Desmoralización, divisiones y contradicciones ¿con Santos? Alguien tiene que pagar la guerra . Hasta ahora ha sido el Pueblo. Mejor acabarla. ¿Pero cómo? |
Santos quiere diálogo, Navas derrota y rendición
Por Horacio Duque Giraldo.
El Presidente de Colombia afirmó recientemente que la “victoria es la
paz”. Navas, el militar de mayor jerarquía en las Fuerzas Armadas, insiste en
la derrota, rendición y exterminio del enemigo guerrillero revolucionario. No
coinciden. Navegan en dirección contraria dentro del mismo gobierno.
El tema de la paz ha cobrado
relieve en el reciente debate público nacional. Las noticias indican que
importantes funcionarios gubernamentales, incluidos militares de alto nivel,
han sostenido reuniones y encuentros con destacados líderes de las FARC en
territorio de otro Estado cuyo gobierno ha facilitado la distensión entre los
contendientes de la guerra civil nacional. El episodio parece ser la parte de
mayor reserva y discreción que requiere un proceso de estos tan complejo toda
vez que someterlo a una excesiva deliberación pública inicial es arriesgar
cualquier eventual acuerdo porque los opositores de la conciliación tendrían
servido en bandeja de plata el pretexto para el torpedo mediante la
manipulación de la sensible opinión ciudadana con el uso/abuso de los medios
plutocráticos de comunicación.
YA TENEMOS APROBADO EL Marco legal para la paz, después
se hará su reglamentación con el fin de dar cobertura legal y
legitimidad a los acuerdos y desarrollos que ocurran para que el escenario de
la paz y la concordia sea un hecho histórico en esta nación hastiada de la
guerra y muerte.
El puzzle de la paz se
extiende a otros campos. Hay una crisis en el gabinete ministerial y
los síntomas de la recomposición muestran tendencias que derivan en
la estrategia del diálogo y la negociación con los movimientos guerrilleros.
Todos los partidos, excepción de la derecha fascista (uribista), aplauden los
pasos ocurridos. Los dirigentes de las agencias partidistas apoyan sin
vacilación al señor Santos en todos los actos que lo coloquen en una mesa de
conversaciones para resolver definitivamente la prolongada guerra de guerrillas
de los combatientes campesinos y revolucionarios.
Lo interesante de la coyuntura
es que el dialogo perfilado ocurre en circunstancias de deterioro de la
economía y la caída del recaudo fiscal porque ya nos llegó la crisis
financiera global con todo su daño. El Ejercito colombiano esta
sobredimensionado mostrando su incapacidad para aplastar el
movimiento partisano, al tiempo los gringos se corrieron de seguir dando su
apoyo financiero al Plan Patriota debido a la crisis fiscal de su Estado. Es lo
que explica que el primer Ministro designado sea el de Hacienda para hacer
frente a la crisis financiera internacional y la revaluación que destruye la
industria y la agricultura.
UN ESCENARIO ASÍ LO VIMOS en los tiempos de
los diálogos de San Vicente del Caguán cuando
la élite dominante, ante la formidable crisis económica de finales de
siglo, simuló un dialogo y una negociación que frustró después de
haber comprometido descomunales partidas desde los Estados Unidos y canalizados
con el Plan Colombia para expandir el aparato militar y paramilitar. El resto
de la historia la sabemos. Para que repetirla.
Hago esta observación para que
aprendamos la lección y no se proyecten ilusiones absurdas.
Si vamos a unos diálogos y
negociaciones, estos deben ocurrir en términos de franqueza y sinceridad para
con todo el país.
Sobre el primado de la
política parece existir una real decisión que favorece el camino de la paz. La
paz es la victoria ha dicho Santos. La paz es la ruta, agregan
los príncipes de la Iglesia católica que aportan
su sabiduría centenaria inclinada por el pacifismo.
Es lo que no entienden los militares objeto
de una burda manipulación por la extrema derecha delirante y
delincuencial.
NAVAS, EL MÁS ALTO JERARCA DE LOS MILITARES colombianos ya salió a
deliberar y “tirar línea” a la tropa. Sus declaraciones de ayer van en otra
dirección. En una dirección contraria, anclada en el pasado de los últimos 8
años. Ha dicho que su mira es la derrota y rendición de los combatientes
revolucionarios. Cosa que no hemos visto en los últimos años no
obstante haberse anunciado por otro general idiota, coterráneo de
Navas, que estábamos en el fin del fin del exterminio de las
Farc.
La posición de los “militares
politizados en la fantasía derechista”, a los que parece abandonar rápidamente
el Ministro Pinzón de la Defensa en sus recientes discursos, no es
una buena cosa para lo que quiere Santos. Es un escollo que él debe resolver
prontamente. Seguramente lo logrará cuando explique al Alto mando las cifras de
la economía que no dan más para seguir con el guerreo y toda su parafernalia
de despilfarro y gasto improductivo. A los militares los
aterrizara la cruel realidad de la economía que presiona el declive del gasto
público en unos momentos de enormes compromisos con la Ley de
Victimas y los programas sociales de la Presidencia de la República para
apuntalar la reelección de Santos por otros cuatro años. Y esas son palabras
mayores de la política que sobredetermina el resto del universo social, incluidos
los uniformados del Ejército.
Esperemos
que Santos aproveche la crisis ministerial para desalojar de su alta gerencia a
los promotores militares del sabotaje a la paz, que no son más que fichas de la
extrema derecha uribista en el campo militar oficialista.
Santos debe saber que la llave
de la paz no le funcionará si permite la continuación de la presión de Navas y
los generales que le hacen el coro.