El bípedo implume
Por Alberto Pinzón Sánchez
La batalla diplomática y de ideas que se desarrolla en la
Habana, entre el Estado colombiano y las FARC-EP, en una primera fase ha
mostrado al mundo que el largo y complejo conflicto colombiano es un “bípedo
implume” que camina sobre dos patas: Una, si se quiere la Izquierda, es la
herencia colonial española, intacta hasta hoy día, de la tenencia de la tierra,
y la otra, talvez la derecha, es el Terrorismo de Estado con todos sus
antecedentes políticos y militares. Veamos:
1- bipartidismo hegemónico.
2- Violencia chulavita conservadora (paramilitarismo conservador
1948-1953).
3-Dictadura bipartidista de
Gurropín y bombardeos masivos sobre los Llanos, Tolima y Sumapáz.
4-Frente Nacional bipartidista
y guerrillas liberales limpias.
5- Bombardeos del Plan gringo LASSO sobre Marquetalia y Riochiquito.
6-Seguridad Nacional de Turbay.
7- Tregua de Belisario y Exterminio de la Unión Patriótica.
8-Bipartidismo neoliberal ampliado con los paramilitares “comandos
populares” del EPL (guerrilleros maoistas desmovilizados que formaron el
partido)-Esperanza Paz y Libertad (que hicieron alianza paramilitar con las AUC
para exterminar a la izquierda de la UP y el PCC, sobre todo en la región
bananera de Urabá).
9- Ingreso pleno del narcotráfico en la política de Colombia, con el
financiamiento de la campaña de Samper Pizano.
10- Guerra Contrainsurgente.
11-Perfidia de Pastrana y nacionalización de las AUC de Carlos
Castaño-Mancuso y cía.
12. Estado de Opinión (de tres huevos) de Uribe Vélez y el primo de
Pablo Escobar.
13-Captura definitiva del Estado por los narco-para-políticos.
14-Falsos Positivos, tragedia humanitaria, y, elección de Juan Manuel
Santos ect. Y. . .
15- finalmente apertura de un proceso de paz en la Habana. En lo que
estamos.
Se ha acordado (no negociado) tras largos meses de
conversaciones diplomáticas en donde se ha combinado la Política con la
economía, la sociología, la antropología y demás ciencias humanas auxiliares;
evacuar el primer punto de la agenda pactada sobre el Asunto Agrario. Ha sido
un acuerdo eminente político, sobre un asunto político y con repercusiones eminentemente
políticas, como lo demostró en la práctica la respuesta de Uribe Vélez y sus
latifundistas ganaderos, y así lo ha entendido no solo el último de los
campesinos colombianos despojados de su tierra, sino todo el mundo civilizado.
Sin embargo, el gobierno de Santos, afanado por su futuro
personal y la premura electoral de su reeleción presidencial, más no por el
futuro del país y su población; insiste (apoyado irrestrictamente por la
falsimedia que maneja) en continuar rotulando a sus interlocutores como “terroristas”.
Una de las características de los Ludópatas como lo describió magistralmente
Dostoievski en el Jugador, es no aprender de la realidad. Pero bueno…
Se ha dado paso a una segunda fase de esta batalla de
ideas y propuestas, que también está demostrando la pobreza mental del trust
mediático y desinformador al servicio del Ministerio de Guerra de Colombia, que
con su pretensión inicial de convertir el proceso de la Habana en “un negocio
rapidito de toma puestos en el congreso y daca tus armas”, ahora pretende
atravesar la pollina del NO rotundo a la propuesta de una “indispensable” Asamblea
Constituyente, para no discutir (aquí y ahora) la otra pata del cojo. El
Terrorismo de Estado y sus antecedentes político-militares arriba mencionados.
Y para ello nada mejor que un “buen Santanderista”,
experto en leyes es decir en urdir y tejer la trampa; para que convenza con su
doble moral a los bobos de la patria boba, de que la Constitución neoliberal
del 91 es un tratado maravilloso y vigente de Paz y Justicia Social, de Democracia
y Soberanía.
·
Que en los escasos 22 años de
vigencia no ha sufrido ni una sola enmienda personalista.
·
Que ha resuelto con su
prolongación de la Ley 100 todos los problemas de Salud de los colombianos.
·
Que con una Fiscalía que le cuesta
al país varios millones de dólares al día ha resuelto el problema Político de
la corrupción y de la impunidad.
·
Que el ordenamiento territorial
allí consignado se ha realizado en un 0,01%. Que la apertura neoliberal allí
autorizada ha resuelto el problema a cafeteros, paperos, cebolleros, lecheros y
demás.
·
Y que los 6 millones de campesinos
desplazados y despojados legalmente de sus propiedades son migrantes internos
en busca de nuevos mercados.
En fin, que la democracia colombiana es igual a la de
Estados Unidos (su modelo) donde no hay ningún fraude o delito contra el voto,
ni contra los electores y en donde todos invocando ese “hermoso vallenato
puesto en forma de código” como llamó Gómez Méndez a esa Constitución del 91,
no han sufrido el Terrorismo de Estado que dicha “ley de leyes” permitió,
cohonestó y legalizó. Y por lo tanto, es inconveniente o no conveniente
convocar una Asamblea Constituyente que la remplace, porque la “última ratio” del
“coco” de Uribe Vélez, pude poner muchos asambleítas que nos devolverán
literalmente a la edad de piedra.
Entonces uno desconcertado tiene la urgencia de
preguntarse ¿Para qué sirve la lucha armada sino es para derrotar al fascismo
con su Terrorismo de Estado? ¿Para qué quieren a toda costa desarmar
anticipadamente las insurgencias guerrilleras colombianas?
¡Para seguir en lo mismo. Definitivamente no aprenden de
la realidad!