El pacto de Bogotá que hoy el gobierno colombiano denuncia y rechaza, fue el pacto de sangre anticomunista hecho hace 64 años entre el Imperialismo norteamericano y la oligarquía colombiana, para asesinar al gran dirigente popular Jorge Eliecer Gaitán, e instaurar con apariencias de legalidad, la sanguinaria y reaccionaria dictadura bipartidista de Colombia.
Bogota 1948 |
El 7 de febrero de 1948, J. E. Gaitán encabezó una manifestación de
más de cien mil personas en Bogotá, llamada la “Marcha del Silencio”, para
protestar por la ola de violencia oficial iniciada desde la presidencia de la
república por el conservador Ospina Pérez, contra los sectores populares y
gaitanistas de ambos partidos tradicionales: “El hambre no es Liberal ni
Conservadora”, había dicho a sus seguidores mucho antes. Ese día, Gaitán
pronunció su conmovedora oración por la Paz, la que todavía debe resonar en los
oídos de los oligarcas que urdieron su sacrificio inútil.
Jorge Eliecer Gaitán |
“... Señor Presidente: Os
pedimos cosa sencilla para la cual están de más los discursos. Os pedimos que
cese la persecución de las autoridades y así os lo pide esta inmensa
muchedumbre. Os pedimos pequeña y grande cosa: que las luchas políticas se
desarrollen por cauces de constitucionalidad. Os pedimos que no creáis que
nuestra tranquilidad, esta impresionante tranquilidad es cobardía. Nosotros,
señor Presidente, no somos cobardes: somos descendientes de los bravos que
aniquilaron las tiranías en este suelo sagrado. Pero somos capaces, señor
Presidente, de sacrificar nuestras vidas para salvar la tranquilidad y la paz y
la libertad de Colombia....”.
Ocho días después, esta vez en Manizales, Gaitán pronunció la “Oración
por los Humildes” como homenaje a 20 liberales masacrados en ese departamento
por los paramilitares oficiales se esa época llamados “Chulavitas” y, un mes
después, pidió el retiro de los Liberales del gobierno bipartidista y
dictatorial de Ospina Pérez; la respuesta presidencial no se hizo esperar y el
jefe Falangista colombiano Laureano Gómez, es nombrado ministro de relaciones
exteriores o Canciller del régimen.
El 30 de marzo, se inaugura en Bogotá la IX Conferencia Panamericana
de 1948, organizada por el gobierno de los EEUU con el principal objetivo de
convencer a los países latinoamericanos participantes, de realizar un acuerdo
para declarar el Comunismo como una actividad criminal e ilegal, crear la OEA
como su ministerio de Colonias con todo el andamiaje jurídico correspondiente, como
la Carta de la Organización de los Estados Americanos, el Tratado Americano de
Soluciones Pacíficas y la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre. La conferencia fue presidida por el Canciller colombiano Laureano Gómez
quien vetó a Gaitán y solo invitó a los dirigentes tradicionales del
liberalismo y colaboradores del gobierno; entonces la delegación colombiana fue
dirigida por el Liberal Carlos Lozano y Lozano.
Los acontecimientos posteriores de crimen de Estado y asesinato de
Gaitán, como mecanismo de manipulación y presión por parte del Imperialismo
para que las conclusiones jurídicas y tratados fueran aprobados por todos los
países asistentes a esta conferencia, son bien conocidos por la historia como
el “Bogotazo del 9 de abril de 1948”. Inicio del actual conflicto social y
armado de Colombia, que hoy 64 años después, se intenta finalizar en las
actuales conversaciones de la Habana.
La paradoja es que, 64 años después de que la oligarquía lacaya
cumpliendo ordenes imperiales, hubiera asesinado inútilmente al gran dirigente
popular Jorge Eliecer Gaitán, para hacer aprobar el Tratado Americano de
Soluciones Pacificas y la carta de la OEA; esté denunciando y solicitando su
retiro de ellos, como respuesta al reciente fallo colombo nicaragüense de la
Corte Internacional de Haya.
Como debe de estar en
atormentando a los “vendepatria” en estos momentos, el fantasma erguido de
Gaitán y su grito agudo y certero: Aquellos gobernantes quienes “tienen la
metralla homicida para los hijos de la patria y la temblorosa rodilla en tierra
ante el oro yanqui”.