jueves, 11 de julio de 2013

Catatumbo, sigue la tormenta. Santos juega al desgaste. Por Horacio Duque.

La respuesta del gobierno de JM Santos es enviar más tropas a Catatumbo y levantarse de la mesa del diáologo.





Con el comportamiento del gobierno en el conflicto sociopolítico del Catatumbo se desenmascara su falaz retórica en el tema de la paz. Mientras en La Habana proclama su adhesión a la democracia y al respeto por la diferencia, en los conflictos sociales reales niega los derechos y hace uso de la violencia para aplastar las demandas populares.

En la explosión campesina del Catatumbo Santos ha mostrado su verdadera naturaleza autoritaria y neoliberal en favor de las multinacionales mineras, el militarismo uribista, las mafias del narcotrafico y la corrupción de la clase política nortesantandereana.

El comportamiento de los delegados oficialistas está plagado de cinismo, demagogia incoherencia e intolerancia frente al pliego y la movilización rural ocurrida en Tibu, Ocaña, San Calixto, Convención, El Carmen, Ábrego, Teorama, Tarra, La Laya, La Gabarra, Zulia y Sardinata.

Hoy las conversaciones están en un callejón sin salida.

La eminencia gris que mando la Casa de Nariño (para reemplazar el borracho de los chistes malucos), un empresario de Tras Milenio en Bogota, dizque experto en solución de conflictos, ha hecho todo lo contrario de lo que sugieren los protocolos universales conocidos para las negociaciones concertadas. Lo primero que le pidió a los delegados agrarios era que suspendieran su huelga y guardaran el pliego de peticiones.

Con esta jugada sometió, durante cinco días, a un desgaste la protesta popular.

No obstante que el Ministro del Interior anunció, con bombos y platillos, que pagarían la deuda social del Estado con los campesinos, ordenaron excluir el tema de la Zona de Reserva Campesina y su Plan de Desarrollo, único proyecto que permite proyectar con seriedad las soluciones a los graves problemas de casi 300 mil ciudadanos de la zona.

El señor Santos no tiene voluntad democrática y bloquea las soluciones en el Catatumbo.

Igual sucede con los otros asuntos incluidos en el pliego.

No acepta revisar el punto de la Locomotora minera y sus graves daños sobre los ríos, el bosque y recursos naturales. Prefiere que las multinacionales sigan con el saqueo del carbón y el petróleo, que abunda en dichas tierras, pero es una desgracia para sus pobladores porque los únicos beneficiarios son los capitales extranjeros y los políticos del régimen que se roban las pocas regalías que quedan.

No admite debatir ni analizar la situación de los derechos humanos, en una región martirizada por el militarismo que impera con la zona de consolidación y recuperación estratégica, donde los militares fascistas imponen su ley con empadronamientos continuos y con la instalación de batallones en escuelas, hospitales, iglesias y las viviendas de los campesinos.

Impone un enfoque equivocado en el punto de la erradicación de los cultivos de coca porque ha estigmatizado los raspachines como grandes narcotraficantes, mientras mira para otro lado frente al Cartel de los "Pepes Alvarez", la mafia que se adueño de Puerto Santander y de medio Cucuta, donde lava dineros de la exportación de coca por Venezuela, con la construcción de lujosos conjuntos residenciales en el Oriente de la Ciudad. Misma mafia que reactivo los paramilitares organizandolos como las Autodefensas de la Frontera, comandadas por alias Chang, un siniestro y criminal personaje que se mueve en Cucuta y la frontera con la complicidad de las autoridades penales y policiales que lo visitan con frecuencia para tomar Whisky en su masion del conjunto siguiente a Prados del Este.

Y omite la corrupción de los políticos de la región senadores y representantes, con diputados, gobernadores, alcaldes y diputados, que saquean los dineros de las regalías de la Ley de victimas y de la reconstrucción de Gramalote que nunca se dio.

Ocaña es un ejemplo de corrupción en el Catatumbo. Allí el representante ultragodo Ciro Rodriguez dispone a su amaño y capricho de instituciones y presupuestos que desvia para su beneficio, el de sus amigotes de directorio y el de sus familiares. Y Santos lo celebra y recompensa con jugosas prebendas ministeriales.

Sigue la tormenta en el Catatumbo y los campesinos requieren de la solidaridad de todos.