jueves, 23 de mayo de 2013

Transición en debate - I. Por Luis I. Sandoval M

Sergio Jaramillo, Alto Comisionado para la Paz, abrió el debate sobre la Transición con la intervención en la Universidad Externado de Colombia el 9 de mayo.

Luis I. Sandoval M
Por: Luis I. Sandoval M

Quizá de alguna manera ya estaba abierto, pero el hecho de que el más alto funcionario de gobierno, que conduce los diálogos en La Habana junto con Humberto de la Calle, hable in extenso para explicar los fundamentos conceptuales y la ruta práctica que el gobierno está siguiendo para buscar la superación del conflicto armado interno, tiene capital importancia. 

Transición en política y ciencias sociales es una palabra mayor. Plantear el proceso de diálogo con FARC-EP y posiblemente ELN como un camino de transición y no simplemente como posconflicto y reinserción es un enfoque novedoso en la orilla gubernamental y tiene enormes implicaciones que corresponde clarificar y asumir no solo al gobierno, sino a insurgentes y sociedad. ¿Cómo califican los insurgentes el proceso en que están coparticipando? ¿Ya presentaron sus bases conceptuales y su ruta como lo hizo el gobierno? Cuando dicen que no entregarán las armas a quien no ha sido capaz de quitárselas: ¿en qué transición están pensando?    

Bueno, cada uno explica a su manera y cuando considera oportuno, pero debe hacerlo porque la sociedad lo espera y lo requiere el buen suceso del proceso. Por supuesto la sociedad a través de múltiples voces también dirá su palabra, sus variadas palabras. Aquí hago observaciones a título personal sin arrogarme ninguna vocería. A analistas y columnistas corresponde contribuir a alimentar el debate público con pertinencia y seriedad. Eso intento modestamente hacer. El diálogo cruzado entre gobierno, insurgencia y sociedad es, sin duda, el camino para la paz. La provocadora invitación que el gobierno hace a dialogar sobre transición debe acogerse con ánimo de encuentro y afán de acertar. Política pública y voluntad nacional de paz se fortalecen. 

Lo que el gobierno plantea por boca del Alto Comisionado no pretende alterar el “Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, suscrito con FARC-EP en agosto 26 de 2012. Pero sí expresa lo que tienen en mente los gestores de la política, uno esperaría que no solo el Presidente y sus asesores más cercanos sino ministros, fuerzas armadas y demás estamentos del gobierno. Me temo que no es así. 

Una de las preocupaciones que hay en la sociedad es el doble discurso en el gobierno: parece que unos siguen en la inercia de llegar a la paz por la vía militar y otros la intentan por la vía del diálogo, o todo el gobierno combina las dos vías. ¿Coexisten la vía uribista y la vía santista? ¿Paz a las buenas o a las malas? ¿Garrote y zanahoria? Aquí hay un elemento de confusión que no le hace bien a la idea de transición. Inclusive el Presidente juega con las palabras: cuando está al frente de los ejércitos vehementemente habla de que la “victoria es la paz”. ¿Por qué no dice que “la paz es la victoria”, o que “el camino a la paz es la paz”? Clima social y acuerdos son claves por igual.

La categoría de transición surge de experiencias contemporáneas en España, Grecia, Portugal, Cono Sur, Europa del Este… Tales países dieron el paso de regímenes autoritarios, dictaduras civiles o militares, a regímenes demo liberales como se entiende hoy en occidente con pluralidad de partidos, elecciones libres, separación de poderes y auge de mercados. Suráfrica, Irlanda y Centroamérica también son referentes. ¿Cuál es el cambio que se espera en Colombia cuando se habla de transición?

lucho_sando@yahoo.es  


Fuente: El Espectador, 19 de mayo 2013