viernes, 9 de noviembre de 2012

Con Roberts, Genris y Diego ¡Contra la Gildan!




Narciso Isa Conde

Las corporaciones transnacionales son explotadoras, expoliadoras y, además, soberbias.

La GILDAN, empresa canadiense beneficiaria del ominoso régimen de “Zonas Francas”, ubicada en el Municipio de Guerra del Gran Santo Domingo, no es una excepción.

Explota a sus trabajadores/as, tiñe tela de camisetas a como de lugar y envenena ríos sin contemplaciones.

Mata peces y camarones, usa la nefasta “biomasa” como combustible, contamina y depreda la naturaleza, incluyendo árboles centenarios de la zona.

Pero no se queda ahí la terrible Gildona.

  • La tipa es despótica, no cree en la libertad de expresión.

Cuando periodistas responsables denuncian sus desafueros, entonces decide presionarlos, intimidarlos y agredirlos de múltiples maneras.

Acontece así frente al diario digital Ciudad Oriental dirigido por el insobornable  Robert Vargas, que ha reportado los daños ocasionados por la Gildan Activeviewer Domincan Republic Textile Company INC (mejor conocida como la GILDAN) en ese municipio.

Y ha hecho extensiva su peligrosa hostilidad al periodista Genris García, director de otro medio digital, por su similar y valiente actitud.

Especial encono ha evidenciado contra el reportero de Ciudad Oriental, Diego Torres, conocido dirigente comunitario en Guerra y San Luis.

Diego ha sido el canal de varias denuncias contra la GILDAN formuladas por los/as moradores/as de esos municipios y ha ejercido su función con entereza.

Después de publicadas esas denuncias, curiosamente la pequeña parcela que le entregó a su padre el gobierno de Juan Bosch en 1963 fue violentada por empresas concesionarias de esa transnacional, al punto de derribar subrepticiamente y robarse robustos árboles centenarios propiedad de la familia Torres.

Pero no solo: su humilde casita, fue curiosamente tiroteada justamente en un punto donde Diego acostumbra a sentarse a trabajar de noche. Por suerte para él y su familia en ese momento no estaba en esa habitación.

Las sospechas mas serias, claro está, apuntan hacia la GILDAN. Y con razón eso  salió a relucir en ambos diarios digitales.

Entonces, la transnacional especializada en teñir tela a bajo costo y en venderla a alto precio –descontada su prepotencia y su vocación depredadora y matona- para ponerse mas en evidencia, decidió demandar a Robert y Genris por “difamación e injuria”, exigiéndole una fortuna a periodistas de escasos recursos.

  • Si no recula, le irá muy mal.

Atemorizar no puede, por que los blancos de ataques escogido por ella ni se rinden ni se doblan. Ni Robert, ni Genris, ni Diego se van a apendejar.

Sobornar jueces, quizás pueda. Pero ni eso habrá de darle buenos resultados porque el juez o la jueza que lo haga se desprestigiará de tal manera que tendrá que irse a vivir a la Luna o a un satélite que tiene la  Gildona en Canadá, su tierra natal.

Robert, Diego, Genris tienen además mucha gente que lo respetan y lo defienden. Gallos, gallinas, pollos y pollitos de calidad, capaces de pelear en cualquier escenario.

A la GILDAN -si no quiere pasarla peor- mejor le cuesta recular o, al menos, moderar su soberbia proverbial.

Un consejo sano, mucho mas sano que las tintas que tira al río y que la biomasa que usa como energético.

Y que no se atreva a ir mas lejos en sus perversos ataques a comunicadores apreciados por este pueblo. ¡Mejor  que recule a tiempo! Es, repito, un buen consejo.

8-11-2012