Senador Jorge Robledo |
Luis
Alberto Matta
Jueves 11 de abril de 2013
El
pasado 9 de Abril de 2013, millones de colombianos y colombianas declararon con
amor su inequívoca aspiración a que haya una solución pacífica y política al
conflicto social y armado interno de Colombia. No más guerra, no más
injusticia, no más impunidad, no más violaciones a los derechos humanos, no más
desapariciones, no más secuestros, no más minas, no más bombardeos, no más
ejecuciones extrajudiciales o falsos positivos, fueron las consignas
victoriosas de las multitudes.
Sí,
victoriosas multitudes digo, porque superaron a los enemigos públicos y
agazapados de la paz que atacaron con ferocidad la decisión popular de
organizar esta manifestación de vida y esperanza. El gobierno de Juan Manuel
Santos supo de antemano la fuerza torrencial de los movimientos organizadores,
entre otros la Marcha Patriótica, y no tuvo otra opción que apoyar esta enorme
manifestación de la sociedad civil, que declaró sin rodeos un apoyo irrestricto
a la mesa de diálogos entre las FARC-EP y el gobierno nacional, hacia la solución
política de la guerra civil no declarada que cumple medio siglo desde el
alzamiento campesino en Marquetalia.
Y
vaya sorpresa la mía. Pese a estar al corriente de que usted senador Robledo,
representa al sector oligarca de la izquierda, tenía la ilusión que apoyaría,
como dice hacerlo cuando le conviene, que las masas expresaran abiertamente y
en las calles su apoyo al diálogo de paz con la insurgencia. Pero no, pudieron
más la mezquindad y los celos a perder su puestico de izquierdoso refinado que con
petulancia pasea por la media.
Es
coherente y está bien que narcotraficantes, paramilitares, terratenientes o
políticos corruptos se opongan abiertamente a los diálogos de paz. Al fin y al
cabo viven de la guerra y la paz constituye una amenaza para sus intereses.
¿Pero y usted? ¿Qué le motivó a alinearse con Francisco Santos y Álvaro Uribe?
Ahora
entiendo su descarada y oportunista decisión de expulsar a sectores
democráticos y de izquierda como el Partido Comunista del seno del Polo
“Democrático”. Si mis simpatías por el Polo habían mermado desde la salida del
ex magistrado Carlos Gaviria, y se mantenían gracias al trabajo del valiente
Representante Iván Cepeda Castro y un pequeño grupo de compañeras y compañeros
que se mantienen, a partir de hoy renuncio a cualquier apoyo o simpatía hacia
el Polo “Democrático”. No lo merece, gracias a usted y su indigna mezquindad
Senador Jorge Robledo.