Bogotá D.C. 2 de
agosto de 2012
Periodista
Fidel Cano Correa
Director diario El
Espectador
Apreciado señor
Director:
El en el día de hoy, jueves 2
de agosto de 2012, el columnista de El Espectador, Rodolfo Arango, reconocido
intelectual y a quien leo con respeto, decidió dar su propia versión sobre la
Conferencia Nacional Ideológica del Polo Democrático Alternativo, reunida el
fin de la semana pasada en Bogotá. Sugiere el doctor Arango que el Polo le dijo
no a la Marcha Patriótica, sin embargo, en el texto explica es la posición del
maestro Carlos Gaviria Díaz, respetable, por supuesto, pero que no es
compartida por numerosos sectores del PDA, como fue evidente en el desarrollo
del debate democrático.
El Polo no le dijo no a la
marcha, lo dijeron algunos de sus dirigentes, voces respetables, pero que no
necesariamente expresan el sentimiento del partido. Por el contrario, el
comunicado final convoca a la más amplia unidad de la izquierda, en la idea que
solo una convergencia de fuerzas avanzadas podrá ser opción de poder para
conquistar la paz con democracia y justicia social. La misma propuesta que hace
Marcha. La democracia en el Polo exige también dar las versiones completas de
sus debates y resoluciones. Sobresale que hay desacuerdos sobre este punto,
pero lo que se optó fue seguir discutiendo hacia el Congreso Nacional al final
de este año o comienzos del próximo.
Marcha Patriótica es una
realidad nacional que no se puede ignorar. Arrancó con fuerza como lo registró
el país en la inmensa movilización del pasado 23 de abril, como en
manifestaciones posteriores recientes de presentación de los comités
departamentales en varias capitales colombianas. Es un movimiento político y
social, cuya base fundamental son más de 2.000 organizaciones populares de
todos los tamaños, nacionales y regionales, que le dan un talante particular y
lo convierten en protagonista de primera línea de la lucha social y popular.
Decir que Marcha Patriótica es
una organización de la guerrilla es sencillamente repetir el libreto de los
militaristas y de la ultraderecha, que buscan repetir el martirologio de la
Unión Patriótica. Decir que a la Unión Patriótica la exterminaron por el
vínculo con las FARC, es tanto como justificar el asesinato inerme de sus 5.000
militantes. A Jaime Pardo Leal, Manuel Cepeda Vargas, Leonardo Posada, Miller
Chacón, José Antequera, Bernardo Jaramillo, Teófilo Forero, Mercedes Méndez y
un largo etcétera, los asesinaron en la brega política, no en un campo de
batalla y en uso legítimo de un derecho constitucional. Buscando la paz y la
justicia social.
Marcha Patriótica no
reivindica las armas, ni hace la apología de la violencia, su apuesta es por la
paz, pero con democracia y justicia social, algo fundamental en la vida
política del país porque de la solución democrática y pacífica del conflicto,
dependen las garantías y los cambios que el país requiere. Es una opinión diferente
a los que desde la izquierda creen que los cambios democráticos en Colombia se
hacen mediante pactos con “burguesías nacionales” y en componendas con el poder
dominante. Sería bueno que un buen lector como el doctor Arango leyera los
documentos programáticos y declaraciones de Marcha que contienen sus
planteamientos medulares.
El debate en la izquierda debe
adelantarse de forma democrática, sin sectarismos ni odiosas exclusiones, mucho
menos con señalamientos que son peligrosos en un país con tantos riesgos como
el nuestro.
Atentamente,
Carlos A. Lozano Guillén
Director de VOZ, vocero de Marcha Patriótica y miembro de la Junta Nacional del PDA
Carlos A. Lozano Guillén
Director de VOZ, vocero de Marcha Patriótica y miembro de la Junta Nacional del PDA