No hay duda que
el proceso de paz marcha. Como lo habían previsto los organizadores, la
Universidad Nacional y las Naciones Unidas, el Foro sobre Participación
Política acordado por los negociadores del gobierno y de las FARC, atestó el
Centro de Convenciones Jiménez de Quesada.
Más de 1500
participantes se dieron cita en la mañana del domingo 28 para dar inicio a una
agenda ambiciosa: un panel internacional, uno nacional y dos paneles
simultáneos: sobre el papel de los medios en el proceso de paz y de la academia
en la búsqueda de la reconciliación.
Tras la
instalación por parte de Fabrizio Hochschild, coordinador residente de Naciones
Unidas en Colombia e Ignacio Mantilla, rector de la Universidad Nacional, se
dio paso a la ponencia central a cargo del historiador Francisco Leal. En su
larga intervención de casi una hora, señaló algunos puntos que a su juicio han
impedido la paz en más de medio siglo.
Como la
presencia de un fuerte latifundio, la estancada modernización del país, la
presencia del narcotráfico y la ausencia de nación que han llevado a un cuadro
de violencia permeada por el narcotráfico y la intervención norteamericana con
fuerte presencia de delincuentes que se han convertido en políticos.
A pesar de que
es partidario de una justicia transicional que resuelva la reinserción de la
guerrilla, indicó que algunos de sus miembros deben pagar, “aunque en forma
breve algo de cárcel”.
Y en su repaso
que hilvanaba desde los años cuarenta, saltó en un santiamén a los noventa sin
tocar un segundo el genocidio de la Unión Patriótica.
Luego vendrían
las intervenciones de los delegados internacionales. El Salvador, Filipinas,
Sudafrica y Uruguay. Un repaso sobre cómo alcanzaron la paz. Previamente, los
saludos de varios premios de Nobel de Paz en sus mensajes de video causaron
emoción a todos los asistentes.
Ver a Desmond
Tutu, Oscar Arias, Pérez Esquivel y Ellen Johnson Sirleaf, presidente de
Liberia, hablando con tanta propiedad de Colombia y su esfuerzo por alcanzar el
fin del conflicto, demostraba que el país no está solo en el más gigantesco
esfuerzo de su historia.
Después del
receso del medio día, las intervenciones políticas cronometradas de solo cinco
minutos, en un calidoscopio perfecto del apoyo nacional al proceso de La Habana:
todos los partidos de Colombia, a excepción del Puro Centro Democrático que
encabeza el ex presidente Uribe, comprometidos con la solución negociada al
conflicto.
Por allí
desfiló el partido de la U a través del senador Roy Barreras, el Polo con su
presidenta Clara López, Marcha Patriótica, con su vocera Piedad Córdoba, Hernán
Andrade, por el partido conservador, Cambio Radical, el partido liberal, el
Congreso de los Pueblos, la ASI, País Común, que lidera el indígena Nasa
Feliciano Valencia, los movimientos indígenas, la comunidad afrodescendiente,
el Partido Verde, a través del senador Sudarski, el partido comunista, con su
secretario general Jaime Caycedo, Omer Calderón, presidente de la Unión
Patriótica, los Progresistas con su representante Antonio Navarro, el Mira con
su vocero, Carlos Baena.
Todos, desde la
derecha, el centro y la izquierda, en una amplitud que no se veía desde los
tiempos de las negociaciones del Cagúan, presentando fórmulas para abrir el
camino de la que siempre ha sido esquiva participación democrática en todos
estos años y cuyas propuestas serán remitidas a La Habana.
Dos puntos
centrales matizaron las intervenciones: buscar una salida para la participación
política de las guerrillas lo que implica profundas reformas de la vida
institucional y electoral, sin perjudicar a los partidos políticos que hoy se
ven amenazados en perder su representación por los manes del umbral que los
obliga a obtener el 3% de la participación electoral.
Con razón
Navarro señaló que “los pequeños partidos y los nuevos no podemos salir por la
puerta de atrás quedándonos por fuera mientras a los insurgentes reinsertados a
la vida política se le brindan condiciones especiales”.
Y el otro punto
que cuando se tocaba arrancaba grandes aplausos, fue el del ir a una asamblea
nacional constituyente que refrende las reformas que el país requiere. “Si no
se dan las condiciones en el actual Congreso para construir un nuevo país,
iremos a las calles, plazas y pueblos a pedir una nueva constituyente. La paz
es para todos”, afirmó Baena del Mira.
La Unión
Patriótica resaltó que hasta que no se esclarezca el genocidio de que fue
objeto, será muy difícil construir caminos de reconciliación. “Si a la UP le
concedieran un tercio de segundo por cada una de sus víctimas podríamos
intervenir el mismo tiempo que tuvo el profesor Francisco Leal para negar buena
parte de la historia del país y del conflicto interno”, señaló su presidente en
medio de los aplausos.
La rica sesión
del día de apertura culminó con los paneles sobre medios y academia. El
primero, decisivo en el tema de la participación política, no contó con los
grandes directores de la prensa que habían sido invitados como Roberto Pombo,
de El Tiempo, Darío Arismendi, de Caracol o Rodrigo de RCN.
Intervinieron
representantes de Semana, Voz, Confidencial Colombia, Colprensa, El Heraldo,
Teleantioquia, Telemedellín, Arcadia, Canal Capital, entre otros, quienes
coincidieron en la necesidad de defender los medios públicos y establecer un
estatuto de prensa que abra los medios privados a la participación de toda la
población.
El foro, el
segundo después del exitoso sobre el tema agrario, cuyas conclusiones de
diciembre pasado ya están en La Habana, continuará su intenso trabajo hasta el
martes 30 en un ambiente de pluralismo y activa participación.