Pastrana
quiere el fracaso de la paz.
Horacio
Duque.
Andrés Pastrana, expresidente de Colombia, ha hecho
una serie de afirmaciones completamente desfasadas, sobre el proceso de La
Habana, que se desarrolla en la actualidad, para restarle fuerza política al
mismo e intrigar contra la resistencia campesina que presenta una clara
cohesión orgánica e ideológica en su desempeño deliberativo como una de las
partes de la Mesa de conversaciones que funciona desde su instalación en Oslo.
El
país conoció su incapacidad para resolver el grave problema de la violencia que
azota a la sociedad. Durante su gobierno, entre 1998-2002, mostró su
mediocridad, al dar al traste con el proceso de diálogo que se inició con la
insurgencia guerrillera, en San Vicente del Caguan. Fueron 4 años de dilaciones
y trampas para impedir soluciones puntuales a los problemas del conflicto
planteados oportunamente.
Fueron
40 largos meses en que su gestión y la de sus más cercanos colaboradores dio
tumbos y destacó por la incoherencia e incompetencia para solucionar los más
difíciles problemas de la guerra y el conflicto social.
El
resultado neto de su administración bien puede remitirse a la más descomunal
militarización del Estado mediante el Plan Colombia, financiado con recursos
bélicos del presupuesto norteamericano, dando mayor margen de injerencia a la
potencia imperialista en nuestros asuntos internos.
Todos
los análisis sobre su gobierno coinciden en señalar la baja calidad de su
administración y los pobres resultados en todos los campos de la estructura
social. En la historia de Colombia es uno de los periodos más estériles y
regresivos, incluyendo, obviamente, el ochenio de la bestia negra, con todas
sus causas perdidas.
Pastrana pretende que se repita su fracaso en el
actual proceso de conversaciones. Afortunadamente su audiencia es mínima y el
país sabe en que dirección marcha este desprestigiado politiquero conservador.