La
dictadura del Proletariado y la transición
Por:
Manuel Sutherland*.
lo largo de más de 150 años, muchas voces – aun hasta hoy y Venezuela no es la excepción–, han enfilado sus baterías contra la Dictadura del Proletariado, por lo que fácilmente cabría preguntarse ¿Qué hay de malo en la Dictadura del Proletariado?
Breve crítica a los orígenes de la Democracia
Los románticos demócratas, de la historia y la política, nos ocultan arteramente que en la bella democracia ateniense (incluso en la Edad de Oro de Pericles) el voto y la intensa discusión política en la Asamblea, se sustentaba en la absoluta exclusión de los espacios de decisión y de derechos políticos básicos a los escla- vos (ilotas), mujeres y extranjeros (metecos).
Es de recordar que más de la mitad de la población eran mujeres y que los esclavos eran al menos dos tercios de la población total y que los extranjeros residentes eran una buena cantidad.
Saber esto es reconocer que la democracia nació como una forma política que encubre a una dictadura esclavista, machista y xenófoba de una clase dominan- te contra otra de oprimidos.
¿A través de la historia la lucha por la democracia ha sido clave? ¿Lo es Hoy?
El cartismo inglés (primer gran movimiento obrero organizado) y el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR), creado en Minsk en 1898 por Lenin, fueron fervientes defensores de la democracia y luchadores de los derechos de los agobiados.
Pero, cuando Lenin defiende la democracia, lo hace en contra de la Monarquía, régimen donde la opresión es más brutal y el atraso económico más severo.
Luchar por derrocar a un Reino, por arcaico y vil, para ser sustituido por una República, con derechos superiores a la declaración de los derechos del Hombre de la Revolución Francesa, era comprensible y loable.
Sin embargo, Lenin planteaba que el paso de la República burguesa a la Socialista deber ser rápido, y que ello implica la destrucción del poder político y económico de la burguesía, como primer acto.
¿Son demócratas los revolucionarios?
La democracia desde sus inicios y más hoy en día, se constituye como el régimen de más efectiva explotación a la clase obrera, irrigando conformidad ante la expoliación.
La democracia es el mejor, más barato y tranquilo vehículo para la explotación masiva de la clase obrera. Y sí, la democracia es más conveniente que el Fascismo, que es un régimen de excepción, costoso y que empuja a las masas a la insurrección.
La democracia (la burguesa, que es la única que conocemos), es la dictadura del capital, con ropaje institucional burgués, donde el poder del capital cobra plena hegemonía.
Por ello, es vital entender que la democracia es el régimen predilecto de la burguesía. En ella, la Dictadura del Proletariado es el traslado vital para impedir la restauración del régimen burgués y su oprobio.
La Dictadura del Proletariado representa las máximas libertades y derechos para el proletariado y el acta de defunción del poder burgués.
La Dictadura del Proletariado es inevitablemente autoritaria y clasista, y debe reprimir a todos aquellos factores que se opongan a la construcción del Estado Obrero.
En voz de Marx, en Crítica al Programa de Gotha, la Dictadura del Proletariado es la etapa de transición entre el modo de producción capitalista y el comunismo, que resulta de la Revolución Socialista, que no es más que la destrucción radical del poder económico y político del empresariado.
*Coordinador de Formación de la Asociación Latinoamericana de Economía Política Marxista (ALEM).
lo largo de más de 150 años, muchas voces – aun hasta hoy y Venezuela no es la excepción–, han enfilado sus baterías contra la Dictadura del Proletariado, por lo que fácilmente cabría preguntarse ¿Qué hay de malo en la Dictadura del Proletariado?
Breve crítica a los orígenes de la Democracia
Los románticos demócratas, de la historia y la política, nos ocultan arteramente que en la bella democracia ateniense (incluso en la Edad de Oro de Pericles) el voto y la intensa discusión política en la Asamblea, se sustentaba en la absoluta exclusión de los espacios de decisión y de derechos políticos básicos a los escla- vos (ilotas), mujeres y extranjeros (metecos).
Es de recordar que más de la mitad de la población eran mujeres y que los esclavos eran al menos dos tercios de la población total y que los extranjeros residentes eran una buena cantidad.
Saber esto es reconocer que la democracia nació como una forma política que encubre a una dictadura esclavista, machista y xenófoba de una clase dominan- te contra otra de oprimidos.
¿A través de la historia la lucha por la democracia ha sido clave? ¿Lo es Hoy?
El cartismo inglés (primer gran movimiento obrero organizado) y el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR), creado en Minsk en 1898 por Lenin, fueron fervientes defensores de la democracia y luchadores de los derechos de los agobiados.
Pero, cuando Lenin defiende la democracia, lo hace en contra de la Monarquía, régimen donde la opresión es más brutal y el atraso económico más severo.
Luchar por derrocar a un Reino, por arcaico y vil, para ser sustituido por una República, con derechos superiores a la declaración de los derechos del Hombre de la Revolución Francesa, era comprensible y loable.
Sin embargo, Lenin planteaba que el paso de la República burguesa a la Socialista deber ser rápido, y que ello implica la destrucción del poder político y económico de la burguesía, como primer acto.
¿Son demócratas los revolucionarios?
La democracia desde sus inicios y más hoy en día, se constituye como el régimen de más efectiva explotación a la clase obrera, irrigando conformidad ante la expoliación.
La democracia es el mejor, más barato y tranquilo vehículo para la explotación masiva de la clase obrera. Y sí, la democracia es más conveniente que el Fascismo, que es un régimen de excepción, costoso y que empuja a las masas a la insurrección.
La democracia (la burguesa, que es la única que conocemos), es la dictadura del capital, con ropaje institucional burgués, donde el poder del capital cobra plena hegemonía.
Por ello, es vital entender que la democracia es el régimen predilecto de la burguesía. En ella, la Dictadura del Proletariado es el traslado vital para impedir la restauración del régimen burgués y su oprobio.
La Dictadura del Proletariado representa las máximas libertades y derechos para el proletariado y el acta de defunción del poder burgués.
La Dictadura del Proletariado es inevitablemente autoritaria y clasista, y debe reprimir a todos aquellos factores que se opongan a la construcción del Estado Obrero.
En voz de Marx, en Crítica al Programa de Gotha, la Dictadura del Proletariado es la etapa de transición entre el modo de producción capitalista y el comunismo, que resulta de la Revolución Socialista, que no es más que la destrucción radical del poder económico y político del empresariado.
*Coordinador de Formación de la Asociación Latinoamericana de Economía Política Marxista (ALEM).