Por Horacio Duque
Giraldo.
La palabra “exclusión” me trae malos recuerdos. Más cuando
se trata de una exclusión política. Viví en carne propia la exclusión del post
Frente Nacional, un arreglo bipartidista liberal-conservador que
deliberadamente marginaba a los comunistas y otras expresiones de la izquierda
de la vida política y electoral, en muchos casos mediante la violencia y el
terrorismo de “pájaros” y paramilitares.
Ahora reaparece el término a propósito de la “exclusión” del
Partido Comunista del Polo Democrático mediante una componenda del MOIR con
Clara López, su marido Carlos Romero, con Carlos Gaviria y el desacreditado ex maestro
Jaime Dusan. El argumento es una supuesta doble militancia comunista por su
activa y necesaria presencia en la constitución y organización de la Marcha
Patriótica, movimiento sociopolítico que congrega miles de campesinos, jóvenes,
mujeres, indígenas, afros y trabajadores en la búsqueda de la paz y la solución
política de la larga guerra civil colombiana que golpea los más pobres y
débiles de la sociedad.
Sacar a los comunistas del Polo Democrático es algo
regresivo e ilegal.
Regresivo porque los argumentos formulados por esta “izquierda”
sectaria (1) y corrupta en nada se diferencian de los de la ultraderecha. Son
iguales a los del Puro centro democrático uribista que justifica la violencia
paramilitar y la persecución de los comunistas en el manido argumento de una
esencialidad violenta y totalitaria de los mismos. Desconociendo la
multicausalidad histórica, política, social, económica del conflicto armado
colombiano que es menos el reflejo de la denominada “combinación de las formas
de lucha” y más la resistencia a la inveterada violencia de las castas
oligárquicas dominantes en el Estado colombiano, ajenas al procedimiento
democrático moderno, como de manera contundente lo demuestra el largo periodo
de Uribe Vélez en el poder en alianza con el narcoparamilitarismo.
El infame señalamiento y atropello a los Comunistas debe
tener muy feliz a Uribe Vélez y a todo el campo de la ultraderecha paramilitar
con nuevos elementos para seguir con el exterminio violento de los militantes
revolucionarios. Apareció la pata “izquierdista” del Puro Centro terrorista.
No obstante que los autores del desafuero dicen ampararse en
la Ley que prohíbe la “doble militancia” su determinación es a todas luces
ilegal. Es débil legalmente como dice Rafael Nieto Loaiza en su columna de
opinión “Se mueve la izquierda” en El Colombiano de Medellín (2). De allí la
urgencia de agotar todos los recursos legales y jurisprudenciales ante el
Consejo Nacional Electoral, el Consejo de Estado y los jueces ordinarios para
impedir que este atropello cobre forma. Entablar todas las demandas ante el
poder judicial es una prioridad.
Jaime Dusan, Carlos Romero, Clara López y Carlos Gaviria
quieren ganarse la gracia y el perdón de la gran oligarquía colombiana
acuchillando a los comunistas. Su felonía es total. No pasaran.
El heroísmo de los comunistas colombianos es superior a
tanto miserable. Que lo diga la vía crucis de la Unión Patriótica.
NOTAS:
1. El Colombiano, Medellín, 12 de agosto de 2012, Alejo Vargas, “otras opciones políticas en Colombia”, columna de opinión.
1. El Colombiano, Medellín, 12 de agosto de 2012, Alejo Vargas, “otras opciones políticas en Colombia”, columna de opinión.
2. El Colombiano, Medellín, 12 de agosto de 2012, Rafael
Nieto Loaiza, “Se mueve la Izquierda”, columna de opinión.