
explotadas, si se hubiese mantenido el salario mínimo interprofesional. Este
aumento de la agricultura, exige una mayor cantidad de agua, pero a su vez, al
aumentar la zona cultivada y disminuir la natural, se produce una disminución
del agua generada por la naturaleza.
Pese a la ideología oficial, que últimamente se concentra en una solidaridad
lastimera con los inmigrantes, los grandes beneficiados de la importación de
mano de obra agrícola barata, han sido los terratenientes de siempre, que
ahora se hacen llamar empresarios agrícolas, que mediante una explotación
brutal de los subdesarrollados, están consiguiendo unos enormes beneficios. La
clase dominante se ha creado la ideología de importación de mano de obra barata
que necesita. Según esta burguesía, los que se aprovechan de los
subdesarrollados, son las mafias que los introducen ilegalmente, para las que
piden durísimas penas de cárcel. Por el contrario, las penas son muy
livianas para los empresarios que los contratan, que son los verdaderos
mafiosos, los verdaderos explotadores y los grandes beneficiarios de esta
situación, tan lesiva para la naturaleza y el medio ambiente.
El problema de los residuos, se origina porque el exceso de población humana
genera tantos residuos, que la naturaleza no puede asimilarlos. En lugares con
muy poca población, no hay ningún problema ecológico con los residuos. El
problema se origina, cuando el volumen de residuos pasa a ser muy elevado,
debido a una gran población humana. Todas las medidas de los ecologistas
burgueses, no son más que parches provisionales. El reciclaje de envases, el
tratamiento de las pilas, el reciclado de vidrio, el aprovechamiento del papel
usado, etc, son medidas que sólo atienden a la apariencia externa del problema,
y que a largo plazo están destinadas al fracaso.
Creo que ya en este momento, el lector podrá analizar por su cuenta cualquiera
de las iniciativas de los ecologistas burgueses, desde las campañas para salvar
las ballenas, hasta la oposición a los transgénicos; y comprobar que están
condenadas al fracaso, por realizar un análisis parcial y externo, sin tener en
cuenta las relaciones de producción, los sistemas económicos y la explotación
del hombre por el hombre. Es una pena que muchas personas progresistas y de
buena fe, se esfuercen inútilmente en estas campañas ecologistas totalmente
estéticas y estériles, que están llamadas necesariamente a malograrse. Pese a
las ya enormes cantidades de dinero que manejan los ecologistas burgueses, tanto
desde las administraciones públicas como desde organizaciones como Green
Peacce, Adena, Ecologistas en Acción, etc, lo único que pueden mostrar, es un
montón de fracasos, jalonados por algunas victorias momentáneas. Si sigue
creciendo la población espoleada por las culturas de la vida, de nada servirán
sus campañas contra la energía nuclear, los transgénicos, el efecto
invernadero, la preservación de la Antártida, la conservación de las selvas
tropicales, la emisión de gases de efecto invernadero, la protección de las
ballenas, la creación de parques naturales, la defensa del lince ibérico o
cualquier otra.Al final la presión demográfica, siempre vencerá a
cualquier iniciativa de los ecologistas burgueses.
Como muy bien decía Engels, las acciones sociales de las clases explotadoras,
pueden tener repercusiones totalmente inesperadas. La ideología dominante
asentada sobre los sistemas de producción, genera el machismo, las culturas de
la vida o la dignidad inalienable de la persona, y esto da como resultado el
avance de los desiertos, la extinción de las especies o la degradación de los
ecosistemas en todo el planeta.
8.-Resumen.
Todo problema ecológico, se debe a la introducción, aumento o disminución
de una especie en un ecosistema. Esto provoca un efecto dominó, que puede
terminar afectando a otras muchas especies. El problema ecológico del planeta
se originó hace 10.000. años, cuando debido a la explotación del hombre por el
hombre, la población humana empezó a crecer extraordinariamente.
Todo sistema económico, se crea la ideología que necesita. Los sistemas
explotadores, se crearon las culturas de la vida, pues cuentos más sean los
explotados, mayor es la plusvalía obtenida.
Los ecologistas burgueses, sólo analizan el problema ecológico de forma
externa, por lo que no tienen ninguna posibilidad de resolverlo. Cómo no
analizan las relaciones de producción que lo originan, todas sus acciones están
condenadas al fracaso. Los ciudadanos progresistas y aún más si son marxistas,
no sólo no deben apoyar el ecologismo oficial, sino que deben combatirlo por
ineficiente y burgués.