Diosdado Cabello sigue la senda trazada por la Revolución |
Horacio Duque.
Al igual que el
Presidente Nicolas Maduro que ha trazado las líneas de la ofensiva socialista
contra el golpe ultraderechista para hacer frente a la campaña de desgaste y al
golpe en escala que se propone crear condiciones hacia un derrocamiento
institucional, el Presidente de la Asamblea Legislativa Diosdado Cabello, ha
vuelto por sus fueros de enérgico dirigente, como sucedió en el golpe del 2002,
para determinar la autoridad del nuevo gobierno revolucionario elegido.
A los diputados del
sabotaje en la oposición les ha señalado de manera tajante que quien no
reconozca el nuevo Presidente Maduro será desconocido por la legalidad del
ámbito parlamentaria.
Corto de tajo el juego
desestabilizador y violento de los perdedores fascistas que pretenden
sumir en sangre la sociedad entera con guarimbas, incendios, disparos y ataques
masivos contra los sectores populares del chavismo y la nación.
Mano de hierro y puño
cerrado es la postura radical de Cabello. No se fue por las ramas y fija
posición diamantina.
Pero no es solo eso. El
dirigente a llamado a la autocritica y la rectificación.
La revolución no puede
cruzarse de brazos y esperar que el caos promovido por el gobierno de Obama a
través de la CIA y la Oposición, alcancen sus objetivos obstaculizando el
quehacer cotidiano efectivo de los administradores y lideres del
gobierno.
Hay que corregir la
ineficiencia pública, erradicar la corrupción, controlar el desabastecimiento,
eliminar la inflación, cortar los apagones e intervenir la inseguridad y
violencia urbana.
Se requiere recuperar y
priorizar el Programa de gobierno para colocar a la ofensiva los planes
sociales que se han estancado, a partir del control estatal de la economía.
Es preciso hacer cambios
estructurales en la gobernanza socialista desde el proyectado Estado comunal y
las comunas como forma alternativa de gestión del interes público.
El fenómeno de la
violencia urbana y la delincuencia urbana necesita de estrategias integrales
para eliminarla. La experiencia sugiere hacer las cartografías de la
delincuencia, focalizar los puntos de la inseguridad y actuar con milicias
locales contra los bandidos y estructuras anómicas.
La corrupción endémica de
funcionarios y entidades estatales se debe intervenir con sistemas especiales
de alerta e inteligencia, para eliminar rápidamente los puntos del despojo de
los bienes públicos.
Hay que impulsar
programas productivos y de rectificación administrativa.
Hay que reducir la
tramitología y mejorar los servicios en todos los aspectos.
Por ultimo, que no de
último, hay que meter mano ya en los flujos financieros internacionales que dan
soporte a la labor subversiva de la oposición escuálida. El imperialismo y sus
agencias estatales entregan cifras multimillonarias a las camarillas de
ultraderecha para que adelanten su labor de desgaste que va a proseguir para
promover, en tres años, un referendo revocatorio del nuevo jefe de gobierno.
Esto hay que eliminarlo con una legislación muy estricta para penalizar la
presencia de tales recursos financieros.
San Cristobal, 27 de
abril del 2013.