lunes, 26 de noviembre de 2012

Fuera Pinzón del Ministerio de Defensa, es un enemigo de la paz




Fuera Pinzón del Ministerio de Defensa, es un enemigo de la paz.
Por Horacio Duque
En reciente entrevista a Semana, la revista de su hijo, Enrique Santos Calderón, el hermano del Presidente de la República, se quejaba por las declaraciones a los medios de comunicación de los delegados plenipotenciarios de las Farc en la Mesa de Conversaciones de La Habana. Afirmaba que el silencio es oro, según su experiencia de negociador en la fase exploratoria del actual proceso de paz que se desarrolla en la capital cubana. Lo dice quien dispone de todas las ventajas en la maquina comunicacional imperante y alto directivo de la SIP, el sindicato cavernícola de periódicos que orquesta campañas políticas contra los gobiernos de Venezuela Nicaragua, Cuba, Bolivia, Argentina y Ecuador dizque por limitar la libertad de expresión y prensa.
Sin embargo olvida hacer la misma recomendación al pavoso y patético Ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, el principal saboteador de las conversaciones que buscan superar el conflicto social y armado, con una mediocre y anticuada retórica.
Pinzón, heredero de una tradición militarista masacradora, más parece el subalterno de la bestia negra/camisa parda del Ubérrimo que el vocero del gobierno que adelanta los diálogos en la isla del Caribe. Actúa como el gestor de un Plan B para inducir el fracaso del nuevo arreglo del Estado con la insurgencia revolucionaria.
Su permanente hostilidad obligó a que Andrés Paris, el vocero de las Farc, pidiera su renuncia como Ministro, pues se ha convertido en la punta de lanza de la cúpula militar ultraderechista, más identificada con el señor Uribe Vélez, ahora en plan patriotero/nacionalsocialista a propósito del fallo de la Corte Internacional de Justicia que le concedió la razón al sandinismo nicaragüense en sus reclamos marítimos derivados del atropello del Pacto Barcenas -Esguerra de 1928, impuesto por la potencia imperialista gringa.
Si en verdad Santos y su hermano Enrique quieren la paz para nuestra nación no deberían jugar con cartas marcadas y con planes oscuros para proseguir la guerra por otros 100 años de sangre, como justamente lo señala Enrique en su encuentro con la revista Semana.
Con la paz y con la Nación hay que ser transparente. Una buena medida en esa dirección sería pegarle un sacudon al sector militar del Estado, empezando por el retiro de Pinzón y de una cúpula militar retrograda acostumbrada a los ambientes de la guerra, la sangre y la violación de los derechos humanos.
Pinzón es un ejecutivo de medio pelo, lagarto de Chapinero (de la Fundación Buen Gobierno), que no entiende para nada de los intereses nacionales ni de la paz. Su puesto está en otro lugar, tal vez haciendo la seguridad de los latifundios de los grandes hacendados que prosperan con la violencia, para donde se debería ir en compañía de Navas y Mantilla.
Fuera Pinzón del Ministerio de Defensa. Colombia quiere la paz.
Tiene razón Andrés París en su enérgica petición. La paz va por buen camino y personajes como el actual Ministro de Defensa la pueden malograr. Más ecuánime el Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, que se suma al Foro para el desarrollo rural convocado por la Mesa de Conversaciones para el 20 de diciembre.
Fuera Pinzón del Ministerio de Defensa, es un enemigo de la paz.
Por Horacio Duque
En reciente entrevista a Semana, la revista de su hijo, Enrique Santos Calderón, el hermano del Presidente de la República, se quejaba por las declaraciones a los medios de comunicación de los delegados plenipotenciarios de las Farc en la Mesa de Conversaciones de La Habana. Afirmaba que el silencio es oro, según su experiencia de negociador en la fase exploratoria del actual proceso de paz que se desarrolla en la capital cubana. Lo dice quien dispone de todas las ventajas en la maquina comunicacional imperante y alto directivo de la SIP, el sindicato cavernícola de periódicos que orquesta campañas políticas contra los gobiernos de Venezuela Nicaragua, Cuba, Bolivia, Argentina y Ecuador dizque por limitar la libertad de expresión y prensa.
Sin embargo olvida hacer la misma recomendación al pavoso y patético Ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, el principal saboteador de las conversaciones que buscan superar el conflicto social y armado, con una mediocre y anticuada retórica.
Pinzón, heredero de una tradición militarista masacradora, más parece el subalterno de la bestia negra/camisa parda del Ubérrimo que el vocero del gobierno que adelanta los diálogos en la isla del Caribe. Actúa como el gestor de un Plan B para inducir el fracaso del nuevo arreglo del Estado con la insurgencia revolucionaria.
Su permanente hostilidad obligó a que Andrés Paris, el vocero de las Farc, pidiera su renuncia como Ministro, pues se ha convertido en la punta de lanza de la cúpula militar ultraderechista, más identificada con el señor Uribe Vélez, ahora en plan patriotero/nacionalsocialista a propósito del fallo de la Corte Internacional de Justicia que le concedió la razón al sandinismo nicaragüense en sus reclamos marítimos derivados del atropello del Pacto Barcenas -Esguerra de 1928, impuesto por la potencia imperialista gringa.
Si en verdad Santos y su hermano Enrique quieren la paz para nuestra nación no deberían jugar con cartas marcadas y con planes oscuros para proseguir la guerra por otros 100 años de sangre, como justamente lo señala Enrique en su encuentro con la revista Semana.
Con la paz y con la Nación hay que ser transparente. Una buena medida en esa dirección sería pegarle un sacudon al sector militar del Estado, empezando por el retiro de Pinzón y de una cúpula militar retrograda acostumbrada a los ambientes de la guerra, la sangre y la violación de los derechos humanos.
Pinzón es un ejecutivo de medio pelo, lagarto de Chapinero (de la Fundación Buen Gobierno), que no entiende para nada de los intereses nacionales ni de la paz. Su puesto está en otro lugar, tal vez haciendo la seguridad de los latifundios de los grandes hacendados que prosperan con la violencia, para donde se debería ir en compañía de Navas y Mantilla.
Fuera Pinzón del Ministerio de Defensa. Colombia quiere la paz.
Tiene razón Andrés París en su enérgica petición. La paz va por buen camino y personajes como el actual Ministro de Defensa la pueden malograr. Más ecuánime el Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, que se suma al Foro para el desarrollo rural convocado por la Mesa de Conversaciones para el 20 de diciembre.