ECONOMÍA:
Tormenta a la vista
“No conocemos en qué momento la administración Santos
va a ejecutar las obras que el país demanda urgentemente para contrarrestar en
algo la recesión que se avecina”
Por: Salomón Kalmanovitz, fuente: El Espectador
El resultado del crecimiento de la economía de
Colombia durante el primer trimestre del 2013 fue pobre otra vez: 2,8% frente
al de un año atrás y de 0,3% comparado con el trimestre anterior.
La industria
decreció 4,1%, algo muy grave con tantos TLC. De mantenerse la tendencia
intertrimestral, el crecimiento durante el año completo será de 1,2%, y no de
4,5%, que es el pronóstico revisado del mago de Hacienda, Mauricio Cárdenas.
Desde la demanda, el consumo de los hogares creció 3,2% (-0,5%
intertrimestral). La inversión creció 7,2% por los proyectos mineros y de
hidrocarburos que vienen de atrás, pero el crecimiento intertrimestral fue de
-1,4%. Las importaciones de maquinaria retrocedieron 6,6%, lo que permite
adelantar que la inversión seguirá deteriorándose en lo que resta del 2013.
En los últimos
9 meses, el crecimiento ha sido sólo de 2,9%, o sea que la economía está
frenada, y no hay a la vista factores externos que puedan cambiar la tendencia.
Por el contrario, continúa el deterioro de los términos de intercambio del país
con bajas protuberantes de los precios del café, oro, níquel y carbón, y el
petróleo también está siendo presionado a la baja, registrando US$93 por
barril, 21 de junio.
El origen del
problema es China, que parece estar en medio de una gigantezca burbuja
crediticia (inmobiliaria y de infraestructura), enfrentada con un fuerte
apretón monetario. Hay un aumento de la cartera morosa y los bancos registran
pérdidas sustanciales. La situación se agrava, porque sus exportaciones se han
debilitado con la recesión internacional, lo cual viene afectando negativamente
su manufactura. Algo similar viene sucediendo en la India. Todo conjugado da
lugar a una reducción de la demanda global por bienes primarios y a un
deterioro de sus precios.
Para complicar
más la situación internacional, el anuncio de Ben Bernanke de que la economía
norteamericana estaba en una senda de recuperación y que retiraría
eventualmente los estímulos monetarios (compra de bonos del Gobierno y títulos
inmobiliarios por el Banco de la Reserva Federal por US$85.000 mensuales) tumbó
tanto los mercados accionarios como de bonos de todo el mundo. Se manifiesta
que los fundamentos de ambos mercados —rentabilidad de las empresas y solvencia
de los gobiernos— no eran los mejores.
En el caso
colombiano, la salida de capital extranjero de portafolio le dio duro al
mercado de TES, que aumentó su tasa de interés de 4 a 6,5% anual, provocando
millonarias pérdidas a los fondos de pensiones e inversionistas que adquieren
estos papeles. Se encareció así el financiamiento en pesos del Gobierno y su
déficit se torna más penoso. La bolsa de valores se colocó por debajo de la
barrera psicológica de 13.000 el 20 de junio, después de haber estado en 15.000
en marzo. La salida paulatina de capital extranjero, incluso el destinado a la
minería e hidrocarburos, que se observa desde enero explica la fuerte
devaluación del peso que pasó de $1.770 a $1.937 por dólar.
Dentro de los
factores internos, el único que va bien es la construcción: las edificaciones
aumentaron 16% y las obras civiles 17,5%, pero dentro de estas la obra pública
decreció un 2,5%. Con 3 años a cuestas y mucha politiquería, no conocemos en
qué momento la administración Santos va a ejecutar las obras que el país
demanda urgentemente para contrarrestar en algo la recesión que se avecina.