James
Petras: “En Colombia la lucha por la tierra, por la justicia social,
constituyen el eje del conflicto y de su eventual solución”
EL VIERNES 31 DE MAYO tuvimos el placer de hacer
una entrevista telefónica al sociólogo norteamericano James Petras, en el cual
tratamos las complejidades del proceso de paz en curso en Colombia. Proceso que
abre una oportunidad histórica de poner en el tapete las causas estructurales
que han gatillado históricamente la violencia de clase, pero el cual enfrenta
formidables enemigos, desde el imperialismo hasta la falta de voluntad de la
oligarquía de hacer concesiones significativas o de implementarlas en la
práctica. Un lugar crucial en este franco debate lo constituyó la reciente visita
de Capriles y su significado, al ser parte del doble juego de Santos que, por
una parte habla de hermandad y por otra, se alía con los golpistas; que
mientras habla de paz, fortalece al ejército y busca alianzas con la OTAN; que
mientras exige gestos a las guerrillas, sigue bombardeando, persiguiendo a
dirigentes populares e implementa una campaña mediática propia de la guerra
sucia para dividir al campo popular. Mención aparte merecen las reflexiones de
Petras en torno al modelo de paz irlandés y sus diferencias claves con la
eventual paz que se necesita en Colombia -más allá de cierrtos aspectos
metodológicos (cese al fuego, proceso integral, agenda abierta) es importante
tener en cuenta las diferencias fundamentales de ambos conflictos y la dinámicas
propia a la lucha de clases en Colombia. Estas reflexiones son hechas en el
marco de la reciente visita que realizó a la República de Irlanda.
Dejamos con ustedes esta
entrevista con una figura de primer orden en la izquierda internacional para
aportar con nuevos elementos al proceso que atraviesa Colombia, el cual precisa
que los movimientos populares se pongan a la cabeza y estrechen sus lazos en un
solo clamor por la solución política al conflicto social y armado.
José Antonio
Gutiérrez/Eliecer Jiménez
4 de Junio, 2013
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1. Usted es una persona que ha
seguido los sucesos políticos latinoamericanos durante varias décadas. Como
tal, ha visto el resurgir de los movimientos populares en la región y de los
proyectos de transformación social. En ese contexto, ¿cómo evalúa los diálogos
en la Habana que sostienen la insurgencia y el gobierno colombiano?
En primera instancia,
debemos reconocer que el hecho que el gobierno haya aceptado negociar con la
insurgencia es un paso positivo. Segundo, el hecho que entre ambos formularan
una agenda para discutir medidas concretas, positivas, es otro elemento
valioso. Tercero que haya involucramiento y consultas hacia los movimientos
populares para incluir sus opiniones sobre los asuntos en la agenda, sobre reformas,
es otro hecho positivo, más aún si comparamos este proceso en relación con
Centroamérica, donde los guerrilleros negociaron a puertas cerradas, excluyendo
al movimiento de masas. Cuarto, que el gobierno haya dicho estar dispuesto a
resolver los problemas del campo es también algo positivo.
Pero hay varios problemas
que debemos tomar en cuenta, como que el gobierno siga la militarización del
campo, que siga reprimiendo campesinos, asesinando, tomando presos,
desapareciendo como siempre. Todo esto señala una continuidad con el pasado de
Uribe… no hay quiebre todavía. Otro hecho preocupante, es el hecho que el
gobierno de Colombia siga con las bases militares, con la ayuda militar
norteamericana, esto es algo muy contradictorio con los esfuerzos para resolver
el conflicto. Finalmente, debemos decir que la militarización del campo es
incompatible con las reformas del campo, porque los militares y los
paramilitares siguen reprimiendo y asesinando afrocolombianos, indígenas,
campesinos, desapareciendo personas casi diariamente…
Mención aparte merece la
noticia que Santos se ha reunido con Capriles, un golpista que no reconoce el
gobierno de Venezuela. Esto demuestra que hay mucha falta de seriedad, es una
mala señal. Hubo un acuerdo con Venezuela en el que se reconoció a este
gobierno como legítimo, y esto es una premisa para que el proceso pueda
avanzar.
El otro asunto es que hay
aspectos que debemos tomar en cuenta: en las negociaciones no hay señal de que
se vaya a considerar, por parte de la oligarquía, la gran concentración de
tierras. Ofrecen la reposesión para campesinos desplazados, ofrecen tierras no
cultivadas en las fronteras para asentar a los sin tierra… en otras palabras,
la clave del campo son las grandes tierras fértiles y con riego en manos de los
agronegocios y no está claro si esto entra a las negociaciones… esas tierras de
la oligarquía comercial no las tocan.
Quiero decir finalmente que
el gobierno de Colombia está haciendo un doble juego en todo este proceso: por
una parte hablan de solución negociada mientras siguen militarizando; hablan de
cooperar con Venezuela mientras apoyan a los golpistas; hablan de reforma
agraria y desaparecen activistas campesinos; todos estos elementos representan
un cuestionamiento de todo el proceso y cómo puede avanzar. Porque el gobierno
tiene una política a dos carriles, tiene en realidad dos políticas: habla de
paz y sigue con la política de represión, eso no satisface ni a las FARC ni a
Venzuela ni a ningún observador objetivo. Colombia debe abandonar el carril
golpista-militarista y apostar por la paz, o esto va a la ruptura… a pesar de
todo el optimismo ingenuo, no hay ruptura de Santos con Uribe, hay sólo un
cambio de estilo, hay más diplomacia, es menos frontal que Uribe. Pero ninguno
de los dos quiere reformas, quieren un poco de apertura política para los
guerrilleros y olvidarse de los millones de campesinos desplazados y despojados
de sus tierras.
2. ¿Cómo analiza usted la
visita de Capriles a Colombia? ¿Cree que su reunión con Santos es una torpeza
diplomática de éste o refleja otras intenciones políticas?
Capriles es expresión de la
política de EEUU, quienes tienen una política de intervención para la región.
Ellos, los EEUU, quieren la negociación con las FARC, pero solamente para
desarmar a los guerrilleros y al movimiento popular y conseguir seguridad para
las grandes inversiones en recursos primarios, particularmente en minería y
petróleo. Por otro lado, Biden, el vicepresidente de EEUU, dice que es positivo
que se negocie, pero la pregunta es sobre qué bases… Santos sigue la línea del
presidente norteamericano, que es la de buscar concesiones políticas sin
justicia social.
Capriles forma parte del
plan de desestabilización de Venezuela, él estuvo viajando en toda América
Latina, reagrupando la derecha en todo el continente, buscando puntos de
encuentro, lo que es una indicación que EEUU está preparando una
contraofensiva. El hecho que Santos tiene una cumbre con el jefe de la política
intervencionista norteamericana es señal que no tiene ningún interés en la
coexistencia pacífica con Venezuela… y como dice Diosdado Cabello, esto busca
descarrilar el proceso de paz. Capriles busca también usar a Colombia como un
trampolín para apoyar a los golpistas adentro, porque no tienen apoyo interno en
Venezuela, Washington está muy ocupado en Medio Oriente, entonces Colombia
entra a cumplir un rol clave. Es como un triángulo, Washington-Bogotá y la
contrarrevolución en Venezuela. Este es un triángulo nefasto, y es el punto de
posible ruptura en todo, no sólo para el mejoramiento y normalización de las
relaciones… también podría haber ruptura con las negociaciones en la Habana que
lleve a una remilitarización. Washington busca una falla para el quiebre y
aparecer como que ellos están en favor de la democracia, de la paz, y que los
medios de comunicación echen la culpa a Venezuela y a los revolucionarios de la
posible terminación del proceso
3. ¿Estamos entonces según
usted en un periodo crítico para los diálogos? ¿Cree que la posición de Maduro
de revisar su participación en La Habana pueda dar argumentos a Washington para
propiciar una política más agresiva contra la solución negociada?
Hay una intencionalidad de
producir un relanzamiento de la guerra fría entre Colombia y Venezuela pues no
hubo una recepción a un candidato derechista derrotado. El Capriles que fue
recibido por Santos es un golpista que lanzó una campaña violenta después de
las elecciones, que cuestiona el resultado democrático de este proceso, que
está constantemente consultando con Washington para desestabilizar a Venezuela.
Capriles no es cualquier candidato. Con quien se reunió Santos es alguien que,
en otro país menos democrático que Venezuela, estaría preso por delincuencia
política. Está involucrado en varios proyectos de desestabilización.
El gobierno de Colombia por
esta actitud extremista en reunirse con Capriles, va a tener que hacer pequeñas
concesiones para mejorar su imagen: ya ofrecieron vender más alimentos a
Venezuela por la escasez que se vive en ese país, pero no hablan del sabotaje
de los simpatizantes de Capriles. Colombia ofrece comida, pero sería mejor que
dejaran de apoyar a los que están detrás del desabastecimiento… Colombia dirá
que la reunión con Capriles era una reunión de poca significación, informal, pero
el hecho es que todos los medios la recogieron, Washington le da mucha
publicidad… decir que esto es un protocolo no es convincente…
4. Es muy preocupante su
visión, ¿cree que el incidente con Capriles pueda descarrilar las negociaciones
de paz?
Venezuela ya ha llamado al
representante de la Habana antes las negociaciones para consultas, lo cual es
una posición negativa frente a esta dupla de Capriles-Santos que emergió esta
semana. El próximo paso es la discusión sobre cómo reaccionar, en Venezuela no
pueden pasar por encima del hecho de que esta no fue una sencilla reunión
ordinaria, hay acuerdos no publicados, acuerdos comerciales, políticos… el mero
reconocimiento de este delincuente por parte de Santos es muy grave.
Pero los cubanos van a presionar
a Venezuela para que no se retire, pues Cuba está muy comprometida con el
proceso de paz. Creo que Venezuela volverá a las sesiones para ver cómo esto va
a evolucionar, las relaciones de Colombia con la oposición interna… si este
problema sigue, puede llevar a una ruptura, pues en la coyuntura actual todo
está en el aire, puede pasar cualquier cosa. Ahora hay una pausa de reflexión,
y creo que Venezuela, está ya tirando la pelota en el campo de Colombia
planteándoles cómo van a rectificar y corregir. Si siguen defendiendo lo que
hicieron, eso podría perjudicar todo.
Ahora cómo van a actuar las
FARC si Venezuela retira su representación, es otro tema. Es difícil que las
FARC sigan negociando con garantes como el Chile de Piñera y con la Noruega de
la OTAN… eso se vería muy desequilibrado, más allá de que Cuba esté presente,
es muy difícil que sigan en el proceso; eso pondría en cuestión las
negociaciones… creo que ellos no aprueban este acercamiento con Capriles y
ahora están conversando sobre los próximos pasos. Tienen también que considerar
las señales de mala fe de Santos en su análisis. En este escenario, las
presiones desde Colombia pesan mucho, las marchas populares, las
manifestaciones democráticas que exigen un acuerdo político, con justicia
social, son cruciales. Que el Polo Democrático Alternativo haya criticado a
Santos, diciendo que sabotea el proceso de paz con esta reunión, es un elemento
que pone presión interna, y las FARC están tomando todos estos elementos en
cuenta y tomarán medidas ante esta delicada situación.
5. Volviendo sobre el proceso
de paz, hay quienes han hecho paralelos entre el proceso de paz en Irlanda y
Colombia, y hay elementos que se han tomado del uno para aportar al otro. Sin
embargo hay diferencias cualitativas, ¿qué opina usted de esto?
En Irlanda consiguieron una
paz que baja la discriminación étnico-religiosa, se avanza en elementos de
igualdad política… sin la unificación de las dos Irlandas, sigue la
colonización de la corona británica, y otras cosas más. Esto fue un arreglo muy
mediatizado. En Colombia la lucha por la tierra, por la justicia social,
constituyen el eje del conflicto y de su eventual solución, no la
discriminación en sí misma, que también existe, contra los afrocolombianos, los
campesinos, los indígenas. En Colombia el cambio de la estructura económica
social es el eje, eso no fue el caso en Irlanda.
EEUU puede apoyar a Santos
para que las FARC presenten candidatos y formen un partido, pero no más. No hay
garantía tampoco de que los pactos se implementen, como en veces anteriores,
que las FARC aceptaron una tregua, bajaron de la montaña y asesinaron a miles
de personas en el genocidio de la Unión Patriótica. Hay que aprender de las
experiencias históricas, porque los gobiernos y la oligarquía han firmado
pactos de paz y la mayoría de los dirigentes y activistas sociales entonces son
eliminados. Las FARC necesitan tener algo más que un papel escrito, debe haber
señales reales, por ejemplo, la desmilitarización, el hecho que los 1500
asesores y asesinos norteamericanos en Colombia se vayan del país debería ser
parte del proceso de paz. Inglaterra tiene todavía sus tropas en Irlanda del
Norte. Hay diferencias entre los dos casos, y es más complicado en Colombia,
porque la lucha de clases, la lucha por la tierra, por la desmilitarización, es
un problema mucho más agudo en Colombia.
6. Por último, ¿cree usted que
Simón Trinidad pueda llegar a La Habana a jugar un rol en las negociaciones?
Si Simón Trinidad llegara a
La Habana, podría ser un paso positivo, pues podría así salir libre de unas
acusaciones fabricadas y creo que sería positiva su presencia como legítimo
delegado. Es una persona muy involucrada en las negociaciones de paz
anteriores, antes de caer en la trampa que le tendieron en Ecuador… con su
inteligencia, su conocimiento de los temas jurídicos, puede ser un factor
positivo, pero Washington no está dispuesto a liberar a nadie ni a hacer
ninguna concesión, pues viven de la venganza, de la política extremista
represiva. Ahora están hay un proceso en los tribunales, porque el Procurador
de Obama estaba espiando todos los medios de comunicación de masas, la prensa
comercial y burguesa, ni siquiera medios alternativos, sino que estamos
hablando de los principales diarios y emisoras, de periodistas intervenidos por
la policía secreta… si hacen eso a su propia gente, cómo van a dejar que un
representante de las FARC juegue un rol de paz en las actuales negociaciones de
paz… la gente no entiende a veces que este es un régimen policíaco represivo.
Todavía hay quienes creen que Obama es moderado y diferente a los otros
presidentes, eso es falso y contradicho por todos los hechos diarios, este
escándalo es prueba de que no harán ninguna concesión concreta porque no tienen
buena fe.