miércoles, 29 de agosto de 2012

Paz y libertades políticas

OPINIONES EN ANNCOL, CONSTRYUENDO LA PAZ. . . . 

 
 
Paz y libertades políticas
Por Horacio Duque Giraldo.
Avanza el proceso para alcanzar la paz en Colombia. La etapa exploratoria cumplió su objetivo. Se han identificado temas y métodos, instrumentos.
 
Las reuniones continuaran en el exterior. Primero fue en la Habana. Después vendrá Oslo, en Octubre. Cuba será escenario permanente. Llegará el momento de los eventos en el territorio nacional con Mesas y Audiencias de participación de la sociedad civil.
La mediación internacional será definitiva. En principio Cuba. Chile y Venezuela tendrán un papel clave. Noruega, por supuesto. Más adelante Francia, España y Suiza.
En principio, mesura y poco protagonismo. La excesiva deliberación pública perturba y facilita el sabotaje de los opositores ultra derechistas que comanda Uribe Velez, empeñado en la guerra y el exterminio.
Los temas se han perfilado. Libertades políticas, reforma agraria y justicia distributiva.
El punto más neuralgico es el de las libertades y garantías políticas. No se puede volver a repetir lo de la Unión Patriótica, masacrada por los pistoleros del fanatismo reaccionario. Eso se ha dicho hasta el cansancio. Quienes buscan el cambio de un sistema político desueto y retardatario saben que las libertades políticas y las garantías son un punto central de su lucha. Es su oxigeno. Esas libertades están referidas a los medios de comunicación, a la transparencia electoral, a la libre reunión, a la expresión de opiniones sin censura, a la garantía del derecho a la vida, a no ser perseguido, a no ser encarcelado, a poder acceder en condiciones de equidad a los cargos del Estado, al reconocimiento de los derechos de los indígenas, de los afrodescendientes y de otras minorias étnicas, a poder organizarse con toda libertad en los partidos o gremios que crea conveniente.
El tema de las libertades, las garantias, la protección y seguridad para los combatientes que se desmovilizan es estrategico en la negociación en curso con las Farc. Es que los revolucionarios nunca han pretendido que la transformación de la sociedad se la haga por contrato su adversario. Eso es una falacia . Esa es su tarea, solo que se necesita el respeto por su vida y voluntad de promover reformas y cambios que favorezcan al pueblo.


 
Uno de estos es la reforma agraria, la eliminación del latifundio y la concentración de la propiedad rural en manos de potentes terratenientes violentos e intolerantes.
Bien puede ser que la Ley de restitución de tierras y reparación de las víctimas (Ley 1448) contenga elementos favorables para transformar la anacrónica sociedad rural colombiana, sin embargo su aplicación ha sido entrabada por la maraña de los poderes y micropoderes de la institucionalidad imperante, que niega libertades, derechos e intimida a los reclamantes.
La justicia distributiva en términos de justa interpretación es una herramienta que será útil a la hora de reglamentar el Marco Legal para la paz de reciente aprobación, pues los revolucionarios no avanzaran en un proceso de paz para terminar en las cárceles del gobierno en condiciones de humillación y ultraje. Eso es un completo contrasentido.
Con la experiencia acumulada desde 1982, esta vez el proceso de paz en ciernes debe ir con paso firme. No puede ser perturbado por la ultraderecha asesina ni por cierto extremismo de cafetin, sin ninguna experiencia en la vida real, por que su oficio es la pura especulación de escritorio y la elucubración seudoizquierdista y super documentada en la comodidad de la vida en el extranjero. Son unos charlatanes incorregibles que no merecen el más mínimo cuidado porque la realidad les es ajena. Nunca vivieron los rigores de la selva y el combate.