jueves, 6 de septiembre de 2012

El laberinto de la paz en Colombia

Los militaristas (r) quieren marchar de nuevo, ahora en contra
los primeros pasos por la paz.



El laberinto de la paz en Colombia

Por: El Cachaco


La Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro (ACORE) ha dado a conocer su posición frente al anuncio del Presidente Juan Manuel Santos y la Comandancia de las FARC E.P. de iniciar conversaciones para trabajar por la Paz en este sufrido y rico territorio sur americano. Es respetable la opinión que en ella se expresa. Como colombianos y militares en retiro están en todo su derecho de expresar sus opiniones, sin embargo creo indispensable emitir algunos juicios de valor sobre los puntos expuestos por el General (r) Jaime Ruiz Barrera a nombre de sus camaradas de armas.
En realidad el documento más que expresar una opinión es un manifiesto político que no sólo contiene puntos sumamente graves para la estabilidad y la democracia en Colombia, sino que es un ultimátum al Presidente de la Republica y atenta contra la autoridad presidencial, trasciende el derecho de los tres poderes del Estado y viola flagrantemente la Carta Magna del año 91, incluso de la vieja Carta de 1886.
El General (r) Jaime Ruiz Barrera moviliza y
amenaza para entorpeder el frágil proceso de paz 
ACORE se abroga el derecho de dictar las normas de conducta del Estado colombiano y su ejecutivo en torno a la preservación del Orden Público y la seguridad ciudadana, y el Estado de Derecho suplantando así a todos los poderes del Estado. Es al Presidente de la República legítimamente elegido por el pueblo a quien le compete dictar cuantas disposiciones y normas que se estime preserven la convivencia y la paz ciudadana, nadie puede usurpar ese derecho constitucional.

EL DOCUMENTO DE MARRAS NO solo es atentatorio contra el orden constitucional establecido, sino que es un llamado a las Fuerzas Militares a la insubordinación y mucho peor aún, sugiere propiciar un golpe de Estado de no cumplirse sus exigencias.
Groseramente escrito, propio de individuos educados en la Escuela de las Américas, en la practica del exterminio y amparados en la Doctrina de Seguridad Nacional, no sólo solicita encarcelamiento, condena, exclusión política de los insurgentes que se acojan a la desmovilización, mientras contradictoria y descaradamente plantea se le cobije y brinde impunidad a los militares sin importar que estos hayan cometido graves delitos contra la población civil y delitos de lesa humanidad, como los llevados a cabo durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez en los conocidos “Falsos Positivos”.
En su documento plantea: “militares que han defendido legal y constitucionalmente esta nación, condenados, humillados y confinados en las distintas cárceles del país”. O sea para el General estos militares son inocentes y han sido condenados injustamente. Con ese criterio ACORE ataca a la justicia colombiana y pone entredicho al Poder Judicial de Colombia.


SE ATERRA PORQUE EN LOS acuerdos de paz se pueda abolir la Justicia Penal Militar. Cabe preguntarse, ¿porqué los militares colombianos temen tanto a que la justicia militar sea abolida? La respuesta es sencilla, la Justicia Militar ha sido permeada y ha dado múltiples muestra de dejar en la impunidad crímenes, abusos y delitos atroces y esa es la Justicia que quieren mantener.
El documento prejuzga y se adelanta con un alto grado de superficialidad señala que “Bajo ninguna circunstancia podemos sacrificar nuestros principios y valores democráticos, con el fin de lograr inciertas soluciones” Bajo ese principio ACORE evalúa como inciertas la solución del conflicto y por tanto juzga al Presidente Santos y de hecho lo cuestiona.
En la continuidad de su arrogancia y en su tono dictatorial castrense el General Ruiz a nombre de ACORE afirma:
“Un manejo político inapropiado o equivocado frente a tan exageradas demandas, constituiría un daño irreparable al futuro de nuestro país. Se pondría en alto riesgo el porvenir de la Republica”

SEMEJANTE DISPARATE NO PUEDE bajo ninguna circunstancia estar suscrito por oficiales pundonorosos y que realmente amen a su país. En primer termino porque aviesamente acusa al Primer magistrado de la Republica de realizar un manejo inapropiado o equivocado y califica de exageradas las demandas. Demandas que no se han formulado aún y por tanto solo existen en la cabeza de quienes elaboraron este documento, o como Pitoniso el general se le va la chaveta y pone la carreta delante de los bueyes. Mientras que por otra parte acusa al señor Presidente de poner en alto riesgo el porvenir de la República. Acusación sumamente grave cuando se trata de un General de la Republica y más en su carácter de Presidente de una agrupación de militares en retiro.
Por otra parte en el punto cinco ACORE plantea:
Militares caidos en combate con la guerrilla en el
municipio de Corinto el 10 de noviembre de 2009. Pero el
general Ruíz quiere seguir la guerra a cualquier costo.
“La paz podría ser la victoria, pero, como bien se dice, para alcanzarla, hay que ganar la guerra. Ganar la guerra es quebrar la voluntad de acción de los terroristas. Es debilitarlos tanto como sea necesario para lograr que renuncien a sus aspiraciones y se sometan a las leyes de la Republica. Esto no implica exterminar hasta el último terrorista.”
Con este punto queda claro que ACORE no esta interesado en la paz, sino en continuar la guerra y debilitar a la insurgencia, a la cual califica de terrorista, término que acuñó y acuña el ex presidente Uribe Vélez y el gobierno de Pastrana al producirse la ruptura del proceso del Caguán, al solicitar a Estados Unidos y Europa que incluyeran en la lista deterrorista a las FARC y al ELN.
Lista por demás cuestionada, pues hoy por hoy no se puede definir quienes son los terroristas, ¿o es que los que usando armas químicas, biológicas y convencionales atacan a países pequeños y arrasan a pueblos enteros con sus drones son paladines de la libertad y la democracia, mientras que aquellos que luchan por conquistar un mundo de equidad, respeto y justicia social son los terroristas?

CUANDO EL SISTEMA HA SIDO INCAPAZ de solucionar un conflicto como el que lleva cerca de 50 años en Colombia, entonces sus albaceas usa la calificación de terroristas en descomunal campaña, manipulada por los medios masivos de comunicación al servicio de las transnacionales y de la oligarquía colombiana, para sembrar el odio y descalificar políticamente no sólo a los actores armados, sino también a organizaciones sociales y políticas como pide el general Ruiz de eliminar a los integrantes de la Marcha Patriótica y así lo señala en el punto numero ocho del documento de ACORE donde acusa a esta organización de ser el brazo político de la guerrilla, vergonzosa y peligrosa afirmación, que lo único que hace es poner en peligro a sus integrantes y en la mirilla de los enemigos del pueblo y de la paz.
¿Como ACORE no se le ocurrió sacar un documento similar cuando el presidente Uribe Vélez inició el proceso con los narcoparamilitares en Santa Fe de Ralito? ¿Porqué no cuestionó el movimiento “No al despeje” en el sur del Bolívar cuando el gobierno de Pastrana pretendió iniciar un proceso de dialogo con el ELN? Por sólo citar algunos ejemplos.
El alcance del documento de ACORE es muy grave, pues además de todos los cuestionamientos arriba señalados contra el Presidente de la Republica, y reeditando las noches girondinas, el General se atreve a calificar de extrema izquierda no sólo a los compatriotas que militan en Partidos y organizaciones políticas legalmente constituidas, sino que acusa a otros gobiernos de la región al señalar: “implantar un régimen de extrema izquierda, al estilo de los ya existentes en nuestra región”. Lo cual es una grave ingerencia en los asuntos internos de otros países y muestra la gran intolerancia y el extremismo de ultra derecha, ojala de un reducido grupo en las Fuerzas Militares colombianas, que pueden ser calificados de fascistas.


ES SIGNIFICATIVO QUE ACORE y su presidente el general Ruiz Barrera tampoco haya protestado y emitido un documento oficial cuando el ex presidente Uribe Vélez violando la Constitución del 91 permitió los asentamientos de más de 7 bases militares norteamericanas en suelo colombiano, pisoteando la soberanía y la independencia del territorio sagrado de la Patria.
Tengo muchas dudas de que oficiales serios y cuerdos, miembros de ACORE suscriban u apoyen el documento suscrito por el general Ruiz Barrera, quien ha convertido a esa organización a partir de este documento en una organización beligerante y ha desafiado al Presidente y a todos los poderes del Estado colombiano. El reciente llamado de la paz en Colombia con este pronunciamiento de un sector de militares en retiro entra en su laberinto.
Corresponde al Presidente de la República poner orden las filas castrense o de lo contrario correrá igual suerte que el ex presidente Andrés Pastrana Arango, cuando en mayo del 1999 el ministro de Defensa Rodrigo Lloreda renunció a su cargo y con él la insubordinación de 30 generales y coroneles de las Fuerzas Militares, en lo que yo denomino golpe de Estado Técnico Militar al proceso de Paz.
A partir de esos hechos conocidos a medias por la opinión publica, las consecuencias fueron nefastas, pues a partir de ese momento y luego de la reunión en Tolemaida del presidente Pastrana con los oficiales descontentos, tuvo que compartir las riendas del proceso de paz que llevaba a cabo con las FARC-EP en el Caguan, con esa espada de Damocles sobre su cabeza, hoy desde ACORE esas mismas fuerzas oscuras y siniestras fueron las que entre otras razones, condujeron al fracaso de los diálogos de paz tanto con las FARC-EP como con el ELN.