Por el Doctor Athemay Sterling Acosta*
Bogotá Septiembre 09 de 2012
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Cuando se pretende
Reconstruir y Reconciliar a Colombia con el anhelo nacional de propender por un
Estado de Nuevo Tipo donde haya Paz con Justicia Social, es decir, poder
ejercer a cabalidad los Derechos Universales conquistados por la humanidad,
finiquitando las causas medulares que generaron el actual conflicto social y
armado que se pretende resolver con el inicio del Acuerdo General para el fin
del Conflicto, se necesita entender, primero que toda guerra lleva al
despeñadero colectivo de la sociedad a nivel económico, social, cultural, eco
ambiental, material y espiritual.
Segundo comprender que
proseguir una confrontación armada mientras se dialoga, es como iniciar
engañándose a sí mismo. Primero nos matamos y luego de muertos, discuten
nuestros herederos lo que se pudo resolver antes, perdiendo tiempo, fuerzas y
demás que la historia de Colombia nunca perdonará.
Quienes impulsan la guerra
son principalmente los negociantes de Ella, las grandes industrias militares
norteamericanas de municiones, de armas, de tanques, de vituallas, de químicos
para el narcotráfico, de uniformes, aeronaves, comunicaciones, todo un
entramado de transnacionales capitalistas que viven mientras otros seres
humanos mueren en guerras innecesarias que sólo enriquecen a esos industriales
de la muerte empotrados en los EEUU y la UE, ellos son los que usufructúan lo fúnebre
y el narcotráfico, allá fuera de Colombia en detrimento del bienestar,
crecimiento y desarrollo de nuestra Patria.
Seguir en confrontación
armada mientras se conversa es como no querer conversar para resolver, sino
para aparentar que se conversa pero para continuar en lo mismo, es decir no
querer resolver, y ni siquiera mirar las causas de la guerra, ellos son las
clases dominantes más reaccionarias de Colombia como ACORE, los Altos Mandos
Militares, Lobistas, Comerciantes lúgubres quienes viven de los chanchuchos y
prebendas de los negociados que se hacen en los diferentes contratos y
convenios con misiones militares, de inteligencia y seguridad con otros Estados
que no quieren que haya Paz con Justicia Social, ni en Colombia, ni en el
mundo.
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Pues matándose entre
colombianos y a la vez conversando para no matarse, es un sofisma. Es un
engaño. Es doble moral que Santos, si es serio con la historia y la sociedad
nacional e internacional, Él como jefe de las FFMM y FFAA de Colombia puede y
debe, es el anhelo nacional, de pactar temporalmente, si quiere, un cese al
fuego y tregua militar mientras se Dialoga.
Como se dice que no hay que
cometer errores del pasado, en plena conflagración bélica los Diálogos son
tensos e improductivos. Santos así está amagando, está cañando, mejor dicho ya
está cercano en el círculo cínico del engaño.
Quisiera creer que Santos
es autónomo, pero los hechos indican todo lo contrario. Hasta dijo que todo lo
dejaba en su importante Equipo Gubernamental de Negociadores. Pero negociadores
sin poder decisorio nada resuelve, mientras las Farc Ep han tomado la
iniciativa real de la Paz, Santos ha advertido que hay la intención del régimen
político de fortalecer la enemistad, con su verdadero carácter de clase de
golpear militar y jurídicamente a la Oposición Política. Todo un exabrupto Jurídico
y Diplomático que no me convence.
No basta plantear la Paz
sin resolver la génesis de la guerra. Las Farc Ep ya han planteado aspectos
realistas que darían frutos a una verdadera negociación en procura, como dice
el Acuerdo General, de finiquitar el Conflicto.
Pero Santos se está
enredando, ya sea por su posición clasista, ora por la presión de Acore y de
los militaristas dentro y fuera del Gobierno, también puede ser para cañar a la
sociedad con ánimo reeleccionista, o por presión de los grandes conglomerados
industriales internacionales y nacionales de la guerra, de los químicos y del
narcotráfico mundial.
Santos no puede traicionar
la voluntad de Paz con Justicia Social de las Farc Ep y de la Sociedad que no
quiere que gran parte del PIB se dedique a la guerra sino a la inversión
social.
Las víctimas en Colombia
aspiramos que estos Diálogos exploratorios caminen por la senda de la seriedad
gubernamental, con una tregua a las hostilidades militares, un cese temporal y
bilateral del fuego de las partes y con verificación internacional, que
conduzca a crear las condiciones materiales, administrativas, jurídicas,
políticas y de convivencia, no sólo a los negociadores de las Partes en
Confrontación sino a la misma Sociedad.
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He conversado con otros
militares retirados, con policías, suboficiales, soldados y oficiales de las
FFMM y de Policía y todos han coincidido en la necesidad del cese al fuego. Lo
mismo he hecho con decenas de esposas e hijos de soldados y policías y no están
de acuerdo con esta guerra centenaria que a ellos en nada favorece, hasta mis
alumnos de esas fuerzas hoy me plantearon que se retirarán de esos cuerpos
armados si el Presidente Santos no concreta un verdadero cese al fuego en este
conflicto interno social y armado con expresión política diversa.
Es toda una crisis que si
el Gobierno es incapaz de resolver y ser serio en este Diálogo exploratorio con
las Farc Ep hacia el fin del conflicto, será la movilización popular en toda
Colombia que con el llavero colectivo de la Paz conmoveremos al País entero,
hasta demostrar que Santos y su Régimen Político no tiene la razón, y él, su
gabinete, los mandos militares y de policía, muchos untados del narcotráfico y
la delincuencia, ya no tienen posibilidad alguna ni de gobernar y menos de ser
reelegido.
Es que este Diálogo no
nació de la buena voluntad sólo de las Partes, sino de la presión nacional
e internacional para que se produzca con efectos positivos y resolver de
raíz esta guerra asimétrica del terrorismo de Estado contra el pueblo y la
sociedad.
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¿Qué le cuesta a Santos el
cese al fuego concertado bilateralmente con las Farc Ep mientras el
Diálogo prosigue?
Unos me contestan que
Santos se vería abocado al chantaje de un Golpe de Estado impulsado por la
derecha acérrima y los militaristas pro yankees del interior y de fuera del
mismo Gobierno de la Mesa resquebrajada de la Unidad Nacional.
Otros plantean que si
propende por el cese al fuego biliteral entre el Estado y las Farc Ep, lo
dejarían gobernar pero siendo títere de los altos mandos y de la derecha
fanática de Colombia.
También indican que si
Santos concreta este cese al fuego bilateral con las Farc Ep, parte del
improductivo PIB destinado a la guerra, renacería en beneficio de la producción
para que el comercio interno se desarrolle y beneficie el progreso social de la
población, equilibrando en parte lo nocivo de los TLC No Equivalentes.
Si se define con las Farc
Ep el Cese al Fuego Bilateral, habría un desarrollo óptimo de los Diálogos
entre los Equipos Interlocutores por parte del Gobierno Colombiano y las Farc
Ep.
Si Santos sigue obcecado y
presionado para seguir en guerra y acciones bélicas innecesarias se derrotaría
a sí mismo, pues las Farc Ep, la Insurgencia Colombiana como parte del
Movimiento popular que es invencible, derrotaría políticamente a esta
aristocracia criolla que nunca ha sido ni será capaz de derrotar el empuje
popular, pues será la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos o
Declaración de Argel de 1976 que prevalezca como plataforma de lucha junto a
las reivindicaciones propias de cada expresión del movimiento popular
colombiano en un gran Frente Amplio Popular que impongamos con las masas, la
movilización de todo tipo y con la solidaridad internacional un nuevo modelo de
Estado que el Gobierno de Santos, por anticipado se ha excluido de él.
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Como colofón político
militar geoestratégico, Colombia en esta coyuntura política compleja y
contradictora para ganar la Paz con Justicia Social, debe buscar tanto el
Gobierno de Santos como la Guerrilla con carácter beligerante de las Farc Ep,
las condiciones favorables de todo tipo para que fructifique este inicio de
Diálogos y se cumplan dos premisas sine qua non:
1)
como cada una de las partes es
autónoma y soberana en nombrar a su Equipo de negociadores, como lo dije en el
Documento que llamé “De Bolívar a Simón”, todos los esfuerzos deben ser para
que Simón Trinidad esté presente libre y en paz en el Equipo de las Farc Ep,
2)
y por otro lado para que haya
condiciones totalmente favorables para las partes y la sociedad, se concrete el
Cese y Tregua Bilateral temporal de fuego entre las Fuerzas Armadas
Constitucionales y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Será así un buen y
paradigmático inicio en el caminar hacia el fin del conflicto, como dice el
Acuerdo General entre el Gobierno Colombiano y las Farc-Ep.
Y las partes cumpliendo
esos compromisos harán de la historia colombiana en esta etapa, su época de oro
de la Paz con Justicia Social para toda la población Colombiana, sin excepción
alguna.
Por el Doctor
Athemay Sterling Acosta, Abogado Comunista Defensor de los Derechos, Ex
Consejero y Ex Asesor Departamental de Paz en el Valle del Cauca en varias
Administraciones del Gobierno.
Bogotá Septiembre 09 de
2012