Mujeres de Urabá, desplazadas por la alianza Estado-Paramilitarismo y por ser esposas y militantes de la Unión Patriótica, aqui en condiciones infrahumanas en el sector de la Usme. |
Por Oidhaco
Este jueves 20
de junio se celebra el Día Mundial de las Personas Refugiadas y el 27 el Día
Mundial Contra la Tortura, días que, desafortunadamente, nos obligan a pensar
en Colombia.
Este jueves 20
de junio se celebra el Día Mundial de las Personas Refugiadas y el 27 el Día
Mundial Contra la Tortura, días que, desafortunadamente, nos obligan a pensar
en Colombia y afrontar la triste realidad que va más allá de las noticias que
podemos leer sobre el proceso actual de dialogo entre el Gobierno de Santos y
las Farc en la Habana.
Según el Centro
de Vigilancia del Desplazamiento Interno, con sede en Ginebra, entre 4.9 y 5.5
millones de colombianos son víctimas del desplazamiento interno, superando en
dos millones a Siria. En el último informe de la organización no gubernamental
Codhes, se estima que en 2012 hubo 256.000 nuevas personas desplazadas; a
finales de marzo 2013, la Oficina de Coordinación de los Asuntos Humanitarios
de las Naciones Unidas (OCHA) alertó acerca de un aumento del desplazamiento
forzado en Colombia durante el primer trimestre de 2013. Señaló que en este
período, teniendo en cuenta solamente los desplazamientos masivos de más de 50
personas “10.694 personas fueron desplazadas por la fuerza. Esto representa un
aumento del 59 por ciento”, si se compara con el primer trimestre de 2012. Las
estimaciones de 2011 de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados
hablaban de 400.000 colombianos refugiados en otros países.
La impunidad
generalizada frente al abandono forzado y el despojo de tierras es alarmante.
Según la Corte Constitucional, de cada 200 casos, menos de uno llega a la etapa
de acusación, es decir, más de 99,5% queda en la impunidad. En su informe de
noviembre de 2012, la Oficina de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional
(CPI) consideró que existe una “base razonable” para creer que crímenes de lesa
humanidad han sido cometidos por los actores del conflicto armado, entre ellos,
los desplazamientos forzados. De esta manera anunció que los procesos
judiciales relacionados con el desplazamiento forzado estarán entre los
elementos en los cuales centrará su examen preliminar sobre Colombia.
Frente a tal
magnitud el silencio de la Unión Europea sorprende. “La Unión Europea y sus
representantes parecen más dispuestos a felicitarse de la ratificación del
acuerdo comercial. Para ello realizan visitas a Colombia con el fin de analizar
oportunidades para las empresas europeas. No la vemos tan proactiva a la hora
de pedir públicamente mejoras reales en la grave situación que vive Colombia”
declara Vincent Vallies, portavoz de Oidhaco.
Y este silencio
se repite cuando Colombia se niega a aceptar la recomendación realizada por más
de 10 países durante el Examen Periódico Universal de Naciones Unidas en
Ginebra: la ratificación del Protocolo Facultativo de la Convención Contra la
Tortura. “Qué puede justificar la no ratificación de un instrumento
internacional que busca apoyar los países en la lucha contra un crimen tan
horrendo como la tortura?”, se pregunta Oidhaco.
“La Unión
Europea no puede quedarse mirando únicamente los posibles avances de un proceso
de diálogo entre el gobierno del presidente Santos y las Farc: es necesario que
haga visible la grave situación de derechos humanos en Colombia. La UE tiene el
deber de condenar esta situación y ofrecer su apoyo para encontrar una solución
a estos crímenes y la impunidad que los rodea” concluye el portavoz de la
Oidhaco.