Campesinos desprestigiados por el Estado colombiano como productores de cocaína cuando en realidad son víctimas por el abandono del Estado, obligados de cultivar hoja de coca para la supervivencia. |
Por Ingrid Storgen, ANNCOL
¿Qué los narcos son… quiénes?
VIDEO: http://youtu.be/JdlPjML770Y
No
podemos negar que la droga arrastra hacia un submundo del que no es fácil
salir.
Tampoco
podemos negar que toda adicción es nociva, que perjudica tanto al adicto como
al entorno y que hace falta mucha voluntad de los estados para acabar en ese
flagelo que enriquece a pocos, que sostiene gobiernos, que financia campañas
electorales y que lacera el tejido social.
Lo
que sí podemos negar y eso lo hacemos con todas las fuerzas, es esa mentira
instalada que trata de hacer creer –lográndolo muchas veces- que el campesino
que cultiva cannabis sativa –marihuana- o coca, es el narcotraficante.
Fuerzas
de negación apoyadas en el criterio más lógico y evidente.
Muchas
veces escuchamos las noticias de las agencias del sistema celebrando la
“desarticulación de una red de narcotraficantes” y sabemos que a quien
detuvieron es un campesino que cultiva esas plantas como medio de sustento
diario. Nos preguntamos dónde tendrá ese pobre hombre el laboratorio que
procesa las hojas antes de subirlas a un avión con destino a los EE.UU, país
consumidor por excelencia y al resto del mundo.
En
este mundo convulsionado, en el que un ladrón condena al juez –si no es amigo
suyo- el tema narcotráfico avala muchas cuestiones, justifica muchas
represiones y estigmatiza la lucha de los pueblos por su liberación.
Los
jovenes guerrilleros Malena y Ronaldo explican en un video la posición de las FARC-EP
respecto al uso indiscriminado de las drogas echando por tierra la teoría que sindica
a la organización como narco.
Jesús Santrich |
Jesús
Santrich concluye la idea.
Los
lectores podrán darse cuenta hasta qué punto, desde el sistema dominante,
tratan de manipular las mentes de los pueblos. Por ello es que no nos
cansaremos de repetir que urge la tarea concientizadora.
Nosotros
la comenzamos desde este espacio, también estigmatizado, que nos deja la
satisfacción de quedar tranquilos porque más temprano que tarde la mentira
caerá y serán libres nuestros pueblos.