Consejo de ministros lunes 20 de mayo, 2013. |
Por Alberto Pinzón Sánchez
Mientras la fracción de la clase dominante en Colombia representada
por J M Santos, ha ido aglutinando y uniendo diversos intereses tanto
nacionales como globales en apoyo a los diálogos de paz que se desarrollan en
la Habana, la fracción dirigida por Uribe Vélez, dominada por la mediocridad y
el envilecimiento lumpenesco de su origen, pierde cada vez más su tradicional cohesión
y se disocia internamente, y, en lo internacional, empieza a depender
peligrosamente de los grupos más extremistas la derecha Imperialista que tienen
los dos partidos de los EEUU y que están comprometidos en desestabilizar para
depredar toda la Región andino amazónica.
No es sino ver los nombres de las personas que rodean a
uno y otro: Uribe Vélez con sus siete enanitos, encabezados por quien fuera su
vicepresidente arlequín Francisco Santos, su primera ministra de guerra Marta
Lucía Ramírez, su ministro de economía Zuluaga, el director del gremio feudal
de los ganaderos Lafaurie, el burócrata liberal Holmes Trujillo, el
desinformador militar Alfredo Rangel y el saca-micas Guarín.
En cambio, JM Santos, después de haber recibido el apoyo
abierto de todo el Poder Global (incluido el nuevo papa Francisco) lanza su
aspiración re-electoral haciéndose acompañar, en primer lugar del mejor policía
de la DEA; el general Naranjo, y luego de Vargas Lleras, el más representativo
delfín de la oligarquía de los Lleras en Colombia. De Maria Emma Mejía, la
candidata liberal a la vicepresidencia de Serpa Uribe. De Gabriel Silva Luján,
asesor íntimo de César Gaviria y embajador de Uribe Vélez en Washington. De Juan
Mesa, secretario privado del presidente Ernesto Samper y ex secretario general
del grupo mediático Caracol. Y del súper-yupi trasnacional Juan José Echavarría,
exdirector del Banco Central de Colombia.
Claro que previamente Santos había constituido su equipo
negociador para que representara al Estado colombiano en los diálogos con las
FARC-EP en la Habana, con el ex vicepresidente Humberto de la Calle. Con el general
Mora Rangel, comandante del ejército nacional en el gobierno del presidente
Andrés Pastrana y comandante de las fuerzas militares de Colombia en el
gobierno de Uribe Vélez. Con Luis Carlos Villegas, asesor internacional del
Partido Liberal y desde hace 20 años presidente del gremio de los Industriales
de Colombia (ANDI). Con el viceministro de defensa y alto consejero de la
Seguridad Nacional Sergio Jaramillo. Con Frank Pearl comisionado de paz y ministro
de las licencias medioambientales del gobierno de Uribe Vélez. Con el asesor Alejandro
Eder, destacado miembro de la oligarquía del Valle del Cauca. Con el
conservador Kiko Lloreda, dueño del diario El País de Cali y asesor de la
seguridad nacional, y, con Gustavo Bell, ex director de El Heraldo de
Barranquilla y vicepresidente de la República durante el gobierno de Pastrana
Arango.
Leyendo uno semejante nómina y a la vez, intoxicado con la
zozobra mediática noticiosa que muelen diariamente los diarios de los nombrados
en contra del proceso de paz en desarrollo, surge necesariamente la inquietud
de que si con semejante respaldo oligárquico y trasnacional, JM Santos da
oportunidades a sus adversario Uribe Vélez, Pastrana o el inquisidor Ordoñez; tartajea
y errático no logra decidir prontamente en la Habana un acuerdo para resolver
el problema esencial e histórico que hasta ahora le ha impedido al pueblo
colombiano lograr un desarrollo social justo y pacífico que lo inserte en la
modernidad; entonces lo más probable es que debamos resignarnos con la pavorosa
inscripción que Dante leyó a la entrada de la puerta del infierno: ¡”Oh los que
aquí entráis. Abandonad toda esperanza”!