panfleto de amenazas contra el campo popular |
por Luis García
Viernes, 19 de
Abril de 2013
Carta abierta al presidente Santos de dirigentes
sindicales colombianos amenazados de muerte. No cabe la menor duda de la
vocación asesina del empresariado colombiano. Se impone la más amplia solidaridad
internacional para frenar su accionar.
Cartagena, 16 de abril de 2013
Doctor Juan Manuel Santos
¡Mientras usted nos invita a creer en la paz dan órdenes
de asesinarnos!
Señor Presidente,
Bajo el lema “Mi aporte es creer” usted desfiló el pasado
9 de abril llamando a los colombianos a confiar en el proceso de negociaciones
de paz que su gobierno desarrolla con las FARC en La Habana, Cuba. ¡Quisiéramos
creer, pero por ahora no podemos!
Somos dirigentes sindicales que, en el marco de la
Constitución y la ley vigente, luchamos cotidianamente por la defensa de los
intereses de millares de trabajadores. No hemos sido ni somos parte del
enfrentamiento armado; igual que millones de colombianos sufrimos sus
consecuencias.
Con la falsa acusación de ser agentes o miembros de
organizaciones guerrilleras, durante las últimas décadas los empresarios, los
grandes medios de comunicación a su servicio, y diversos agentes estatales han
estigmatizado nuestra actividad. La culminación exitosa de un acuerdo negociado
entre su gobierno y las organizaciones alzadas en armas mostraría la absoluta
falsedad del argumento bajo el cual han asesinado a varios miles de dirigentes
sindicales y dejaría al descubierto que el método de la amenaza y el asesinato
de los dirigentes de las luchas obreras y populares trasciende los marcos de
dicho enfrentamiento armado. Es un método consustancial a los feroces niveles
de sobre-explotación del empresariado colombiano, incorporado como parte del
propio régimen político por todos los gobiernos anteriores.
Por ahora, entonces, no podemos creer; porque mientras
transcurren las negociaciones en La Habana y usted llama a que “creamos”,
cotidianamente nos llegan nuevas amenazas e intentos de atentar contra nuestras
vidas.
El mismo 9 de abril, Día Nacional de las Victimas, y
mientras miles de personas, incluidos los dirigentes sindicales de
Sinaltrainal, usted mismo, y muchos de sus funcionarios marchaban por la paz,
fue asesinado el dirigente campesino, presidente de la Mesa Municipal de
Desplazados, Elber Antonio Cordero, en Valencia Córdoba, el 5 de abril llegó a
la sede sindical de Sinaltrainal Cartagena el amenazante panfleto que
adjuntamos.
Por su contenido, no queda la menor duda de que está
inspirado y orientado directamente por sectores del empresariado, como mínimo,
de nuestra ciudad. Pasando de las amenazas a los hechos, en la madrugada del 13
de abril, 5 hombres armados, tal como ya conocen las autoridades, intentaron
asaltar, en Cartagena, la casa de nuestro compañero Wilson Castro para atentar
contra él y su familia, tratando de hacer efectiva la amenaza de muerte del 5
de abril que incluye al compañero Edwin Molina, ambos dirigentes sindicales y
trabajadores de Coca Cola. Igualmente, el día 15 de abril en casa del compañero
Jairo del Río Caro, fue dejado un panfleto amenazante escrito con letras
recortadas de papel revista, donde se le dan 24 horas para salir de la ciudad
so pena de muerte.
¿Cuántos nuevos asesinatos de dirigentes sindicales más
serán necesarios para que un gobierno como el que usted preside adopte medidas
reales y efectivas para contener el accionar de los grupos que, inspirados por
el empresariado, tratan de impedir que ejerzamos nuestros legítimos derechos de
organización sindical, defensa de nuestros pliegos de peticiones y defensa de
los intereses de los trabajadores?
La defensa de nuestra vida no puede continuar dependiendo
de un esquema rutinario de escoltas y permanentes denuncias ante la Fiscalía,
sin ningún resultado efectivo en las investigaciones, sin ubicar a los
verdaderos responsables de dar las órdenes de amenazarnos y asesinarnos.
Demandamos de su gobierno medidas inmediatas, radicales y efectivas para
contener a los asesinos y para obligar a los empresarios a adoptar cualquier
clase de medida necesaria para garantizar la defensa de nuestras vidas, que es,
a la vez, el respeto a los derechos de organización y actividad sindical en el
país.
Para discutir directamente con usted, señor Presidente,
las medidas y acciones inmediatas que deberán adoptarse le solicitamos
públicamente una entrevista con una delegación de los abajo firmantes.
Enviaremos copia de la presente carta a la OIT, a los
organismos de derechos humanos, organizaciones sindicales y políticas de los
demás países.
Atentamente,
Fredis Marrugo - Ustrial
Coordinadora Sindical de Solidaridad
de Cartagena