Por Horacio Duque
Hay varias mulas muertas que con recurrencia se le
atraviesan a la posibilidad de que Colombia supere la violencia expresada como
una prolongada guerra civil con destrucción de miles de vidas humanas.
A lo largo del
debate del tema agrario fue el inefable José Felix Lafaurie, el Presidente de
Fedegan y jefe de los latifundistas ganaderos, quien desplegó una obstinada
campaña de descrédito de las conversaciones y reuniones sobre este crucial
asunto de la sociedad, fuente de litigios y ciclos de violencia contra la
población campesina afectada por el despojo y desplazamiento forzado.
Para que
referirse más al señor del Uberrimo y sus obsesión ultraderechista, bien conocida
por todos.
O
al desafío permanente del Ministro Pinzon, de la Defensa, con su
retórica estridente orientada a devaluar la política de paz del Presidente
Santos.
Todo indica que el turno del sabotaje sistémico a la Mesa de La Habana
y a cualquier intento de cambio democrático, es para el espantoso Procurador
Alejandro Ordoñez, actualmente en ejercicio de sus funciones administrativas
como supuesto representante de toda la sociedad.
Sus posturas
son de abierto bloqueo a toda fórmula que se perfile para aclimatar la paz.
En principio ha
enfilado baterías para descalificar cualquier arreglo penal que derive en los
indultos y amnistías que propicien la participación política
democrática de los miembros de la resistencia campesina revolucionaria que
cristalicen un acuerdo con el Estado respecto de la lucha armada como método
político para transformar la sociedad.
Este
ultramontano de la política se ha colocado en el centro de la cruzada para
impedir que Colombia salga del bloqueo antidemocratico impuesto por la
oligarquía dominante.
Tal parece que su onda expansiva desestabilizadora alcanzará al
Alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, cuyo único pecado ha sido destapar el peor
robo a los caudales de la hacienda pública, ejecutado por mafias criminales que
capturaron las instituciones democráticas de la ciudad.
Ordoñez, la
otra mula muerta que se le atraviesa a la paz y la democracia. No hay que
callar ante su absurdo comportamiento.
horacioduquegiraldo@gmail.com