(*) Jueves, 25
Abril 2013 03:19
Al cumplirse
este martes 23 de abril el primer año de creado el Movimiento Político y Social
Marcha Patriótica, reproducimos el artículo publicado en el periódico
alternativo PARÉNTESIS sobre este hecho. En el año transcurrido, el nuevo
colectivo se ha convertido en motor fundamental del proceso de paz en Colombia,
lo cual quedó demostrado con la gigantesca movilización del martes 9 de abril,
cuando más de un millón de voces, que respondieron al llamado de Marcha, entre
otros movimiento, dijeron si a los diálogos de La Habana, a la solución
política del conflicto armado interno y a la paz con justicia social.
Estamos en
presencia de la construcción de una nueva izquierda, valiente, radical en
cuanto a que lucha por transformaciones estructurales, por un modelo de
sociedad diferente al capitalismo, y que se hace desde abajo, en tanto se apoya
en los movimientos sociales irrigados a lo largo del país. Una izquierda en
plena marcha.
Una nueva
esperanza surgió el lunes 23 de abril en Colombia. Se llama Marcha Patriótica.
Las imágenes de
miles y miles de hombres y mujeres venidos de abajo, trabajadores del agro,
obreros, desempleados, estudiantes, intelectuales, negros, mulatos, indígenas…
copando las avenidas de Bogotá hasta la plaza de Bolívar en una extraordinaria
marcha por la patria hicieron que la esperanza retornara, ojalá para
permanecer.
De nada sirvió
la maledicencia de los de siempre, las élites oligopólicas, contra los de abajo
cuando éstos decidieron marchar sin pedir permiso para propugnar por
transformaciones estructurales, no por meras reformas, como muchos adocenados
se acostumbraron a pedir.
De nada
valieron las intimidaciones que el establecimiento político-militar lanzó
contra los colombianos movilizados desde todos los puntos cardinales del país
para decir “presentes” con sus luchas regionales contra las transnacionales que
quieren acabar con el río Magdalena en El Quimbo o con la pequeña minería o con
el agro a través del TLC…
Los marchantes,
líderes sociales de verdad, voceros curtidos de comunidades de veredas,
barriadas, colegios, universidades, no le hicieron caso al vociferante Ministro
del Interior, ni a los comandantes de las Fuerzas Militares, ni a los
directores amenazantes de la Policía y llenaron las avenidas con banderas
blancas, rojas, amarillas, verdes, azules representativas de una nueva
pluralidad en la izquierda colombiana surgida de las luchas sociales.
Tampoco
sucumbieron ante la retahíla de los medios de las clases dominantes que no
cesaban en su afán de buscar los supuestos nexos de los organizadores de la
marcha con la insurgencia, y que con una ignorancia grosera de nuestra historia
reclamaban porque la Marcha contiene el adjetivo Patriótica, como si ser
patriota fuera propiedad privativa de alguien o, peor aún, constituyera un
delito.
Muchos de los
que estigmatizaron la movilización pensando que los marchantes se arredrarían
se equivocaron: aunque el paramilitarismo sigue actuando de la mano de no pocos
agentes del Estado, la sociedad hoy está atenta para evitar, en la calle, que
ocurra lo mismo que sucedió hace 28 años contra la Unión Patriota, barriada a
punta de masacres, en un holocausto infame protagonizado por la extrema derecha
colombiana que siempre se opondrá a los cambios de fondo que necesita el país.
Sacar el país
de la guerra
Los marchantes
tenían claro que lo primero que debemos hacer los colombianos es sacar a la
patria de la guerra, acabar el conflicto y que ello sólo se logra con una
negociación política acompañada de cambios estructurales, no de remiendos ni
prebendas.
“Marcha
Patriótica manifiesta su compromiso ético y político con la búsqueda de una
solución política al conflicto social y armado”, recalca la Declaración
Política aprobada el domingo 22 de abril.
Muchos de
quienes marcharon provienen de las zonas de conflicto donde padecen la guerra y
por eso quieren que ésta cese, como punto de partida para la construcción de
una sociedad nueva, pues creen que otro mundo es posible.
“En Marcha
Patriótica manifestamos la decisión política de luchar por un nuevo modelo
económico, de Estado y de sociedad, que posibilite la transformación
estructural del modo de vida y de producción”, sostiene la Declaración
Política.
Los que
llenaron la Plaza de Bolívar y estuvieron hasta entrada la noche, desde el
mediodía del lunes, entienden que el parlamentarismo no es el fin de las luchas
de la izquierda, que esta filosofía es, en su esencia, transformadora y se
realiza en la cotidianidad, en las luchas diarias, bajo el cielo abierto de la
inmensidad del país, no en los recintos cerrados de los hacedores de las leyes.
“Todo ello, en
dirección a la construcción de un proyecto alternativo que supere la
prevaleciente organización capitalista de la sociedad”, agrega la Declaración
Política.
Saben que solo
las luchas pacíficas, pero portentosas, podrán logar en el futuro leyes justas
que institucionalicen un nuevo poder, el poder popular al que tanto le temen
los de arriba.
Por eso se
proponen “impulsar procesos constituyentes regionales y locales por la solución
política y la paz con justicia social, tendientes hacia la realización de una
Asamblea Nacional”.
En fin, el
movimiento político y social nacido ayer no teme inscribirse en la nueva
dinámica continental, no le teme a hacer parte de las transformaciones que
muchos no quieren ver en los pueblos vecinos, por ceguera política o por
decisión de clase excluyente.
Marcha
Patriótica no duda que Colombia debe entrar en la senda de “un nuevo orden
internacional basado en los principios de la soberanía, la no intervención, la
autodeterminación y el internacionalismo de los pueblos, y contribuir a la integración
de Nuestra América”.
En suma, se
propone la lucha por la Segunda independencia, económica, política, social y
cultural, de la patria.
Estamos en
presencia de la construcción de una nueva izquierda, valiente y radical en
cuanto a que lucha por transformaciones estructurales, por un modelo de
sociedad diferente al capitalismo, y que se hace desde abajo, en tanto se apoya
en los movimientos sociales irrigados a lo largo del país.
Es una
izquierda social y política en plena marcha. Por todo eso caminaron ayer miles
y miles de colombianos. Y abrieron una senda de esperanza.
(*) Artículo
publicado en el periódico PARÉNTESIS el lunes 23 de abril de 2012.
Foto: José
Julián Mena R.