¿Preparándose para la fiesta de Paz? Guerrillera de las FARC. |
El comunicado conjunto divulgado en La Habana el día
26 de Mayo por las delegaciones de las FARC-EP y del gobierno de Bogotá
significó la apertura de un nuevo ciclo de diálogos de paz iniciados en aquella
ciudad.
Después de seis
meses de conversaciones difíciles, los representantes de la guerrilla y del
ejecutivo colombiano firmaron un acuerdo para la “Reforma Rural Integral”,
primer punto de la Agenda en debate.
El documento
aprobado prevé transformaciones radicales en el mundo agrario. La mayoría de
las principales exigencias de las FARC fue aprobada. Entre ellas la relativa al
acceso al uso de la tierra,aa la formalización de la propiedad, las tierras
improductivas,a los programas de desarrollo social (educación, habitación,
erradicación de la pobreza),alestímulo a la producción agropecuaria, al Fondo
de tierras para la Paz, al ambiente.
El día 11 de
Junio las delegaciones inician la discusión del segundo punto de la Agenda: la
Participación Política, que abarca el tema crucial de la Democracia.
El presidente
Juan Manuel Santos afirmó estar empeñado en la continuación del proceso “con
prudencia y responsabilidad”.
En una
Declaración emitida simultáneamente en la Habana, las FARC-EP consideran
positivo el acuerdo alcanzado sobre la Reforma Agraria, pero alertan sobre las
dificultades del dialogo en la Mesa de Negociaciones, sobre los restantes
puntos de la Agenda, destacadamente los relativos a la droga, al cese al fuego
y armamentos y a la reintegración de las poblaciones expulsadas de sus
territorios.
Las FARC están
conscientes de que la conquista de la paz es inseparable del desmantelamiento
de la oligarquía que utiliza el Estado como instrumento de su política de
clase, marcada por una represión feroz.
Es
significativo que cuando crece el apoyo popular a las iniciativas del
Movimiento Colombianos por la Paz, liderado por la ex senadora Piedad Córdoba,
algunos ministros –entre ellos Fernando Carrillo, y el del Interior- hablan
otro lenguaje, sugiriendo el fin de las conversaciones si antes de la navidad
no es firmado un Acuerdo Global.
El alto comando
de las Fuerzas Armadas también se empeña en sabotear los debates de La Habana
–apoyados por Noruega y Cuba- intensificando la guerra. Los 50 drones –os
aviones asesinos sin piloto- recientemente adquiridos ya habrían sido
utilizados en bombardeos en La Macarena, Orito, Saravena y Catatumbo.
La posición de
Barack Obama es, como habitualmente, ambigua e hipócrita. Dice apoyar los
diálogos para la Paz, pero envía al vicepresidente JoeBinden a Bogotá para
derramar elogios sobre el gobierno de Colombia, su mejor aliado en América
Latina, y expresar allí el deseo de los EEUU de adherirse a la llamada Alianza
del Pacifico. Cabe aclarar que esa extraña alianza fue concebida en Washington
para funcionar como contrapunto del Mercosur. La integran por ahora México,
Chile, Colombia y Perú, países cuyos gobiernos desarrollan políticas de
sumisión al imperialismo estadounidense.
El apoyo
militar a la guerra contra las FARC-EP prosigue. Los EEUU que ya invirtieron
más de ocho mil millones de euros en el financiamiento del Plan Colombia,
instalaran en el país siete nuevas bases militares desde el inicio de la
Administración Obama.
Medio siglo de
lucha
Al contrario de
la imagen edénica del país próspero en acelerado desarrollo por la acción de un
gobierno democrático y progresista, imagen que Juan Manuel Santos difundió en
su visita a Europa, la situación en Colombia continua degradándose.
El
paramilitarismo permanece impune con raras excepciones. La corrupción
desenfrenada y la miseria, en la capital y en las grandes ciudades son
crecientes. Las más numerosas y bien equipadas fuerzas armadas de América
latina –medio millón de militares- absorben una tajada colosal del presupuesto.
El hambre, endémica en muchas regiones, afecta a ocho millones de personas.
15000 infantes mueren anualmente antes de los cinco años por desnutrición.
Dirigentes sindicales son asesinados cotidianamente todos los meses. Pero el
número de multimillonarios aumenta cada año en una de las sociedades más
desiguales del mundo.
Las FARC-EP,
fundadas en Marquetalia después de combates épicos en la ruptura de un cerco,
acaban de conmemorar 49 años de existencia y de lucha ininterrumpida.
Incluidas por
la Unión Europea y por la ONU en la lista de organizaciones terroristas,
calumniadas, acusadas de narcotraficantes por un presidente, Álvaro UribeVelez
( que fue aliado de Pablo Escobar, el rey de la coca) las FARC se asumen como
organización revolucionaria, marxista-leninista.
“Somos pueblo –afirman- que empuña las armas
contra las armas del poder y contra la represión”.
Moderadamente
optimistas, todo hacen para que las conversaciones de La Habana permitan la
concretización de las aspiraciones de paz del pueblo colombiano.
Más no olvidan
que una de las cláusulas de la Agenda establece que el Acuerdo General de Paz
solamentesolamente será posible si todos los puntos en él incluidos fueran
aprobados. El rechazo de cualquiera de ellos implicaría la anulación de los
demás.
Por si sola,
esa exigencia es esclarecedora de la falta de transparencia y de la mala fe que
han sido permanentes en las posiciones de los delegados del gobierno en la Mesa
de Negociaciones.
Hoy, como
siempre, las FARC-EP defienden una solución política cuyo desenlace será una
Paz definitiva en una Colombia democrática.
Ellos creen
como Bolívar que las Fuerzas Armadas deben ser el pueblo en armas, un
instrumento de la defensa de la soberanía nacional. Usarlas contra el pueblo,
como ocurre en Colombia, es un crimen monstruoso.
El original
portugués de este articulo se encuentra en
www.odiario.info
Traducción:
Jazmín Padilla