Nicolás Maduro electo presidente de Venezuela |
Horacio Duque.
Quien crea que el camino
de una revolución socialista está sembrado de rosas y jolgorio, está muy
equivocado. Necesita que vaya y repase la historia de la revolución soviética
desde noviembre de 1917, luchando contra invasiones y el sabotaje de la burguesía
europea. O que le de una mirada al recorrido de la revolución cubana
enfrentando el poder del imperialismo gringo durante su ya larga
existencia heroica.
Una revolución es una
macro transformación que implica el cambio en la estructura de propiedad, en el
Estado, en la cultura, en las creencias, en el poder, en la economía y en la
sociedad, para eliminar el dominio de grupos minoritarios que se sustentan en
la explotación de toda la sociedad; que es la historia de Venezuela
desde hace 500 años.
Ir del capitalismo al
socialismo es una batalla de titanes que requiere de la mayor conciencia,
disciplina, organización e inteligencia de los líderes y los partidos políticos
de las clases subalternas-
El resultado electoral
que dio la victoria a Nicolas Maduro para ser el Presidente de la República
bolivariana de Venezuela hasta el año 2019 es incuestionable. Fruto
de una jornada electoral transparente.
Desconocerlo es una
incitación a las vías violentas y al agravamiento de las tensiones políticas
que involucran a una sociedad de casi 30 millones de personas. Y quien lo haga
debe asumir las consecuencias de su aventura.
La votación sumada por la
oposición y su candidato Capriles, que no es poca, es consecuencia de muchos
factores. Pesa la brutal acción del imperialismo y las multinacionales. La
manipulación mediática sobre la conciencia popular.
Pero es necio desconocer
los errores del campo revolucionario. La violencia urbana, la corrupción, el
burocratismo, el oportunismo, la inflación, la paquidermia del Estado y el
desabastecimiento alimentario, estan minando la credibilidad en el proceso de
miles de personas que de chavistas pasaron a votar por el candidato
opositor.
Vienen días muy difíciles
y duros para la revolución bolivariana.
La derecha tomó aire y no
va a descansar porque ella si sabe de "guerra de movimientos y guerra de
posiciones". Al relativamente exitoso desempeño electoral (guerra de
movimientos) lo acompañará una "guerra de movimientos post electoral"
que conllevara mucha contundencia.
Pedir el recuento de los
votos es apenas el primer paso. Vendrán episodios conocidos de sabotaje,
bloqueos, guarimbas, intentos de golpe, alianzas con oportunistas y traidores
que ya levantan cabeza porque su único interes era hacer negocios y llenarse de
dolares los bolsillos como los negociantes que llegan de Colombia y presumen de
socialistas.
Es preciso cohesionar el
bloque de izquierda revolucionaria y afinar los objetivos, las estrategias y
tácticas para afrontar la tormenta que ya se instaló en el escenario político
venezolano.
El Polo Patriótico es un
referente adecuado para las circunstancias, como escenario de alianzas y
movilización de la multitud y Lo Común.
La contrarrevolución ganó
el espacio suficiente para desplegar sus planes de destrucción de los avances socialistas
y populares de los últimos 14 años.
La batalla ideológica es
primordial. Los pragmáticos y aprovechadores de la revolución quieren
apagar la labor militante de los intelectuales socialistas para evitar los
problemas. Los quieren en silencio y sin pensamiento critico. No podemos
permitir un día de licencia en la confrontación con el
bloque burgués que viene por todo y contra el pueblo.
La contrarrevolución está
en curso y cruzarse de brazos es el suicidio.
San Cristobal, 15 de
abril de 2013.