domingo, 19 de mayo de 2013

Callar los fusiles y todas las armas. Por Allende La Paz




Callar los fusiles no es lo mismo que entregarlos. Entregarlos en un país en dónde las fuerzas militares –ipso propio ?- están super armando sus tropas (cada vez piden más plata para comprar armas en el « extranjero » y no a INDUMIL) y, además, armando los « civiles », es un contrasentido. Cuántas armas hay en poder de las fuerzas militares ? Se supone que una por cada unidad. A veces más. Ahí no más habrían entre 700 mil a 900 mil, por decir una cifra. Cuántas hay en poder de las paramilitares « empresas de seguridad » ? 4.840 armas nuevas compradas apenas durante el año 2012. Cuántas en manos de los « civiles » que tienen al menos 2 millones de pesos para darse el « gustico » de tener un arma ? 1.430 armas nuevas compradas en año 2013. El estado compró 1.430 armas nuevas y 770 armas nuevas compradas por militares activos y retirados, durante el 2012. En total, 10.380 armas nuevas que entran en circulación. Cuántas son las armas vendidas en años anteriores. Cuántas son las armas compradas en el « mercado negro » ? Se estima que en Colombia hay de 3 a 4 armas ilegales por cada arma "legal".

Entonces, me pregunto, por qué el estado quiere que las FARC se « desarmen » ? Será para adelantar el exterminio de las FARC desarmadas, como lo adelantaron con la U.P. ? Debemos valorar muy bien que busca la alharaca de la « entrega de armas », o sea, la entrega de los « fierros ». Y nos asalta otra pregunta: Cuántas armas están en poder de las fuerzas narcoparamilitares, aliados impúdicos de los militares?

En materia de procesos de Paz, lo acordado con el IRA nos enseña muy bien cómo debe ser la cosa. Las armas « desaparecerán como aparecieron ». Y nadie, a excepción de las FARC o el IRA, saben cómo aparecieron, y cuántos muertos costó ésta « aparición » o cuánta plata se invirtió para comprarlas y cuánto costó para conseguir la plata... Justo es, entonces, que sean las FARC las que las « desaparezcan ».
No creemos que sea mediante una « ceremonia » de entrega como las risibles de un autor de canciones vallentas que le recibió el fusil a « Jorge 40 » y después Uribhitler lo envió a USAmérica. Tampoco sería entregar las armas para que con esas mismas armas los maten a ellos. Tampoco hacer el remedo de entrega, quedan en poder de los militares, y ellos después arman los « sucesores » de los que las entregaron, es decir, los mismos con las mismas, más algotros nuevos (BACRIM).

Por eso nosotros creemos que « callar los fusiles » es una medida razonable y que esos fusiles queden en las armerías de las FARC. Y la verdad hay que decirla al costo que sea. Las armas son la única garantía para las FARC –y el pueblo- de que lo acordado con el gobierno se cumpla. Que se cumpla y que les respeten la vida a los guerrilleros. Porque conocedores como somos del « ser colombiano » sabemos que más de uno está pensando en hacer la « jugarreta », en « hacerle conejo ». Les decimos que las entreguen, ellos que quieren la paz las entregan y después les damos « chumbimba » con sus propias armas y como esas armas no están registradas en la contabilidad de las fuerzas militares, entonces fue una « venganza » por los actos cometidos durante la « guerra ». Ese pensamiento ronda las cabezas de más de uno.

Por ello, las FARC han planteado la no « entrega de armas » y, por el contrario, su propuesta de construir un Nuevo País, una Nueva Institucionalidad, que haga innecesario el uso de las armas es la única viable en el caso colombiano. Que significará el respeto al derecho a la vida de los guerrilleros, el respeto a « adelantar política » sin que los vayan a eliminar, el respeto de la voluntad de los electores sin las marrullerías de los politiqueros y autoridades electorales, y adelantar las contradicciones de modo civilizado. Y lógicamente el respeto a todo el pueblo colombiano.

El tiempo, ese veraz juez, mostrará si el estado está de verdad interesado en adelantar un proceso como el señalado, y si fuera cierto, las armas « desaparecerían » carcomidas por el herrumbre de la falta de uso. Ese día podríamos decir que estamos transitando « caminos de concordia, caminos civilizados ». Ese luminoso día veremos los luchadores populares blandiendo no un fusil, sino una Constitución que garantiza sus derechos. Llegará a ser cierta tanta belleza ?
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Publicado por Blogger en CambioTotalRevista el 5/19/2013Callar los fusiles no es lo mismo que entregarlos. Entregarlos en un país en dónde las fuerzas militares –ipso propio ?- están super armando sus tropas (cada vez piden más plata para comprar armas en el « extranjero » y no a INDUMIL) y, además, armando los « civiles », es un contrasentido. Cuántas armas hay en poder de las fuerzas militares ? Se supone que una por cada unidad. A veces más. Ahí no más habrían entre 700 mil a 900 mil, por decir una cifra. Cuántas hay en poder de las paramilitares « empresas de seguridad » ? 4.840 armas nuevas compradas apenas durante el año 2012. Cuántas en manos de los « civiles » que tienen al menos 2 millones de pesos para darse el « gustico » de tener un arma ? 1.430 armas nuevas compradas en año 2013. El estado compró 1.430 armas nuevas y 770 armas nuevas compradas por militares activos y retirados, durante el 2012. En total, 10.380 armas nuevas que entran en circulación. Cuántas son las armas vendidas en años anteriores. Cuántas son las armas compradas en el « mercado negro » ? Se estima que en Colombia hay de 3 a 4 armas ilegales por cada arma "legal".

Entonces, me pregunto, por qué el estado quiere que las FARC se « desarmen » ? Será para adelantar el exterminio de las FARC desarmadas, como lo adelantaron con la U.P. ? Debemos valorar muy bien que busca la alharaca de la « entrega de armas », o sea, la entrega de los « fierros ». Y nos asalta otra pregunta: Cuántas armas están en poder de las fuerzas narcoparamilitares, aliados impúdicos de los militares?

En materia de procesos de Paz, lo acordado con el IRA nos enseña muy bien cómo debe ser la cosa. Las armas « desaparecerán como aparecieron ». Y nadie, a excepción de las FARC o el IRA, saben cómo aparecieron, y cuántos muertos costó ésta « aparición » o cuánta plata se invirtió para comprarlas y cuánto costó para conseguir la plata... Justo es, entonces, que sean las FARC las que las « desaparezcan ».
No creemos que sea mediante una « ceremonia » de entrega como las risibles de un autor de canciones vallentas que le recibió el fusil a « Jorge 40 » y después Uribhitler lo envió a USAmérica. Tampoco sería entregar las armas para que con esas mismas armas los maten a ellos. Tampoco hacer el remedo de entrega, quedan en poder de los militares, y ellos después arman los « sucesores » de los que las entregaron, es decir, los mismos con las mismas, más algotros nuevos (BACRIM).

Por eso nosotros creemos que « callar los fusiles » es una medida razonable y que esos fusiles queden en las armerías de las FARC. Y la verdad hay que decirla al costo que sea. Las armas son la única garantía para las FARC –y el pueblo- de que lo acordado con el gobierno se cumpla. Que se cumpla y que les respeten la vida a los guerrilleros. Porque conocedores como somos del « ser colombiano » sabemos que más de uno está pensando en hacer la « jugarreta », en « hacerle conejo ». Les decimos que las entreguen, ellos que quieren la paz las entregan y después les damos « chumbimba » con sus propias armas y como esas armas no están registradas en la contabilidad de las fuerzas militares, entonces fue una « venganza » por los actos cometidos durante la « guerra ». Ese pensamiento ronda las cabezas de más de uno.

Por ello, las FARC han planteado la no « entrega de armas » y, por el contrario, su propuesta de construir un Nuevo País, una Nueva Institucionalidad, que haga innecesario el uso de las armas es la única viable en el caso colombiano. Que significará el respeto al derecho a la vida de los guerrilleros, el respeto a « adelantar política » sin que los vayan a eliminar, el respeto de la voluntad de los electores sin las marrullerías de los politiqueros y autoridades electorales, y adelantar las contradicciones de modo civilizado. Y lógicamente el respeto a todo el pueblo colombiano.

El tiempo, ese veraz juez, mostrará si el estado está de verdad interesado en adelantar un proceso como el señalado, y si fuera cierto, las armas « desaparecerían » carcomidas por el herrumbre de la falta de uso. Ese día podríamos decir que estamos transitando « caminos de concordia, caminos civilizados ». Ese luminoso día veremos los luchadores populares blandiendo no un fusil, sino una Constitución que garantiza sus derechos. Llegará a ser cierta tanta belleza?

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Publicado por Blogger en CambioTotalRevista el 5/19/2013