Horacio Duque.
La izquierda
institucional agrupada en el Polo Democrático, en la que el Moir con su
senador, tiene un peso notable en la orientación política e ideológica
inspirada en un maoismo degradado (Badiou), se mueve en una notable contravía
de sabotaje y torpedo al proceso de paz que se adelanta en La Habana entre el
gobierno del Presidente Santos y las Farc.
Se encuadraron con el
bloque de ultraderecha feudal para demeritar las multitudinarias movilizaciones
del 9 de abril en respaldo a la Mesa de conversaciones de Cuba.
Tal comportamiento es
fruto de su naturaleza política electorera, caudillista, corrupta y pragmática;
pues está atrapada por el más cínico de los cretinismos
parlamentarios.
Su oportunismo
descontrolado le impide comprender los potenciales del momento histórico
surgido con las negociaciones entre el Estado y la insurgencia revolucionaria
campesina.
Como la ultraderecha,
viven el desconcierto frente a la iniciativa para terminar la guerra civil y
construir una paz estable y duradera, que se torno irreversible por cuanto cada
vez se ubica en un "punto de no retorno" dado el nivel de
involucramiento de las partes, tal como se materializó en la movilización del 9
de abril.
Es evidente su
incapacidad para entender que la Mesa de La Habana es el "eje
central" de la política colombiana hoy, por cuanto es la ocasión con mayor
potencial para la negociación definitiva del conflicto armado nacional que ya
dura más de 50 años. No asimilan que el proceso de paz y el camino recorrido es
un campo abierto de alternativas históricas para la transformación democrática
radical de Colombia.
Lo cierto es que su
visión institucional sigue adherida a las concepciones neoliberales
y ultraconservadora de la estigmatización como terrorista del
conflicto social y armado, ignorando olímpicamente los avances en las
conversaciones, el apoyo de otras naciones y las alternativas postuladas a la
problemática agraria.
Su vergonzoso
comportamiento ha quedado perfectamente alineado con los planes del
uribismo y el bloque reaccionario comprometido en acciones para desestabilizar
aun mas el país y en la proyección de una fuerza de poder
político, armado y electoral, cuyo objetivo es sabotear las conversaciones y
los acuerdos, llegando hasta la confrontación y el terrorismo contra la
población civil.
Con su fetichismo
electoral y cretinismo parlamentario, la izquierda institucional del Polo, que
obstruye la paz, lo que hace es realzar viejas élites asociadas con
la hacienda feudal, para de esa manera blindar su raquítico aparato
burocrático, electoral, conservador y sectario.
Todo con el argumento de
oponerse anticipadamente a una hipotética reelección del actual Presidente,
quien esta en el derecho de cursarla a partir del próximo mes de noviembre
porque el estatuto constitucional lo permite. Lo que es arina de otro costal pues
se omite el análisis concreto de la situación específica asociada con los
diálogos de paz, que es lo pertinente. Que le hacemos, hasta allí llega su
confusión y desatino.
¿O no doctor Robledo? ¿O
no doctora López? ¿O no doctor Gaviria?.
El simulacro de una
oposición retórica de baranda, no es más que una cortina de humo para encubrir
su codicia por los votos y su ignorancia absoluta del momento crucial que vive
en la actualidad la nación.
Igual de patético y
oportunista fue su comportamiento frente al bochornoso episodio de
corrupción protagonizado por su alcalde Samuel Moreno, en Bogota. Ante el cual
la norma de conducta fue la indicada por su eminencia gris el jurista don
Carlos Gaviria, que orientaba el paraguas del "debido proceso" para
proclamar la inocencia de los protagonistas del mayor saqueo a los patrimonios
estatales bogotanos, vestidos con el traje de la podrida izquierda
amarilla.
Es tremenda la
responsabilidad de esta secta caudillista ante la historia de la nación. Ella
misma se condena por su comportamiento funcional con la ultraderecha
terrorista. Seguirá cuesta abajo hasta
extinguire melancólicamente quedando convertida en
una minúscula facción del bloque de poder de la
vieja oligarquía violenta y despótica.
No creo que perdamos
mucho. Al contrario es larga la ganancia para el bloque popular que lucha por
la paz, la democracia y el socialismo del siglo XXI.
Popayan, 12 de abril de
2013.