Sentencia que nunca falla... |
Horacio Duque.
El Caqueta es uno de los
32 departamentos de Colombia y su capital es Florencia, fundada desde 1900.
En su territorio viven
casi medio millon de colombianos, que trabajan en ganadería y
agricultura. Más recientemente se ha iniciado en su jurisdicción una creciente
explotación petrolera por parte de multinacionales canadienses que se
llevan todo sin entregar nada a sus habitantes.
Es la puerta de entrada a
la Amazonia y su rica biodiversidad.
Su creación y
construcción fue labor de los dominicos del Putumayo que participaron en el
sometimiento feudal/religioso, linguistico e ideológico de
los indios Andakies y Koreguajes, para favorecer poderosos hacendados caucanos,
peruanos y brasileros.
El modelo de estructura
agraria y ganadera predominante ha sido la Fazenda brasilera, extendida desde
el norte de la potencia del sur, utilizando los ríos que son afluentes del gran
Amazonas, por parte de aventureros portugueses.
El Caqueta es tierra de
colonización campesina desde los años 30 del siglo XX. Miles de pobres han
llegado desde otras regiones de Colombia para organizar pequeñas parcelas.
Pero los grandes
propietarios/ganaderos (muchos de ellos políticos en ejercicio o en receso
ocasional) en conjunto con el Ejercito, cuyos oficiales han despojado miles de
hectáreas, especialmente en el Norte del departamento, ejecutaron una violencia
sistemática contra los campesinos y sus familias (con masacres y asesinatos),
lo que ha originado y justifica una prolongada resistencia con niveles de lucha
revolucionaria y socialista muy elaborados por los lideres guerrilleros y sus
frentes incardinados en sólidos bloques partisanos.
Regularmente se dan en
esta región grandes movilizaciones agrarias para denunciar la
violencia, el exterminio y exigir el reconocimiento de los derechos
fundamentales de los campesinos y educadores.
En estos momentos hay un
levantamiento de campesinos y maestros que exigen la atención de un pliego de
peticiones en el que se incluyen demandas para que se garanticen los derechos
educativos de los niños indígenas, se respeten las conquistas de los educadores
y se hagan las inversiones en la infraestructura escolar por parte de los
gobiernos municipales.
Hay señalamientos de
corrupción por parte de una ONG seleccionada a dedo para contratar docentes, a
quienes se les desconoce sus derechos salariales y prestacionales y quienes
deben entregar comisiones subrepticias a los operadores de los directorios del
Senador Serrano, de inclinación santista. Político este que manipula
a su antojo el programa de Familias en Acción, la electrificación rural, la
infraestructura departamental, el SENA (que se ha robado varias veces con la
mayor impunidad), la Universidad de la Amazonia y
las regalías mineras. Es un fantoche que ostenta millones en cuentas
bancarias.
Las denuncias recaen
también en la alcaldesa de Florencia y en el gobernador del departamento,
artífices de actos de corrupción y saqueo de los presupuestos oficiales, algo
muy frecuente allí donde los políticos son señalados, desde hace 50
años, de actuar en contubernio crónico con los grupos paramilitares
de Solita, Albania, Morelia, Montañitas, Belen, Florencia y San Vicente del
Caguan.
Es por
tal razón que fueron encarcelados en La Picota de Bogota, los
parlamentarios Fernando Almario y Alvaro Pacheco, acusados y condenados por
firmar pactos con espantosos asesinos de las autodefensas y
ser artífices de sangrientas masacres contra sus competidores electorales
y clientelares, afincados desde mediados del siglo pasado en las burocracias
estatales y patrimonios tanto fiscales como legislativos.
Apoyamos y somos
solidarios con el movimiento social del Caqueta que integran miles de
campesinos y educadores. Exigimos la solución de sus justas demandas.
Este potente movimiento
social que actúa en el Caqueta es una subjetividad central en la transformación
de dicha región plagada de injusticia, pobreza, violencia, corrupción
y degradación moral de la clase dirigente, dueña de un cinismo que da asco por
sus componendas que incluyen la manipulación grotesca de los entes judiciales y
notariales.
Florencia, 1 de mayo del
2013.