ANNCOL debate agrario. Como un servicio informativo a nuestros lectores y para que marquen la
diferencia con las propuestas de desarrollo rural planteadas por la insurgencia
de las Farc a la mesa de la Habana, presentamos el articulo de uno de los más
autorizados representantes del Neo-liberalismo en Colombia y quien en 1990
junto con Cesar Gaviria, nos dieron la “Bienvenida al futuro” . !Comparen!
La paz y la agricultura comercial
Por: Rudolf Hommes (El Tiempo 01.11. 2012
En plena explotación, esta tierra
adicional podría generar un valor agregado anual superior a catorce billones de
pesos.
Cuando llevaron al Conpes el documento sobre el desarrollo de la
altillanura dicen que Santos se entusiasmó porque pensó que a los negociadores
de las Farc les iban a llamar la atención el potencial de generación de
ingreso, de empleo, y el porvenir que esa posibilidad le brinda al país.
No se imaginó que sus intereses como promotores de cultivos ilícitos o
agentes de gobiernos extranjeros los llevarían a oponerse a ella. El discurso
de 'Iván Márquez' paró en seco los proyectos de inversión de empresarios
nacionales y extranjeros en la Orinoquia, lo que no había logrado ni la Corte
Constitucional, con el anuncio que hizo de que va a limitar el área que puede poseer
o explotar un solo agente privado en el sector rural, ni las iniciativas que
cursan en el Congreso con las que se intenta prohibir que los extranjeros
compren tierra en nuestro país.
Los promotores de estas absurdas iniciativas y los actores del alto
Gobierno que se niegan a acelerar el desarrollo de la infraestructura para los
Llanos Orientales por razones fiscales o financieras no tienen conciencia del
mal que le están haciendo al país.
El desarrollo previsto de la altillanura le añadiría a Colombia más de
tres millones de hectáreas de tierra cultivable, donde se pueden producir, con
mayor productividad y a menores precios que en el área actualmente disponible,
productos alimenticios que hoy importamos.
En plena explotación, esta tierra adicional podría generar un valor
agregado anual superior a catorce billones de pesos (US$ 7.780 millones). El
PIB agropecuario anual sería por lo menos 50 por ciento superior al actual.
Esto equivale a un incremento permanente del PIB entre 3 y 4 puntos del total actual.
Los expertos del Gobierno estiman que un cambio de esas magnitudes generaría
2,23 millones de empleos en el sector agropecuario solamente (un aumento mayor
que el 50 por ciento del empleo rural) y 3,1 millones de empleos en toda la
economía.
En un plazo de 10 años o antes se podría alcanzar pleno empleo, se
dejaría de depender de importaciones para la seguridad alimentaria, se podría
erradicar el hambre y se crearía un superávit comercial muy importante. El país
contaría con una zona de desfogue y absorción de mano de obra que podría
poblarse rápidamente y llegar a una población total de varios millones de
habitantes entre Puerto Gaitán y el Orinoco.
Ninguna de las locomotoras concebidas por esta administración o los
planes de desarrollo de gobiernos anteriores han tenido ese alcance. Se trata
de un tren bala para el desarrollo con considerables efectos positivos sobre el
bienestar y la soberanía nacional.
Obstaculizar con criterios sin fundamento esta posibilidad, que para
comenzar a hacerse realidad solamente requiere que se inicie la carretera de
Puerto Gaitán hacia el Orinoco y que se abandone la miopía fiscal, o hacer
depender el desarrollo de esta región de lo que puedan hacer adjudicatarios
campesinos en parcelas pequeñas o medianas es una grave equivocación. Esta
tierra exige enormes inversiones por hectárea para hacerla productiva, y
solamente los grandes cultivos de empresas nacionales y extranjeras o las
asociaciones entre propietarios tienen acceso a los recursos que se necesitan
para desarrollarla.
Lo que deberíamos estar haciendo es poner en marcha este año esta
posibilidad de dar un enorme salto adelante y brindarles a los campesinos y
pequeños propietarios que se beneficien de la repartición de las tierras
baldías que posee el Gobierno estructuras intervenidas y reglamentadas por el
Estado para que se asocien con los grandes productores, construyan
conjuntamente una clase media rural y prosperidad equilibrada y equitativa al
oriente de Villavicencio.