OPINIÓN EN ANNCOL:
Por Horacio Duque Giraldo.
VALLEDUPAR, 17 DE AGOSTO
DE 2012 / Sabemos lo que está pasando en
la economía. Los síntomas son evidentes. Tanto el gobierno como sus críticos
hacen el registro de los datos en la complejidad del PIB (industria,
agricultura, tasa de cambio, etc.). Dada la condición “imperialista” de la
economía, su convulsión tiene “externalidades negativas” en el resto del
universo social, dejando claro que no me atengo a una sobredeterminación económica
por el “simplismo” que dicho ángulo conlleva, tal vez otra manera de resaltar
la multicausalidad de los diversos fenómenos sociales.
Ahora la voz cantante corre por cuenta de la política y sus
signos. En otros términos, el mayor ruido lo emiten ciertas subjetividades
políticas con apariencia de novedad. La extrema derecha se autoproclama “Puro
centro democrático”, el centro “Pide la palabra”, cierta “izquierda” retoma su
sino dogmático para estigmatizar la Marcha Patriótica y los indígenas cobran
forma de multitud diversa y plural que busca la paz.
LA DERECHA FASCISTA QUE
CONVOCA URIBE Vélez registra como Puro centro
democrático. Salió de la clandestinidad y en principio privilegia dos
escenarios vitales: militares y jueces. En los cuarteles la propaganda se
orienta a propiciar un levantamiento militar desde la baja oficialidad contra
la “traición” de Santos porque avanza en una subrepticia negociación con la
guerrilla de las FARC. La correa de transmisión del Gran Jefe son prominentes
militares retirados con audiencia entre la masa de suboficiales, los directos encargados
de las operaciones de campo en la guerra interior. En la judicatura se
pretende, con la elección de nuevos magistrados y Procurador, hacer la contrarreforma
para eliminar decisiones progresistas de las altas cortes en materia de
derechos para los desplazados por el conflicto, de las víctimas de la violencia
y de las minorías sociales.
El centro del espectro político escogió como matricula “Pido
la palabra” para que en una sola voz, verdes, intelectuales, economistas y
otros profesionales, hagan planteamientos contra la corrupción de los
legisladores y burócratas y en favor de la educación como palanca central
del progreso en la sociedad postmoderna del conocimiento.
Jorge Robledo, senador del MOIR. |
LA VIEJA “IZQUIERDA”
DOGMÁTICA del MOIR (melindre maoísta de
pequeños cafeteros/ganaderos/paneleros/arroceros), en un alucinante retorno a
las prácticas sectarias de los años 70, se las arregló para propiciar una
componenda en el agónico y desacreditado Polo Democrático, con Jaime
Dusan, Carlos Romero y Clara López, que derivó en la exclusión ilegal del
Partido Comunista por su activa y legitima participación en la constitución de
la Marcha Patriótica, un
vigoroso movimiento sociopolítico que actúa como expresión de miles
de campesinos, jóvenes, mujeres, indígenas, afros y mujeres que buscan la
solución política del conflicto armado colombiano porque son las víctimas de la
atroz violencia que padecemos.
Menos contaminadas las minorías indígenas le han dado forma
política a una multitud plural y diversa para presionar el Estado paquidérmico
y autoritario en demanda de la desmilitarización de sus territorios del Cauca,
el reconocimiento de los derechos y el respeto por las formas de organización
alternativas a la institucionalidad tradicional. Por contraste con los
intelectuales de club y con los “izquierdistas” envanecidos del parlamento, los
indígenas dan ejemplo con gigantescas movilizaciones y contundentes acciones
que obligan al gobierno a tomar una actitud distinta a la punitiva, violenta,
judicial y policíaca.
Está en camino la reingeniería en el partido de la U y su muy probable mutación hacia un
reagrupamiento liberal, a la manera del “exitoso” PRI en México. Quede
claro que el Partido conservador hace siempre una reacción automática hacia
cualquier bipartidismo.