Por Alberto Pinzón Sánchez, cortesía de ARGENPRESS.info
miércoles, 1 de agosto
de 2012
Acaba de realizarse el 21 congreso del Partido comunista
colombiano (Pacocol) en Bogotá, con la asistencia comprometida de 374 delegados
de toda la geografía de Colombia y que como era de esperarse, fue ocultado por
el gran aparato mediático del régimen. Sin embargo, la madurez alcanzada en 82
años de lucha, muchos de ellos de la mano de Gilberto Viera, ha trascendido en
la enjundiosa, condensada y actual declaración política que los delegados
plenos firmaron este 21 de julio. Se puede decir claramente que ese colectivo
partidario ha respondido con gran altura intelectual y responsabilidad
histórica, al reto clasista de las circunstancias críticas actuales de una
Colombia trasnacionalizada y sumida en una guerra geoestratégica por el
militarismo intervencionista del “imperialismo colectivo, encabezado por el
imperialismo norteamericano” (sic).
Muchos planteamientos actualizados o novedosos (que
devuelven el optimismo histórico solicitado por Marx a los comunistas de todos
los países) se pueden sacar de esta declaración, que he leído en su totalidad
varias veces y, no dudo en recomendar. Deseo destacar (sin perjuicio de ser
repetitivo) algunos de ellos:
1 La caracterización de la profunda crisis global del
capitalismo neoliberal, su larga duración y su ampliación geográfica, que sin
duda alentará durante bastante tiempo, y para largo, la movilización social
masiva de los trabajadores y demás explotados y dominados del mundo. Así como
la caracterización que se hace del imperialismo en su fase actual colectiva y
de financiarización trasnacional violenta.
2 El remplazo definitivo del término gastado de
“Latinoamérica” por el concepto Bolivariano de Nuestra América. Lo cambios
progresistas continentales y la contraofensiva brutal de las fuerzas del
capital trasnacional por revertirlos.
3 La contextualización amplia que se hace de la Crisis de
descomposición en la que está sumida la Colombia actual, las contradicciones
dentro del bloque de clases dominante y las posibilidades excepcionales que se
abren en los “años venideros” a la lucha unitaria y amplia, la acción y la
movilización de los dominados y explotados, incluyendo los “limitados espacios
para la denuncia y la oposición parlamentaria dentro de la democracia
gobernante y el fraude electoral Estructural”, con el fin de construir un nuevo
poder popular y democrático.
4 Las conceptualizaciones guerra. La salida política ( ya no
la SN o salida negociada de antes) y, la Paz como justicia social,
democratización y desmilitarización de la sociedad, recuperación de la memoria,
reparación de las victimas y un nuevo poder materializado a través de una
Asamblea Nacional Constituyente en favor del pueblo, son sin duda desarrollos
fundantes.
5 También lo son, el deslinde con la llamada “izquierda
democrática” de los intentos del régimen por estabilizar la dominación y
explotación contando con ese sector político proclive y descompuesto. La Unidad
Popular en la acción amplia de masas y la definición de los puntos mínimos de
convergencia programática para desarrollarla.
Si esta declaración de luces largas (como parece ser) se
plasma en la realidad y supera los simples “llamados a la unidad del pueblo”,
para continuar con el electorerismo de los actuales carteles de la contratación
oficial en Bogotá, que tanto daño le han hecho a la Unidad Popular, estamos
ante una verdadera guía para la acción y el renacer del optimismo histórico
para Colombia. ¡Hay que estudiarla en su totalidad y sobre todo, ponerla en
práctica!