martes, 30 de abril de 2013

Cartagena elige alcalde el 7 de julio




Cartagena elige Alcalde el 7 de julio.

Horacio Duque.

Luego del fallecimiento de Campo Elías Teran, Alcalde de la ciudad de Cartagena, el Ministro del Interior, doctor Fernando Carrillo, ha dictado un decreto convocando a elecciones del nuevo burgomaestre de la ciudad para el día 7 de julio del año en curso.

Cartagena, fundada por Pedro de Heredia en 1533, donde viven más de un millon de personas, con un 80 por ciento de su población en condiciones de pobreza, desplazamiento y miseria, ha vivido una profunda crisis institucional y social en los últimos meses.

Los escándalos por la corrupción ocurren en cadena por la desfachatez de los agentes de la politiquería en el despojo de los patrimonios estatales.

Varias familias del bipartidismo tradicional liberal/conservador se reparten el Estado y sus patrimonios fiscales. Contratos sin el lleno de requisitos, licitaciones fraudulentas, venta de cargos públicos, de vías públicas, de patrimonios culturales, de playas y apropiación de partidas presupuestales, son eventos repetidos a diario, sin que la ciudadanía pueda hacer lo mínimo para defender los intereses colectivos.

El "clan de los Garcia Romero" y su senadora Piedad Azucardi (encarcelada por parapolítica)  es la punta de la red que saquea la ciudad desde hace varios años. 

No obstante que varios de sus miembros están en la cárcel, como Piedad Azucardi y el "Gordo" García Romero, que paga una larga condena de 40 años por las masacres de los Montes de Maria, donde perecieron centenares de campesinos, ejerce un dominio milimétrico de todos los aspectos de la ciudad. Tienen su propia Bacrim para controlar el puerto y aeropuerto, punto de embarque de drogas hacia México.

Sin duda, la mafia de los García Romero impondrá, mediante la compra venta de votos, el nuevo Alcalde de Cartagena.

Hay varios candidatos. Una es la señora María del Socorro Bustamante, apoyada por Dayra Galvis (de la cuerda de las mafias de Bolívar) y por el Representante Hernando Padaui, artífice del saqueo a Magangue, de donde fue Alcalde, misma que se robo en complicidad con varios jueces laborales; tambien esta ligado al robo de la minería y la ganadería del departamento de Bolívar. Bustamante es la señalada por German Vargas Lleras, el socio de los paramilitares del Casanare que ahora reparte unas cajas de cartón que simulan viviendas para los pobres.

Dionisio Velez, es un candidato que tiene el apoyo de la izquierda y el movimiento popular, con un programa de lucha contra la corrupción y por la democracia en Cartagena.

Vamos a dar nuestro apoyo a todo lo que signifique la recuperación de Cartagena para la democracia, la transparencia y la equidad social.

Las elecciones del 7 de julio son un momento especial para visibilizar la crisis de la Ciudad y las alternativas que permitan que dicho centro urbano coja el ritmo de la paz, la decencia humana y la modernidad política.


Foro de Paz con óptimos resultados



Horacio Duque.

Durante tres días (28, 29 y 30 de abril) deliberó el Foro de paz para la participación política en el Salón de Convenciones Gonzalo Jimenez de Quesada de Bogota.

El evento fue organizado por la Mesa de conversaciones de La Habana y su administración corrió a cargo de la Universidad Nacional y el PNUD.

1200 personas asistieron al certamen procedentes de distintos lugares de Colombia y de diversas organizaciones sociales y comunitarias.

La metodología utilizada permitió que la asamblea se concentrara en los temas indicados con antelación, los cuales se referían al punto dos de la Agenda del Acuerdo especial para la paz sobre la participación política.

Cada orador o expositor se concentró en los elementos principales de la materia, las mesas y plenaria, con la coordinación experta respectiva, fueron sistematizando cada una de las propuestas e iniciativas sobre la democracia participativa, la reforma electoral, el estatuto de la oposición, las garantías para los nuevos partidos/movimientos que surjan con la paz y el acceso a los medios de comunicación.

Llama la atención algunas novedades como la circunscripción electoral campesina, los nuevos derechos para los partidos de la oposición, la penalización de la estigmatización política, el unicameralismo, las acciones afirmativas para dar representación legislativa a los nuevos movimientos políticos, las formas comunales y asamblearias de la democracia, la democratización de los medios masivos de comunicación, el financiamiento de los partidos y movimientos políticos, la convocatoria de una Asamblea Constituyente y el bipartidismo de genero para ampliar los derechos de la mujer en el ámbito político.

Fueron más de 400 iniciativas que serán recogidas en un documento central, el cual será entregado en La Habana a la Mesa de Diálogo del gobierno con las Farc.

Fueron óptimos los resultados del Foro sobre la participación política y la democratización del Estado.

Se enriquece y fortalece el proceso de paz que se adelanta en Cuba desde noviembre del 2012.


La columna de Godofredo Cínico Caspa Fernando Londoño se queda corto en homenaje a Carlos Castaño



Carlos Castaño y sus esbirros: el rostro de la muerte 




Godofredo Cínico Caspa / Martes 30 de abril de 2013

Estupenda noticia la republicación de la magistral columna de mi discípulo Fernando Londoño, en la cual hace siete años homenajeó al mayor autor intelectual que produjera nuestra patria, el tristemente desaparecido Carlos Castaño, jefe epónimo de los ejércitos de autodefensa que permitió con sus acciones previas el triunfo de la Seguridad Democrática.

Con esa columna y “Los tres Caínes” hemos logrado refutar a los comunistas que dijeron que el paramilitarismo era malo. ¡Pendejos! ¡Es y será el mejor negocio!

La columna dórica del gran avatar Londoño en la cual describe la deliciosa epopeya del mesías de San Pedro de Urabá, a pesar de sus aciertos, se queda corta. Carlos Castaño no solo merece elogios por haber salvado a la patria matando a algunos miles de campesinos brutos y filo terroristas y desplazando a otros millones para que la producción pudiera florecer en manos de los dueños históricos de todo y no de los indios invasores. Carlos merece una égloga, hasta un poema de Roy Barreras.

Dice el maestro:”Las autodefensas existen porque existe la guerrilla marxista, valga decir, el ataque”.

De acuerdo, pero me permito desarrollar su aventajado pensamiento del greco-platanal. La autodefensa fue inventada legítimamente como desarrollo histórico y etapa superior de las Convivir. Y desarrollada para desaparecer de la faz de la tierra no a la guerrilla (que al fin y al cabo anda también en el negocio) sino a los miles de campesinos tercos que no querían dejar sus tierras. Ese era el negocio, claro, junto con el connatural ejercicio de la libre empresa en materia de alcaloides.

Autodefensa sagrada de vacas y perico, con apoyo de las Fuerzas Amadas, como garantía ulterior, como telón de fondo de legitimidad. ¡Paras a mucho honor! Magna empresa exportadora que colabora hoy refundada en Bacrim, con no sé cuantos puntos a nuestro escuálido PIB.

¡Esa es la verdadera locomotora de nuestra economía! Un gremio narco-paraco que desarrolla el agro, la industria, el comercio y el sector exportador.

En efecto, mi doctor Londoño, Castaño defendió la honra de los propietarios y no solo defendió los bienes de él y de ellos, sino que los agrandó de manera exponencial.

Dice usted, maestro, que las autodefensas “no perdían y no querían perder el norte de su naturaleza política antisubversiva y anticomunista.”

Y digo yo: es usted de una pasmosa habilidad al hacernos ver que matar civiles se justifica si se sospecha, aunque sea vagamente o por saperías, que pueden ser, digamos, un 5% comunistas. Hasta los portadores de un 0,1% de ese virus marxista, debieron y deben ser exterminados como ha ido ocurriendo, gracias a la doctrina justificadora.

Que nuestros ejércitos tuvieran que financiarse, esa es otra vaina. No era suficiente la platica de ganaderos, comerciantes y políticos para comprar fusiles, balas y motosierras. Nuestras tropas crecían a ojo vista y entonces fue necesario combinar más formas de lucha. Es decir, meterle coca a la vaina. Pero todo con el fin de luchar contra la subversión. Si algunos de nuestros socios y amigos se enriquecieron de manera alucinante, eso solo debe ser entendido como un efecto colateral de nuestra guerra.

Le entiendo perfectamente cuando usted dice que lo de la coca fue una embarrada, ¿Pero cómo más, cuando usted tiene benefactores y cómplices como Don Berna o Hernán Giraldo? A la gente nuestra hay que dejarla trabajar, trabajar y trabajar.

Y ante esta frase suya que parece dictada al unísono por las mentes preclaras de Maquiavelo y Mussolini, yo me le quito el sombrero: “Castaño murió. Ya lo sabíamos. Es hora de que resucite su elemental pero preciso ideario, la única manera de recuperar el alcance y la legitimidad de la paz que se viene discutiendo”

¡Eso, sumercé lindo! Aun sin su rolex los tiempos históricos le son precisos. Elemental ideario el del patriarca Carlos Castaño, elemental como mochar cabezas, fusilar, tirar cadáveres a los ríos. Y preciso como el fusil AK 47, la granada Mk2, el rocket, el machete, la moto sierra y el incendio. Dejémonos de eufemismos.

Castaño fue legítimo y lo es históricamente porque le fue fiel a las leyes. A las nuestras, claro, las de la ventaja, el avionismo, la corrupción, el robo, el desplazamiento. Vivimos en una economía de mercado y Castaño fue el más lúcido mercader de la muerte, la muerte como inversión, la muerte como capital, la muerte como organigrama fundamental de la empresa sacra de mantener nuestros derechos, de crecer nuestras haciendas.

¿O es que acaso usted cree que hubiéramos podido correr las cercas para meter nuestro cebú, si no sacamos a los pata al suelo, si no los mandamos al otro toldo? Esa gente solo entiende a las malas. ¡Y qué malas que les dimos! Fuimos y somos épicos. Esto de Santos y compañía, de paces y generosidades y conciliaciones, es sol de un día. Las ideas del intelectual Castaño están vivas. Y usted es la reserva moral y militar de la patria, doctor Londoño,

Agrega usted venerable Chaolín: Carlos Castaño, intelectual hecho a pulso, en el desorden metodológico y conceptual que puede suponerse”.

Si, hecho a pulso, el mismo que el bien amado Carlos Castaño tenía para apuntar su pistola y disparar su fusil contra los cuerpos inermes de la indiada o del mestizaje ignorante, alevoso y envalentonado.

No estoy de acuerdo con usted en aquello del “desorden metodológico”. Si algo tuvo nuestro Comando Carlos, fue una visión milimétrica y científica de la metodología, del tiro de gracia. Lo suyo fue cartesiano en las ideas y propio de Clausewitz en la aplicación en la guerra.

Métodos rápidos de desaparición forzada, de masacres, métodos expeditos para sacar corriendo a los sucios labriegos. De tal importancia fue su encumbrado método, tan matemático y técnico, que se reprodujo el espléndido esquema por todo el país, desde sus Autodefensas de Córdoba y Urabá, llevándonos a blandir la espada del paramilitarismo por los cuatro puntos cardinales, y consolidando la limpieza social e ideológica en casi todo el país. Si eso no es método, doctor, ¿entonces qué?

¿Desorden conceptual mandar a matar a toda la dirigencia de la izquierda y a sus candidatos presidenciales incluido el traidor Galán? Sabemos bien quienes conocemos al detalle la gesta de la autodefensa, que detrás de sus capacidades de autor intelectual, Castaño, por fortuna, no estaba solo. El tenía quien le ordenara. ¿O no? Detrás de él moraban los duros, los verdaderos incitadores, es decir, los autores ideológicos que forjaron la cruzada desde sus escritorios, desde sus oficinas de gerencia, desde sus establos. Autores ideológicos que fueron los proveedores de la línea que Carlos Castaño desarrolló en el terreno, con lujo de detalles.

Que hoy doctor Londoño, no le tiemble la mano en reafirmar esas verdades que escribiera hace siete años. No se me vaya a retractar. No le tenga miedo al fiscal “escudero de las Farc” como dice nuestro filósofo de cabecera Pachito Santos. No hay ley que pueda acallar su catarata de pensamientos. Nosotros somos la ley, la justicia y su aplicación a nuestra voluntad, como lo comprobaran justamente las autodefensas.

¡Ay Carlos Castaño, que falta nos haces, ahora que seguro vienen los tiempos de eliminar a todos los facinerosos que se reinserten y a sus cómplices políticos y populares! ¡Bala señores!



Petras: How the Boston Bombings May Change the World for the Worse!


James Petras

The relation between the suspected Boston Marathon bombers and the Federal Bureau of Investigation (FBI), the Massachusetts State Police (MSP) and the Boston Police (BP) is a point of contention and controversy.

The FBI, at first, claimed no knowledge of the bombing suspects but later was forced to admit having received at least two sets of intelligence reports, one from Russian officials and another from the CIA, identifying one of the suspected bombers, Tamerlan Tsarnaev, as a potential security threat -linked to a Chechen terrorist organization. Testimony from Tsarnaev’s mother and father indicates that the FBI was active in following, harassing and interrogating the suspect before the bombing. Despite general directives from the US Departments of Justice and Homeland Security mandating US security to aggressively pursue ‘Islamist terrorists’, the FBI claims to have made no effort to follow-up on the Russian and CIA security alerts, especially after Tamerlan Tsarnaev returned from Russian state of Dagestan last year where he allegedly met six times with a known Chechen terrorist, Gadzhimurad Dolgatov, in a fundamentalist Salafi mosque.

The official government and corporate media versions claim the FBI may have ‘over-looked’ the security risk posed by Tsarnaev. Congressional critics argue that the FBI was ‘negligent’ in following up leads provided by the Russians and the CIA. A more likely explanation is that the FBI was actively engaged with Tsarnaev and deliberately encouraged the conspiracy for self-serving purposes.

The most benign hypothesis is that the FBI was using Tsarnaev as a means of infiltrating and securing intelligence on other possible ‘terrorists’. A more plausible hypothesis is that the Boston office of the FBI had set the pair of brothers up for a sting operation in order to enhance their anti-terrorist credentials – and that the ‘operation’ got out of hand - with Tamarlan having his own agenda. The most likely hypothesis is that the FBI facilitated the bombing in order to revive the flagging fortunes of the ‘war on terror’ foisted on a war-weary and economically depressed American public.

The FBI in Boston has a long and notorious history of working with and protecting certain leaders of organized crime in return for information about targeted rivals: The most notorious example is the FBI’s 20-year ‘partnership’ with one of Boston’s most feared gangland killers, James ‘Whitey’ Bulger, where the mobster was provided with protection and collaboration in return for his information about a rival crime family and other competitors. In 2012, Bulger was finally indicted for 19 murders mostly committed under FBI ‘protection’ – although one of his closest mob-partners claims he murdered 40 people in his lifetime.

The ‘Boston Bombings’ served as a detonator to mobilize the entire US security apparatus; it has led to the suspension of constitutional guaranties. It has been accompanied by an intense mass media campaign glorifying police state operations and the imposition of virtual martial law in the Boston metropolitan area of over 4.5 million inhabitants. The military police operation and media campaign aroused fear and terror among the public. Instant psychodrama produced mass worship of the ‘heroic’ police: they were portrayed as having saved the public from unknown numbers of armed terrorists lurking in their neighborhoods. The police, the FBI and the entire Security Apparatus – were repeatedly ‘honored’ at public spectacles, sports and civic events, lauded as ‘guardians’ and ‘saviors’.  The sordid role of FBI in organizing entrapment operations was never mentioned. The hundreds of billions wasted in futile overseas ‘wars against terror’ went down the memory hole. The opposition to Washington’s cuts in social programs was diverted almost overnight to support new funding for US military intervention in Syria and North Korea, a greater arms build-up in Israel and domestic security.

The ‘Boston Bombings’ coincided with the White House dictating a new round of domestic police state measures and launching a series of aggressive military moves in Asia, the Middle East and Latin America. The Pentagon has organized its biggest and most threatening air, sea and land military exercises right on the borders of North Korea. The White House has encouraged and promoted Japan’s belligerent military posture toward China regarding disputed islands in the South China Sea. Secretary of State Kerry has increased military aid to the Syrian terrorists by at least $130 million and dispatched hundreds of Special Forces to Jordan to train the jihadi-mercenaries against the Syrian government. The White House concocted charges that Damascus deployed chemical weapons against the rebels to justify direct US military intervention in Syria. Closer to home, the White House has given unconditional support to the violent Venezuelan opposition’s post-election campaign designed to provoke a civil war– while refusing to recognize the internationally certified election victory of President Maduro.

It is very clear the Obama regime wants to turn the clock back a decade to recreate the terrible political climate of 2001 – 02. He seeks to fabricate a sense of an imminent terrorist threat based on the ‘Boston Bombings’ in order to re-launch another global military campaign. Instead of Iraq – the ‘threat’ is now Syria, Iran and Lebanon. Today, the threat is North Korea - tomorrow it could be China. Today, it is Venezuela - next it could be Argentina, Bolivia and Ecuador …and the entire edifice of Latin American regional integration.

The civilian casualties and deaths resulting from the ‘Boston Bombings’, linked to the US backing and sheltering of Chechen terrorists, are a small price for Washington to pay if it results in escalating global wars and greater impunity for the National Police State.

Re-launching a new and more virulent version of militarized global empire building is of the highest priority. The targeted countries have global significance: Venezuela and Iran are oil producing giants, the backbone of OPEC and adversaries of Israel. China is the second biggest economy in the world and the principle challenger to US economic dominance. Cowering and confusing millions of downwardly mobile Americans weakens the principle domestic obstacle to bigger and more comprehensive cuts in social programs in order to finance global wars.

Indeed, the ‘Boston Bombings’ have larger political and economic consequences; they set the stage for a new round of wars abroad and regressive (and repressive) changes at home.






Cárceles de la miseria y miseria de las cárceles

en condiciones infrahumanas sobreviven
los presos colombianos


 Miguel Ángel Beltrán Villegas / Martes 30 de abril de 2013

“Suele decirse que nadie conoce realmente cómo es una nación hasta haber estado en una de sus cárceles. Una nación no debe ser juzgada por el modo en que trata a sus ciudadanos de alto rango, sino por la manera en la que trata a los de más bajo”: El Largo Camino Hacia la Libertad. Nelson Mandela

“Nunca había visto por dentro esa horrible cárcel que en años posteriores me fue tan familiar. Después de caminar por oscuros pasadizos y de subir y bajar mugrientas escaleras nos encontramos en un largo salón cuyo techo tocábamos con las manos. Triste luz crepuscular hacía más horrendo aquel antro fétido, húmedo, negro. Apoyé mis manos en la pared y las retiré asombrado: esputos sanguinolentos decoraban las paredes […] Había ahí leprosos, tísicos, sarnosos, cojos , mancos, tuertos, ciegos, sordos, mudos, paralíticos, llagados, sifilíticos, jorobados, idiotas, un espantoso depósito de carne enferma que chorreaba pus y mugre. Los tuberculosos tosían. Las moscas zumbaban. Un vapor espeso y fétido mareaba a los más fuertes. Los nervios se aflojaban en aquella antesala de la muerte […].

Este testimonio del anarquista mexicano Ricardo Flores Magón, narra sus primeras vivencias en una prisión, cuando siendo estudiante de la Escuela Nacional Preparatoria fue detenido en 1892, por participar en un movimiento de oposición a la reelección del dictador Porfirio Díaz. Desde entonces, buena parte de su vida pasaría en centros penitenciarios tanto nacionales como extranjeros, donde finalmente lo sorprendió la muerte en 1922, poco después de rechazar el indulto que le ofreciera el gobierno de los Estados Unidos, en una de cuyas cárceles purgaba una pena de 20 años. Si nos atuviéramos a los principios para la protección de las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión adoptados por la Asamblea General de Naciones Unidas cuya resolución 43/173 del 9 de diciembre de 1988 garantiza que “Toda persona sometida a cualquier forma de detención o prisión será tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano”, no vacilaríamos en afirmar que las situaciones descritas por el revolucionario Magón, hace ya 120 años, hacen parte de un pasado remoto.

Sin embargo, nada más lejano a la realidad; la existencia de prisiones, como las que mantuvo Estados Unidos hasta hace un tiempo en los territorios ocupados de Iraq y Afganistán y la que actualmente conserva en la ilegal base naval de Guantánamo (Cuba), donde bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo retiene a más de un centenar de prisioneros incomunicados, sin garantías procesales ni judiciales y sometidos a las más crueles torturas y tratos degradantes e inhumanos, es una muestra fehaciente de la función que siguen cumpliendo las cárceles como instrumento de represión política y control social.

SISTEMA PENITENCIARIO COLOMBIANO: ENTRE LA PENALIDAD NEOLIBERAL Y EL TERRORISMO DE ESTADO

Recientes episodios como los acaecidos en un penal de Comayagua (Honduras) donde cerca de 400 prisioneros murieron calcinados; o los hechos de violencia que cobraron la vida de 58 personas en la prisión de Uribania (Estado de Lara/Venezuela); o en el centro penitenciario de Apodaca (Nuevo León/México), donde en complicidad con la guardia 30 miembros de los zetas protagonizaron una fuga, dejando a su paso 44 internos masacrados; indican un patrón recurrente de violencia, que parece darle la razón a Harold Thompson: “Las prisiones –decía este anarquista norteamericano que permaneció los últimos treinta años de su vida en la cárcel- son instituciones diseñadas para enseñar lecciones de violencia a través del abuso hacia aquellos confinados en ellas”.

Aunque el sistema penitenciario en las sociedades modernas se plantea como un espacio para reformar al infractor e impedir la repetición del acto antisocial (“resocialización”), en la práctica funciona por excelencia como aparato punitivo del Estado que hace primar, sobre cualquier principio humanista, los criterios de venganza permitiendo además resguardar el sacrosanto principio de la propiedad privada, convirtiéndose en un camino corto para dar salida -por la vía de la criminalización de la pobreza- a los agudos problemas sociales inherentes al capitalismo: “La indigencia, desempleo, drogadicción, enfermedad mental y analfabetismo –escribe Angela Davis- son sólo algunos de los problemas que desaparecen del escenario público cuando los seres humanos que contienden con ellos son relegados a jaulas”

En este sentido la realidad carcelaria colombiana guarda similitudes con la de otros centros penitenciarios del continente. Por eso no sorprende que el hacinamiento, la corrupción, la privación de servicios básicos como el agua potable y la luz, la alimentación precaria, la ausencia de atención médica y de condiciones dignas para los internos, estén allí al orden día. Con razón anota la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)que uno de los sectores de la población más desprotegidos y con mayor vulnerabilidad en América Latina son las personas privadas de la libertad .

Pero si bien las cárceles del país comparten patrones más o menos similares con las del resto del continente, en Colombia la crisis carcelaria está inmersa en las complejas dinámicas de un conflicto armado y social que sacude al país desde hace más de medio siglo; y no escapa a la acción criminal de un aparato estatal que históricamente ha recurrido al uso sistemático de la violencia para acallar la oposición política y social y silenciar las expresiones del pensamiento crítico. De este modo, el sistema penitenciario colombiano cumple un importante papel como instrumento jurídico para la desarticulación de las organizaciones sociales, y el silenciamiento de la protesta social.

La presencia de oficiales activos de la policía, en la dirección del sistema nacional penitenciario y carcelario (INPEC) , y en algunos centros de reclusión, así como la existencia de cuerpos especializados entre ellos el Grupo de Reacción Inmediata (GRI) y el Comando Operativo de Remisiones de Especial Seguridad (CORES) que cumplen funciones represivas más allá de las que les corresponde como cuerpo de custodia y vigilancia hacen parte de esta estrategia, en consonancia con una justicia parcializada que ofrece privilegios a los que tienen poder y se muestra ejemplarizante con quienes carecen de él.

LAS CÁRCEL NO ELIMINA LOS PROBLEMAS SOCIALES PERO SI LOS SERES HUMANOS

Según cifras del mismo Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) actualmente hay 114.772 internos cuando el cupo es para 75 mil, lo que coloca de presente graves problemas de hacinamiento. Recientemente la juez 56 penal del circuito ordenó suspender el traslado de más presos a la cárcel Modelo de Bogotá, un centro de reclusión que, de acuerdo con las cifras del mismo INPEC cuenta con 7230 reclusos pese a que su capacidad es de 2850 internos, lo que significa una sobrepoblación del 153%, cifra que supera con creces los niveles de sobrepoblación crítica establecidos por los estándares internacionales en el 20%.

El informe que avala la decisión judicial en primera instancia puso de presente que muchos internos tienen que dormir amontonados en los corredores, escaleras o espacios destinados a actividades colectivas, comer con las manos y lavar platos en los orinales. Pese a la contundencia de estos hechos el Tribunal Superior de Bogotá en cabeza del magistrado Jorge Enrique Vallejo, no tardó en anular la sentencia recurriendo a una serie de artilugios jurídicos.

Con todo, la situación de la cárcel Modelo no es la más crítica; en otros sitios de reclusión del país como Villahermosa (Cali), el hacinamiento alcanza niveles alarmantes ya que ésta cuenta con 5855 internos, siendo su capacidad apenas para 1.667 hombres; lo mismo sucede en Bellavista (Medellín) donde están alojados 7461 reclusos en una cárcel diseñada para 2424 internos. Si a esto le sumamos el hecho que no dispone de una infraestructura adecuada, no está lejos el día en que las cárceles colombianas vivan una tragedia como la del mencionado penal de Comayagua. Por demás el hacinamiento favorece la propagación de epidemias y enfermedades contagiosas de manera tal que la salud constituye otro de los problemas estructurales que vive la población carcelaria, agudizado por la ausencia de personal médico especializado y la escasez de medicamentos .

En una carta dirigida a la CIDH, uno de los voceros del Movimiento Nacional Carcelario (MNC), Tulio Ávila Murillo, denunciaba las condiciones inhumanas en que se encuentran las personas privadas de la libertad en Colombia y señalaba como “en un año han muerto más de 80 internos en total abandono, la mayoría por inasistencia médica, pero lo más grave es que todo queda en la absoluta impunidad […] la impotencia, la consternación y el dolor que se mezcla con la desesperanza, al ver como nuestros compañeros y compañeras de prisión, día a día se enferman y van muriendo lentamente como simples animales encerrados en los pabellones de la ignominia y la miseria, administrada por una institución que está corrompida por los jugosos negocios de los contratos[…]”

El hecho más reciente ocurrió el pasado 9 de abril en el centro penitenciario de “Picaleña” (Ibagué/Tolima),con la muerte, por falta de tratamiento médico oportuno, del preso político Juan Camilo Lizarazo quien desde varios meses atrás venía solicitando a las autoridades carcelarias atención médica urgente. Su caso se suma al de cientos de prisioneros políticos y de guerra que han muerto en las cárceles colombianas debido a la negligencia del Estado Colombiano y en abierta violación a las normas constitucionales que garantizan la protección del derecho a la vida.

Es aún más crítica la situación de las mujeres privadas de la libertad quienes sufren una vulnerabilidad especial, más aún cuando se encuentran en estado de embarazo o en condición de madres lactantes, pues los efectos negativos del encierro se extienden sobre la salud física y emocional de sus hijos, ya que estos centros de reclusión carecen de atención ginecológica, pediátrica y en general de personal especializado que atienda sus necesidades, así como de ambientes adecuados para la estancia de los menores. La amenaza de separación de sus hijos es un arma utilizada por las autoridades penitenciarias para lograr obediencia de las madres internas.

Cabe advertir sin embargo que no todos los internos e internas reciben el mismo trato: mientras a los prisioneros políticos se les retienen las órdenes de remisión para recibir atención médica especializada, en los pabellones de la llamada “parapolítica”, “justicia y paz”, donde conviven políticos nacionales, regionales y reconocidos narcotraficantes vinculados con delitos de corrupción, paramilitarismo y lesa humanidad, abundan los permisos para supuestas visitas médicas y odontológicas, que no reciben registro alguno, lo que les permite permanecer varios días por fuera del penal visitando familiares o realizando otro tipo de actividades. Esto para no hablar de las guarniciones militares, donde los oficiales detenidos disfrutan de todos los lujos y beneficios, que en un preso común sería impensable.

UN MODELO PERVERSO

El 9 de julio de 2001 el gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana, colombiano, en cabeza de su ministro de Justicia, firmó un acuerdo de cooperaciónpara el supuesto“mejoramiento del Sistema Penitenciario Colombiano”; el acuerdo, destinaba 4.5 millones de dólares para este programa, procedentes de los dineros del “Plan Colombia”, e incluía el asesoramiento técnico y materialdel Bureau Federal de Prisiones, para la adecuación de instalacionespenitenciarias y carcelarias, así como el entrenamiento de funcionarios del Inpec en escuelas e instalaciones dirigidas por instructores norteamericanos.Con base en estos acuerdos se orientó la construcción de 11 NuevosEstablecimientos de Reclusión del Orden Nacional (“ERON”)

Una investigación adelantada por la Procuraduría General de la Nación en el 2008 puso en evidencia que estas instalaciones no garantizaban un ambiente digno para las personas privadas de la libertad: “No cuentan–señala el informe- con espacio para el consumo de alimentos, los espacios para movilización de sindicados son muy reducidos y sin acceso al aire libre; la altura del edificio limita la entrada de luz natural y ventilación, situación que se agravará en ciudades cuya temperatura alcanza o supera los 30 grados centígrados, y las dimensiones de las ventanas de las celdas de 20 cmts por 120 cmts, no garantizan iluminación ni ventilación suficiente, ni permite el uso de la luz natural en condiciones normales” .

Pese a estas flagrantes violaciones de los protocolos internacionales para el tratamiento de personas privadas de la libertad (asociados a actos de corrupción que a la fecha no han sido investigados) estos establecimientos fueron puestos en funcionamiento sin mayores modificaciones, descargando la responsabilidad sobre los reclusos y sus familiares que no sólo han visto restringidas las visitas a sus seres queridos, sino que deben padecer los abusos sistemáticos cometidos por los guardias de turno acrecentando así la violación de los derechos fundamentales de los reclusos.

Resulta claro que la crisis humanitaria de las cárceles colombianas no se soluciona con la construcción de más sitios de reclusión, mucho menos con su privatización. Este modelo que ya se aplicó inicialmente en Estados Unidos y se expandió a Europa (Inglaterra, Nueva Zelanda, Australia, Francia y Alemania), viene tomado fuerza en países del continente como Chile donde ya se ha implementado, arrojando un balance negativo para la impartición de justicia, ya que acorde con la lógica del mercado “Para aumentar las ganancias en el sector de la justicia penal esta industria necesita que se mantenga a más gente presa en el sistema por más tiempo” .

El sociólogo francés Loïc Wacquant, en una interesante investigación sobre las políticas de seguridad de lo que él denomina “Estado Penitencia”,señala, -apoyado en una amplia información empírica- cómo la industria de prisiones se ha transformado en una de las más prósperas de los Estados Unidos, siendo el tercer renglón generador de empleo en ese país. Alrededor de este ramo se anuda una compleja red de actividades económicas y comerciales. De ello da cuenta la feria que anualmente realiza la Asociación Correccional Americana donde participan más de seiscientas cincuentas empresas ofertando una variedad de productos y servicios que cubre desde “’uniformes de extracción’ (para arrancar de sus celdas a los internos recalcitrantes)” y sistemas de celdas portátiles que pueden improvisarse en cualquier sitio de la ciudad, hasta sistemas de purificación de aire antituberculosis

COLECTIVOS DE PRESOS POLÍTICOS: “NO PEDIMOS PERMISO PARA SER LIBRES”

La prolongación del conflicto armado y social colombiano y, consustancial a él, el incremento del número de presos(as) políticos(as)-que ya sobrepasa los diez mil- ha permitido que éstos hayan adquirido una larga tradición de organización y reivindicación de sus derechos en los centros de reclusión. Misma que han conservado y enriquecido de generación en generación, pero que los sucesivos gobiernos y la misma dirección del INPEC tratan de negar continuamente, recluyendo indiscriminadamente en un mismo pabellón a guerrilleros y paramilitares y creando así un clima de permanente tensión.

A lo anterior hay que sumar las continuas políticas del Estado colombiano por estimularla deserción, desmovilización y delación de los insurgentes a cambio de beneficios jurídicos. Labor que se hace más palpable en los penales donde, a través de presiones, engaños y ofertas económicas promovidas directamente desde el Ministerio del Interior y Justicia, se ha pretendido –casi siempre infructuosamente– que los rebeldes se acojan a los programas de “Justicia y Paz” (ley 975 de 2005)

Pese a estos obstáculos en los centros de reclusión colombianos encontramos colectivos de presos políticos ya consolidados con una estructura organizativa que-a diferencia de otros penales del continente- ha permitido no sólo visibilizar y dilucidar la crítica situación carcelaria sino que también ha logrado una cierta regulación de la vida interna de estos establecimientos, y organizar la lucha colectivapor mejoras en la atención sanitaria, la calidad de la alimentación, el respeto a las visitas, a través de jornadas de desobediencia civil.

Frente a la ausencia de programas de educación como instrumentos de capacitación y redención de pena y la prohibición de acceso de los internos a los talleres de trabajo, en los pabellones de alta seguridad, los colectivos de presos políticos han asumido tareas educativas que contemplan desde labores de alfabetización, hasta la discusión sobre diferentes aspectos de la realidad nacional e internacional, actividades que mantienen en alto la moral de los presos en un ambiente donde el consumo de alucinógenos, el ocio y los juegos de azar se constituyen en la constante.

Los sindicados y condenados por delitos políticos son naturalizados como enemigos “per se” y con ellos sus colectivos, que permanentemente son desintegrados recurriendo al traslado masivo de prisioneros a las diferentes cárceles del país, alejándolos de sus núcleos familiares y sembrando terror psicológico para bloquear cualquier acción reivindicativa. Un ejemplo de esta situación es la que viven actualmente los prisioneros políticos de guerra Tulio Ávila Murillo (“Alonso”), José Marbel Zamora (“Chucho”) y Bernardo Mosquera (“Negro Antonio) quienes han sido amenazados en su integridad física y personal, como consecuencia del liderazgo asumido en las jornadas de desobediencia pacífica que, desde algunos meses vienen adelantando millares de presos(as) políticos(as) por las condiciones inhumanas e indignantes que afrontan.

En numerosas ocasiones los presos políticos son recluidos en celdas de aislamiento (Unidades de Tratamiento Especial), privados de comunicación con el exterior y sin derecho a tomar el sol; así mismo son trasladados a centros penitenciarios que, como el de Valledupar, son considerados de alto castigo, alejándolos de su núcleo familiar y sometiéndolos al hostigamiento permanente del cuerpo de custodia. Esta situación no da cuenta de casos aislados sino de la sistemática violación de los derechos humanos de que son objeto los internos en las cárceles colombianas.

Los atropellos contra la población carcelaria no han impedido la consolidación del Movimiento Nacional Carcelario (MNC) que, en el mes de abril ha desarrollado exitosamente Jornadas Nacionales de Desobediencia Carcelaria en treinta establecimientos reclusorios del país; como parte, también, de las luchas que adelantan en el campo y la ciudad las organizaciones campesinas, indígenas, cívicas y sindicales en favor de sus derechos, y que vienen allanando el camino para una movilización más amplia del pueblo colombiano hacia el afianzamiento de una solución política al conflicto armado y social que vive el país desde hace ya tantas décadas.


Lo que murió con Castaño


Carlos Castaño, paramilitar, asesino



Una reflexión "pura" de uno de los ideólogos del "Puro Centro Democrático"

Agencia Prensa Rural / Martes 30 de abril de 2013

El exministro del Interior -durante el mandato de Álvaro Uribe- Fernando Londoño Hoyos y protagonista del robo de Invercolsa , publicó hece siete años en el diario El Colombiano de Medellín, esta alegoría nostálgica del paramilitarismo. Una prueba más de que el paramilitarismo si fue y es una política de Estado y de que el establecimiento compartía claramente las masacres de miles de colombianos inermes y el sicariato del narcoparamilitarismo por todo el país.

El siguiente es el texto completo de la columna:

Lo que murió con Castaño

Por: Fernando Londoño Hoyos

Hace mucho tiempo supimos que Carlos Castaño había sido asesinado por los sicarios de las autodefensas. Ahora sabemos que lo mató su propio hermano -la vieja historia de Caín y Abel, otra vez- quiénes fueron los verdugos y en cuáles atroces condiciones cumplieron su encargo siniestro. Lo que hoy corresponde examinar es otro asunto bien distinto, y de mucha mayor entidad, a saber, qué murió con Carlos Castaño.

Las autodefensas existen porque existe la guerrilla marxista, valga decir, el ataque. Esa perogrullada suele pasarse por alto, y no por accidente. En su origen, están, pues, atadas a dos hechos fundamentales: el oprobioso vejamen al que estaban sometidos los campesinos colombianos, y la ineptitud del Estado para garantizarles la vida, la honra y los bienes, que es exactamente aquello para lo que el Estado existe.

Pero las cosas se complicaron, por donde peor complicadas pudieran verse. Y es que aparecieron en la escena de nuestra tragedia los mafiosos, disfrazados de campesinos. Lo mismo que andaban en las selvas celebrando con la guerrilla la más vil de las alianzas posibles, ahora aparecían en las zonas agrícolas más ricas, posando de hacendados y de mártires. Para defender el producto de sus ganancias miserables, se tomaron las organizaciones que los campesinos habían montado para ejercer el sagrado derecho a defenderse. Y así quedó planteada nuestra desventura: la guerrilla era fuerte por el auxilio de la cocaína, y las autodefensas se hicieron fuertes por la cocaína. En el fondo, esa sería la guerra entre hijos de la misma despreciable madre, auspiciada por la ineptitud del Estado para hacer lo suyo.

Quien tenga alguna duda sobre este planteamiento puede recordar el reportaje que Carlos Castaño le concedió a Claudia Gurisati, uno de los documentos periodísticos más importantes que se hayan producido en Colombia. Carlos Castaño, intelectual hecho a pulso, en el desorden metodológico y conceptual que puede suponerse, era la ortodoxia plena de las autodefensas originales, que de mal grado admitían valerse del narcotráfico, y solo como de un instrumento indispensable para sobrevivir. Pero que no perdían y no querían perder el norte de su naturaleza política antisubversiva y anticomunista.

Pero el dinero es mal aliado, hasta de las causas más limpias. Y además es poderoso y capaz de envilecerlas y de dominarlas. Que fue lo que pasó con las autodefensas, que se convirtieron de señoras en siervas, y trocaron su vocación política por su concupiscencia por la riqueza fácil. Y ahí se armó la gresca entre los que en medio de los excesos y contradicciones de las autodefensas no querían renunciar a su sentido prístino, y los que preferían convertirlas en mafias fabulosamente rentables.

Lo que murió con Carlos Castaño fue el significado político de las autodefensas, su sentido como medio para enfrentar las Farc y sostener el derecho de propiedad en el campo y con ese derecho una manera de concebir la vida. Los que mataron a Castaño querían recoger el legado detestable de Pablo Escobar, de quienes fueron amigos y servidores algunos de los que hoy se llaman, tan injustamente, paramilitares.

Cuando en los acuerdos de paz se toleraron los mellizos, los bernas, los macacos y valoyes, la suerte quedó echada. Y cuando se olvidó proponer como condición primera y esencial la entrega de la droga, sus caminos, sus medios, sus cómplices, para acceder a un beneficio jurídico cualquiera, se abrieron las compuertas del desastre. Castaño murió físicamente, Ernesto Báez ha sido silenciado y Mancuso pareciera ser el próximo Castaño. Mientras los cultivos de coca subsisten, los laboratorios pululan y nadie toca las desafiantes riquezas de los supuestos negociadores de la paz, que apenas son delincuentes horrorosos en busca de impunidad.

Castaño murió. Ya lo sabíamos. Es hora de que resucite su elemental pero preciso ideario, la única manera de recuperar el alcance y la legitimidad de la paz que se viene discutiendo.

lunes, 29 de abril de 2013

Por un estado de derecho de nuevo tipo en Colombia






Por Athemay Sterling Acosta
Abril 29 de 2013

Desde el seno del Foro Participación Politica ebulle el anhelo por un Nuevo Estado de Derecho donde jugara papel importante una Asamblea Nacional Constituyente de nuevo tipo atendiendo que el pueblo ya no aspira a reformas donde nada cambia.
Para que se pueda cumplir los propósitos de la Nación entera y como la actual Constitución Politica que se emana en 1991  se fundamenta en dos pilares estructurales : un régimen económico totalmente neoliberal, y en un Presidencialismo e Instituciones sustentadas en la Doctrina de Seguridad Nacional.

 Y de 380 Artículos Constitucionales solamente hay 71 referente a los Derechos mientras 309 impide ejercerlos lo que obliga a sustituirla y construir una nueva, diferente, de carácter popular  y soberana que coadyuve a la creación de condiciones políticas, culturales, administrativas, armadas y judiciales para alcanzar la Paz con Justicia Social.

Y en lo inmediato para poder ejercer el Derecho Universal e Irrenunciable de elegir y ser elegido se debe eliminar ya mismo los obstáculos como los avales odiosos y onerosos, el umbral, la cifra repartidora y demás.

También en el entendido que la Rebelión es un Derecho y por lo tanto no puede ser delito se debe despenalizar con sus conexos lo que ayudaría al fin del conflicto y de contera se liberaría a los cerca de diezmil presas y presos políticos en Colombia, pues un Estado que se precie de Democratico no debe tener presos de conciencia, ni privados de su libertad en razón de ser Oposición Politica, y demostraría que en vez de Democratico es terrorista de Estado todo su actuar.

Las 20 mesas que deliberan todo el dia en el Foro Participación Politica lo hacen recogiendo las propuestas y sentires del Movimiento Popular Colombiano que se expresa de formas heterogéneas sin excluirse, se complementan en este Proceso de Diálogos en la Habana entre las Farc Ep y el Gobierno Colombiano.

Athemay Sterling Acosta
Abril 29 de 2013


Una nueva democracia




Allende La Paz, Cambio Total.

En el marco del Foro de Participación Política se han escuchado planteamientos que son necesarios profundizar y aclarar algunos por cuanto podrían llevar a confusión.

Desde hace más de 200 años, la oligarquía que se empotró en el poder construyó a ”su imagen y semejanza” la mal llamada ”Democracia” como el modelo político ”ideal” y por ideal, eterno. No sobra decir que ese modelo adolece de fallas en su estructura y en su aplicación práctica. No puede haber ”democracia” en un sistema que se sustenta en la desigualdad de los seres humanos y en la ”explotación del hombre por el hombre” y que para implantar las políticas definidas por el círculo en el poder recurre a la más sistemática y sangrienta violencia contra las clases desafectas del poder.

Se plantea que la ”democracia” es el modelo ideal porque ”protege al débil del poder de los poderosos”. Según Wikipedia ”en sentido estricto, la democracia es una forma de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales”.

Lo que nos lleva a la pregunta: Son todos los miembros ”libres e iguales"? En Colombia podríamos aplicar ésta definición de ”democracia”? En Colombia se propagandiza sobre la ”democracia más antigua de latinoamérica”, pero la realidad nos muestra que lo que se aplica es un Terrorismo de Estado que ha sumido al pueblo en una terrible Crisis Humanitaria.

El maestro Francisco Leal en entrevista concedida a El Espectador dice categóricamente que ”No hay ningún período de la historia del país en donde la política no haya tenido como intermediación a la violencia. La política no puede ser la continuación de la guerra. En estos momentos la función de la política es institucionalizar los conflictos y negociar los intereses para evitar que éstos se desborden en violencia. Por esa razón la guerra es el fracaso de la política.

Esas acciones políticas violentas son utilizadas en el momento actual por los ”enemigos de la Paz" dentro y fuera del gobierno y del estado. Ya son ellos de sobra conocidos y recurren a los métodos violentos porque es la única forma que conocen de resolver conflictos y por tal razón cada día van quedando más aislados. Cuánta razón asiste a las FARC-EP en su planteamiento de la ”solución politica” al conflicto interno colombiano, ya que los colombianos nunca hemos vivido y ejercido realmente la democracia por cuanto por diferentes métodos nos ha sido aconculcada. Por el contrario, la utilización de la violencia con el ataque a Marquetalia en 1964 dió origen a que el pueblo entendiera que a la oligarquía en el poder no les interesaba lo más mínimo que el pueblo ejerciera su derecho a ejercer la ”democracia”, posición que ha seguido hasta nuestros días.

La ”solución política” implica desarmar no sólo los fusiles, sino los espíritus para que podamos realmente en esta etapa  ejercer la democracia en Colombia. En este punto tenemos que señalar la imperiosa necesidad de construir una ”Nueva Democracia” para desarrollar la acción política en nuestro país, es decir, para que al pueblo colombiano no le sigan conculcando su derecho a ejercer el poder como ha ocurrido en éstos 200 años.

Evidentemente que la Democracia no es la forma ”ideal” para que el pueblo ejercite realmente la política por que en el sistema capitalista que vivimos y sufrimos de variadas maneras, el pueblo soporta además de la violencia ejercida con las armas legales e ilegales en poder del círculo en el poder -que responde a los intereses de los ”poderosos”-, sino también formas de violencia ejercida desde la estructura: hambre, falta de salud, constreñimiento mediante las leyes, y todas las superestructuras que impiden la libre manifestación del ser humano.

Por ello, como forma de construir el más amplio modelo planteamos el socialismo ya que éste sistema va más allá de la democracia y es que proponemos una ”Nueva Democracia” que vaya preparando al pueblo colombiano a ejercitar esa ”democracia” y una vez aplicada y evaluada se verá la necesidad de avanzar en la construcción del Socialismo.

Quisiera dejarlos con el siguiente concepto que ejemplariza el significado la lucha de los revolucionarios por la ”democracia”: ”los marxistas saben que la democracia (burguesa) no elimina la opresión de clase, sino que torna la lucha de clases más directa, más amplia, más abierta y pronunciada, y eso es lo que necesitamos, precisamente. Cuando más amplia sea la libertad de divorcio, tanto más claro será para la mujer que la fuente de su esclavitud doméstica es el capitalismo y no la falta de derechos. Cuanto más democrático sea el régimen de gobierno, tanto más claro será para los obreros, que la raíz del mal está en el capitalismo y no en la falta de derechos. Cuanto más amplia sea la igualdad de derechos de las naciones (que no es completa sin la libertad de separación), tanto más claro será para los obreros de las naciones oprimidas que la causa de su opresión es el capitalismo y no la falta de derechos”.

Entender ésta realidad llevará realmente al pueblo a entender la necesidad de construir una sociedad socialista. Hacia allá transitamos.

Invisibilizando el narco paramilitarismo



[Cambio Total].

Los gobiernos colombianos, en representación del estado capitalista neoliberal, siempre han tratado de “invisibilizar” los problemas y las víctimas de esos problemas. Así sucedió con “La Violencia”, la cual en nombre de un falso enfrentamiento de liberales y conservadores pobres –la cúpula se cuidó de poner algún muerto-, escondió que el fenómeno obedecía a las recomendaciones de los estrategas gringos que les dictaban sus concepciones y planes a los gobernantes colombianos –Ospina Pérez entre ellos-. 

No importa que « La Violencia » haya producido 300.000 muertos y 2 millones de desplazados forzados –forma de acumulación capitalista que retrotrajo a Colombia al feudalismo o le impidió salir de él-. No importa que mediante la violencia se haya despojado y asesinado a esos millones de colombianos.

Al final, todo se vuelve un problema « estadístico », en que lo importa es que las cifras « muestran » que el fenómeno de la violencia agenciada desde el Estado ha dismunuído, lo cual pone contentísimos a los miembros de organismos internacionales como la ONU y la OEA, en tanto el desangre continúa a cuenta gotas en el territorio nacional. Los muertos continúan, uno aquí, otros dos allá, y así en sucesión infinita hasta cumplir lo ordenado por las políticas diseñadas desde Washington, implantar el neoliberalismo que extrae –roba- los recursos naturales de los colombianos.

Desde el Estado se lanza toda una campaña sostenida para « invisibilizar » el problema, eximirlo de responsabilidad y que éste no tenga que « pagar los platos rotos », platos que ellos mismos rompieron. Por ello nunca aparece que –por ejemplo- los « pájaros » de « La Violencia » y los « narco-paramilitares » son monstruosas creaciones de unos no menos monstruosos políticos y generales de las fuerzas militares, es decir, son parte de la politica estatal contrainsurgente. http://cambiototalrevista.blogspot.se/2013/01/ideas-para-la-paz-revisando-la-historia.html
 
Aún estando caliente el « cadáver del narco-paramilitarismo », enseguida los generales de la república bautizaron con la sigla « BACRIM » a los continuadores del narco-paramilitarismo, o sea, los neo-narcoparamilitares, en prueba de que ellos sabían que el fenómeno de las bandas de asesinos continuaría, lógicamente porque algunos narco-paramilitares desaparecían de la escena, pero la « doctrina » continuaría sin solución de continuidad, sin ruptura, y la « obra » seguiría en escena.

De ésta manera ya los defensores de derechos humanos no podían culpar a las fuerzas militares que en alianza con los narco-paramilitares ejecutaban, desaparecían, masacraban, desplazaban, miles de colombianos, sino que los crímenes eran y son cometidos por unas difusas bandas criminales –BACRIM-, las cuales andaban y andan por el territorio nacional « sueltas de madrina » cometiendo toda clase de barbaridades y excesos, incontroladas e incontrolables, mas no eran ni son « responsabilidad del estado ».
Así se invisibiliza la guerra adelantada desde el Estado por los « señores de la guerra y la muerte », así se hace difícil encontrar los culpables y la impunidad aumentará del 99% al 100% y las culpas recaerán en las BACRM, esa monstruosa criatura que tiene cientos de cabeza pero ningún rostro. Qué ha cambiado ? Nada, definitivamente

Las políticas y doctrinas que mueven a los sectores en el poder son las mismas, así se esfuerzen en mostrar que las « nuevas amenazas » son menores y traten de disfrazarse de víctmas, a pesar de que hoy día hasta los defensores de derechos humanos son « objetivo militar » de los neo-narcoparamilitares y de algunos militares (por ello un "nuevo" fuero militar), pudiendo el Estado –el supremo comandante de las fuerzas militares y supremo hacedor de la guerra- seguir tranquilamente con la política de exterminio contra los líderes del pueblo colombiano, porque de lo que se trata es de implantar el neoliberalismo y sus formas de expoliación y superexplotación a como dé lugar, a sangre y fuego, porque hay que recordar quiénes están en los organismos internacionales. No son representantes de los estados que desde siempre han adelantado las guerras de conquista y repartición de los mercados ? No son los viejos y nuevos imperios ?

Todos con todos


Alfredo Molano Bravo



Por: Alfredo Molano Bravo

Hace pocos días estuve en Montes de María, una región bella y amable que ha sufrido la violencia en todas sus formas desde la época en que Sancho Ximeno —que ha pasado en nuestra historia patria como el defensor de Cartagena contra los piratas ingleses— fue también el brutal perseguidor de los negros que se arrochelaban en la zona cenagosa del Canal del Dique y resistían en la pequeña cordillera.

 

Fue don Sancho el que si bien redujo al héroe de los cimarrones, Benkos Biojó, no pudo acabar con la rebelión de los esclavos que sobrevivieron en palenques; el más conocido, San Basilio, aún conserva palabras de las lenguas africanas. En los Montes se acostaron con las indias chimilas y zenúes y viceversa, y se pasaron por la faja las barreras raciales. Un primer unos con otros y todos con todos. Más tarde los españoles trataron de sacar a esa gente a punta de tiros de mosquete y perros rabiosos, para poblar la región con colonos criollos y hacendados blancos. Pero unos y otros terminaron gateándoles a todas, y todas abriéndoles campo en el chinchorro a unos y otros. Una segunda batalla ganada por la cama libre. De ahí fue saliendo y puliéndose el todos con todos que terminó siendo la norma de convivencia de nuestro pueblo levantisco. Algunos grandes hacendados, si bien acostaban ‘a la brava’ a la servidumbre de sus haciendas, mantenían relaciones con sus esposas para excluir de la herencia a todo mestizo. Pero, al contrario, los mestizos se divertían de cama en cama y de chinchorro en chinchorro, sin miedos, sin cálculos, sin reservas. Lo que sucedió en Montes de María sucedió —y sucede— en todo el país.

La violencia pasó por esos montes y por esas sabanas como guerra civil. Todos los bandos buscaban el control del río Magdalena y reclutaban niños, mujeres y hombres como carne de cañón. Pero entre batalla y batalla, y también durante las batallas, el todos y todas contra todas y todos mandaba más que los generales, y en las noches los gemidos de goce en las tiendas y hamacas opacaban los de los moribundos. Somos hechos de polvo y pólvora. Guerras civiles que no han terminado. Tampoco las otras batallas.

El último capítulo fue el que escribieron —y escriben— los campesinos en rebelión contra los hacendados de Sucre, Bolívar y Magdalena, uno de cuyos epicentros sigue siendo los Montes de María. Las guerrillas echaron raíces en esa pelea y los paramilitares fueron organizados y financiados para ganarla. Y la ganaron: los bombardeos de la aviación fueron consolidados con masacres y masacres. Las tierras de los campesinos fueron arrebatadas, las haciendas corrieron sus cercas; los notarios firmaron escrituras a dos manos. Y entraron a gozar de las victorias los grandes inversionistas: los fabricantes de arepas, los industriales de la palma africana, los empresarios del cemento, las empresas reforestadoras con teca y pino, con eucalipto y acacia magnum, cultivos devastadores de la fauna y la flora vernáculas. Los ganadores reclamaron sus derechos de vencedores y los pueblos se llenaron de discotecas y prostíbulos donde, dicho sea de paso, se mercadea cualquier cosa, todo o nada.

También apareció una carretera hecha por ingenieros militares que, se dice, costó tres veces más porque de cada viaje de varilla, cemento y combustible, sólo se usaba una parte porque las otras dos desaparecían en los bolsillos de oficiales contratistas. Ahora se sabe el destino y la razón de esa vía con especificaciones de autopista que Uribe inauguró como el más glorioso logro de la seguridad democrática: un puerto en Tolú para sacar aceite de palma, carne en canal, cemento y madera hacia el exterior desde los emporios paisas y los latifundios costeños.

En Macayepo, situado en la cresta de esos montes, en el atrio de una iglesia abandonada donde crecen los yarumos, dos burros machos gozaban entre sí de las facultades que Dios les dio, como para demostrarle al procurador —un macho santandereano— y al eterno senador Gerlein —un varón cartagenero— que ese derecho es tan natural como el que asiste a todos con todas y viceversa, y al contrario. La verdad, siempre es sospechoso tanto machismo institucional.

 

·                     Alfredo Molano Bravo | Elespectador.com


La herencia del nazi





Lo peor no es la influencia de la doctrina nazi de Valenzuela sobre los lunáticos supremacistas, sino las evidencias de que hubo cercanías y afinidades con Alejandro Ordóñez, hoy procurador general.


Armando Valenzuela Ruiz fue un curioso personaje que pasó de guerrillero en los años sesenta a impulsor del movimiento político de los paramilitares del Magdalena Medio, unos años después. El extremismo fue su forma de vida. Buena parte de su obra está dedicada a negar el holocausto judío.

Para él, era una falsedad histórica que el régimen de Hitler hubiera asesinado a 6 millones de personas, la mayoría de ellas judías, pero también otras acusadas de inferioridad racial.

La imagen y biografía de Valenzuela inspiran hoy a un movimiento nazi en Colombia. La organización Tercera Fuerza lo reivindica como “la figura más saliente (sic) e incontaminada de la generación del medio siglo en Colombia”. (Ver la página web que lo demuestra).

Los nazis colombianos dedican un Sieg Heil! para saludar la memoria de Valenzuela y se declaran blancos puros. El primer punto de su decálogo reza: “Reconocemos que Colombia es un país donde su suelo lo comparten distintas culturas y etnias, en el cual la raza blanca es minoría. Por ende es función primordial establecer un programa de eugenesia y conservación racial, para que dicha población se desarrolle y consolide”. (Ver decálogo).

Los nazis están reclutando jóvenes para su causa. En el formulario de inscripción les preguntan: “¿Cuál es la visión que usted tiene sobre el Nacional Socialismo o el Fascismo y por qué se identifica con él?”. (Ver formulario).

La página del grupo, que venera a Adolfo Hitler, también muestra galerías fotográficas con entrenamiento de corte militar para sus miembros (ver fotos de entrenamiento) y reuniones de camisas blancas y pardas, alrededor de la cruz gamada nazi. (Ver fotos de reunión).

Lo peor, sin embargo, no es la influencia de la doctrina Valenzuela sobre este grupo de lunáticos supremacistas, que crece por falta de control de las autoridades.  Lo verdaderamente grave es que hay evidencias de que hubo cercanías y afinidades entre el señor Armando Valenzuela y Alejandro Ordóñez, hoy procurador general de la Nación.

Ordóñez y Valenzuela firmaron con otras cinco personas, un mensaje de apoyo al dictador ecuatoriano, general Guillermo Rodríguez Lara, conocido como Bombita. La comunicación de 1975 al golpista que acababa de salvarse de un contragolpe, afirma: “Nacionalistas colombianos congratulámoslo respetuosamente su histórico triunfo contra politiqueros intrigantes militares indignos instigados masonería internacional”. (Ver mensaje).

El pomposo telegrama fue publicado en un periódico llamado Colombia, que dirigía Armando Valenzuela. La publicación era abiertamente antisemita y uno de sus temas recurrentes era la negación del holocausto.

Hace unos días, en Blu Radio, el escritor Héctor Abad Faciolince le hizo una pregunta al procurador Ordóñez relacionada con el asesinato de 6 millones de personas por parte del régimen nazi.

La pregunta de Abad fue inteligente y clara: “Señor procurador, con el mayor respeto, ya que usted menciona que se siente como en un juicio de Nuremberg…Varios obispos lefebvristas, comunidad católica a la que usted pertenece, han sido negacionistas del holocausto judío. ¿Usted los sigue también en esta materia? ¿Es decir, usted también cree que el holocausto judío, por parte del gobierno de Hitler, fue una exageración?”.

El procurador Ordóñez, quien segundos antes había aceptado la pregunta de Abad “si era respetuosa”, decidió no responder: “Bueno mucho gusto Néstor. Le agradezco la entrevista. A mí me llamaron para hablar de estos temas del marco jurídico para la paz y de temas que tienen que ver con mi ejercicio funcional. Le agradezco mucho su entrevista. Adiós, adiós”. (Escuchar el audio).

El sitio de internet de los nazis, admiradores de Valenzuela, refleja simpatía por las posiciones del procurador a quien llaman “el último hombre en pie con sentido común”.

La página celebra entre otras cosas que el procurador Ordóñez quiera matar la Ley Antidiscriminación. La norma pide cárcel para quien discrimine a una persona por razón de su raza, su religión o su preferencia sexual. Ordóñez le pidió oficialmente a la Corte Constitucional que tumbe esa ley porque –a juicio suyo– viola los derechos a la libre expresión y a la libertad religiosa de los discriminadores. (Ver página).


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Publicado por Blogger en CambioTotalRevista el 4/28/2013 09:49:00 p.m.