Al cumplir los 70 y
observando a Delio.
Por Narciso Isa Conde
Me siente joven de
“cuerpo y alma”, orgulloso de mi existencia y muy alegre por el porvenir que se
vislumbra a luz de esta nueva primera nacional-popular que brota en pleno
infierno, con la vanguardia joven al frente.
Una hermosa rebeldía, una
linda irreverencia juvenil toma las calles, anunciando la indignación
generalizada de las capas medias maltratas y del pueblo-pueblo empobrecido…
camino a tomar el cielo por asalto.
Pienso en lo que he
sido, en lo mucho que he amado y luchado desde mi niñez y en los lustros que me
quedan por vivir, si no es que antes un azar indeseado interrumpe mis pasos por
la promisoria vía nacional e internacional pendiente de transitar.
Pienso en el buen
ejemplo de mis antepasados, en las enseñanzas de mi padre, de mi madre, de mis
tíos y tías…, que siempre me convoca a aferrarme al decoro y a la honestidad.
Pienso en el devenir
feliz con mi amada familia, en mis futuros quehaceres revolucionarios junto a
mis camaradas y a mi pueblo, en mi indeclinable y sublime militancia por la
emancipación integral de los seres humanos y la Madre Tierra.
Aprecio en grande el
cariño y el respecto ganado por mi persistencia en la ruta de la justicia, la libertad y la solidaridad
humana.
Recuerdo junio del 59,
la juventud intrépida de los 60, 63 Y 64, el glorioso abril del 65, el duro
batallar durante los doce años, el abril cimarrón del 84… prisiones,
persecuciones, exilio, amenazas de muertes. Luchas, muchas luchas…hasta hoy en
día.
Tengo muy presente lo
que puedo seguir aportando desde una valiosa experiencia acumulada,
constantemente renovada; asumiendo sin grilletes dogmáticos un pensamiento
socialista-comunista apropiado para este
siglo XXI, enriquecido a lo largo de las últimas décadas… después de vividas,
sufridas y examinadas las vicisitudes y los alcances limitados y frágiles de
los procesos revolucionarios de orientación socialistas que atropellaron las
portentosas ideas de Carlos Marx, se burocratizaron y colapsaron.
Tengo muy en cuenta,
para reafirmar mis convicciones, la perversa evolución del capitalismo que
denomina al mundo actual y la imperiosa necesidad de abolirlo y sembrar
socialismo.
Aprecio infinitamente
mi capacidad de amar de múltiples maneras y con entera lealtad.
Soy un revolucionario,
a quien como decía Orlando parodiando a Terencio, “nada humano le es ajeno”.
Por el cariño y el amor
que recibo, soy un ser humano feliz y alegre, con una dulce tranquilidad de
conciencia; aunque con permanente inquietudes, preocupaciones y rebeldías.
Ese es mi único
patrimonio trascendente y lucharé hasta que se agoten mis energías por
preservarlo y acrecentarlo.
- Perversidad sobre la perversidad.
Lo digo ahora no por
los 70 próximos a cumplir, todavía en plena facultades humanas, sino por lo
desgarrador que ha sido para mi y para casi toda la sociedad dominicana, ver y
escuchar el triste y despreciable papel del querido comandante Delio Gómez
Ochoa al lado de Leonel Fernández, alabándolo como un dios y satanizando la
verdad y la demanda de justicia en su contra; mientras la juventud y el pueblo
claman condena contra el nuevo dictadorzuelo y el régimen oprobioso que
encabezó.
Creo sinceramente que
en ese caso se ha hecho un uso perverso de sus pérdidas de facultades, aunque
es difícil probar cuanto de invalidez facilitó esa deshonrosa
presentación evidentemente manipulada; colocándole, por demás, en el fondo de
su escenario el emblemático cartel TRIUNFAREMOS de la revolución de abril,
empleado para fines muy nobles por el Partido Comunista Dominicano-PCD a lo
largo de sus luchas.
De todas maneras me
vino a la mente –salvada la diferencia- cuando al Profesor Bosch, esos mismos
personajillos y entre ellos Leonel Fernández le levantaron el brazo junto al de
Balaguer, con el asesino general Pérez y
Pérez y otros personeros del crimen detrás, ya el Profesor en el ocaso de su
salud física-mental.
En aquel nefasto paso
dado por el PLD, en abierto contubernio con la escoria balaguerista, hubo
bastante de maquinación perversa de quienes ya habían traicionado los ideales
de su maestro; aun disfrutando de su juventud o de su primera madurez, lo que
es mucho más deleznable.
Y en el indignante
teatro montado por Leonel y una pandillita de renegados y traidores a los ideales
revolucionarios, posiblemente hubo mucho más que eso para ensuciar al
envejecido comandante Gómez Ochoa, sin lograr salvar al Ladronelazo de la
condena mayor.
¡Cuanta pena y
vergüenza ajena da ver terminar una larga trayectoria de dignidad de esa fea
manera!
Guardando distancia,
proyecté esa posibilidad al futuro de los luchadores y luchadoras de nuestra
generación hasta ahora inclaudicables y pensé que debemos “vacunarnos” a tiempo
contra ese cuadro desmoralizante, proponiéndome ayudar al máximo para que el
reino de la perversidad que lo alimenta concluya antes de que se quemen
nuestras neuronas; y, en su defecto, comprometiéndonos,
con nuestros seres queridos como garantes, a retirarnos de la
vida pública antes de que puedan suceder cosas parecidas, propias del
envejecimiento severo.
Incluso es preferible
rogarle a la madre naturaleza que nuestros corazones dejen de latir antes de
que tan vergonzosa posibilidad pueda tener lugar o espacio. Aspiremos y
propongámonos ser inclaudicables más allá de la muerte física. Cerrémosle la
más mínima brecha a la traición y a la renegación, incluso involuntarias o
inconcientes, como han hecho muchos/as grandes combatiente por la liberación de
la humanidad a lo largo de la historia.
Las nuevas y futuras
generaciones nos lo agradecerán.
20-11-2012, Santo Domingo, RD..