Ante las
agresiones al medio ambiente causadas por las multinacionales, la llamada
opinión pública está cada vez más alerta. En Colombia se ha mostrado
particularmente ofendida por el derrame deliberado de carbón en el Caribe, a
fines de enero, según se supo el 31, cuando Israel atacaba a Siria. Pero los
motivos de indignación son múltiples, pues los depredadores extranjeros se
expanden por todo el territorio y destruyen toda clase de ecosistemas.
Por Darío Botero Pérez
"Concepción capitalista" |
Estos escándalos, y otros peores que se mantiene
ocultos o con bajo perfil, afectan la credibilidad en los grandes depredadores
empeñados en adelantar sus mega obras y su mega minería por todo el Mundo y de
forma simultánea.
Un caso dramático y lamentable es la creación, en
2010, antes de que el dictador terminase su segundo período, de la Gran
Colombia Gold por el furibismo, aliado con -o al servicio de- grandes mineras
canadienses. El negociado se hizo mediante el despojo de los dueños legítimos
de los yacimientos y terrenos. Éstos fueron secularmente explotados por la
inglesa Frontino Gold Mine, que les pagó a sus trabajadores sus prestaciones
escriturándoles las minas y sus activos en la década de los 80s, cuando la
rentabilidad del oro decayó.
Ahora, a sus legítimos dueños se los ha robado el
furibismo, presidido por la cacica parapolítica que tiene fascinado al gurú,
quien la sedujo nombrándola ministra de relaciones exteriores (o algo similar),
aunque pronto se vio obligado a destituirla debido a los escándalos familiares
por sus nexos con parapolíticos. Se trata de María Consuelo Araújo, hermana del
senador Álvaro y homónima de su famosa tía, cofundadora del “Festival
Vallenato” y muerta cuando estaba secuestrada.
Todos estos criminales que conforman el 1% de la
Humanidad, ya sea como potentados o como sus siervos, cínicamente presentan sus
crímenes imperdonables contra la biosfera y sus contenidos, vivos o inertes,
como progreso, desarrollo y, sobre todo, como “crecimiento”.
Sin duda, son evidentemente suicidas e
insostenibles sus exabruptos neoliberales y antieconómicos, con los que nos
quieren seducir para mantener su estúpido crecimiento, exigido por la
“revalorización del capital”y promovido por el consumismo.
De esta manera convierten el Mundo en un basurero a
un ritmo realmente infernal, impuesto por los demonios comprometidos con las
fuerzas del caos y la muerte. Son sujetos tan ruines que consideran que las
máximas conquistas y aspiraciones de un ser humano inteligente y lúcido son
dinero y poder.
En consecuencia, las multinacionales criminales,
controladas por el sionismo, corren el riesgo de que las personas sensatas
conformadas por las mayorías, se opongan a tanta vileza suicida.
Es obvio que si no renunciamos a sus miserables
visiones de progreso, pronto el grado de destrucción impedirá, en términos
humanos, la recuperación de lo destrozado.
Pero como entre los gobiernos lacayos, existentes
en todo el Mundo, no hay quien se les oponga, así algunos populistas se
disfracen de enemigos del Neoliberalismo; las agencias ambientales,
subordinadas a las transnacionales, toman sus decisiones consultando los
intereses de los potentados e independientemente de las autoridades
“legítimas”nacionales, pues ni al presidente le hacen caso.
Así ha ocurrido con ANLA (Asociación Nacional de
Licencias Ambientales, como pusieron la de Colombia). Sus directivos han
anunciado que, temporalmente-obviamente, mientras se calma la opinión, o varía
su atención escandalizada por otras barbaridades- les suspenden su permiso a la
Drummond y sus socios depredadores para aumentar la explotación del carbón que
les roban a los colombianos mientras destruyen ecosistemas invaluables, aliados
con los politiqueros ladrones que ya no soportamos. (Después de hecho el primer
envío de este texto, la directora de ANLA aclaró que la licencia suspendida era
la que los autorizaba a transportar carbón. Lo anoto para quien quiera
precisar, aunque en nada cambia el drama ambiental, que es un problema mundial
causado por la ofensiva del sionismo banquero-petrolero dueño de las
multinacionales depredadoras que lo llevan a cabo).
La estafa demagógica que espera el adormecimiento
de la opinión, consiste en solicitarles a los saqueadores extranjeros que
cocinen algún “estudio de impacto ambiental” apto para engañar a esa opinión;
pero, sobre todo, útil para que los vendepatria dispongan de excusas para sus
crímenes, cuando los ciudadanos los llamen a rendir cuentas.
Es la misma estrategia tomada por los felones
funcionarios con la mina de Cerromatoso, que debería revertir al Estado tras la
caducidad de la concesión, pero que esos funcionarillos mediocres y
vendepatrias piensan premiar con la prolongación legal de sus saqueos de
ferroníquel y otros valiosos minerales.
A los vendepatrias los seducen las relaciones que
obtendrán y las comisiones que se ganarán por su traición; pero los tienen sin
cuidado los beneficios fiscales que perderá la nación; o el desastre ambiental
causado por las agresiones a la biosfera, y que agobia a la población raizal
con hambre, enfermedades, miseria, abandono…
Por fortuna, la población honesta cada vez está más
avisada, empoderada y convencida de que“sus” gobernantes, tanto como los
funcionarios que éstos nombran a dedo, son enemigos comunes aliados de los
potentados dueños del Mundo, e incapaces absolutamente de oponérseles, así la
nación entera lo exija.
Claro que, retornando a los desastres ambientales
deliberados causados por las multinacionales depredadoras y genocidas, que
acuden a la astucia Al Goreana para mantener ocultas sus agresiones e impedir
que se las relacione con las catástrofes recurrentes y cada vez peores, la
culpa es del cambio climático y éste, de los gases con efecto invernadero que
son tan abundantes en la Naturaleza pero que quieren asignarle,
fundamentalmente, a la actividad humana y a la digestión de los rumiantes,
según las versiones de los depredadores del agro negocio y de la gran minería.
No obstante, por encima de cualquier mixtificación
de la realidad alimentada por los medios de desinformación y alienación al
servicio de los potentados, son éstos los personajes macabros que, junto a las
aguas y el aire, envenenan los suelos y destruyen la diversidad genética, que
son las verdaderas riquezas que nos ofrece la Naturaleza y que las comunidades
primitivas han sabido conservar con auténtica sabiduría.
En contraste, la aplicación de las técnicas
capitalistas copiadas de la producción industrial, acaban con todo de manera
acelerada, exigiendo una ampliación constante de la frontera agrícola, de modo
que las selvas, los bosques naturales, los páramos y hasta los polos, se ven
atacados, acotados y pronto pierden su identidad, mientras sus habitantes y las
numerosas especies vivas propias del ecosistema agredido, desaparecen, ya sea
por emigración o por simple extinción.
La traición a los derechos de la Vida y la
Naturaleza es lo que se ve de manera muy clara en la España de estos días.
No deja de causar escozor ni de escandalizar a los
defensores de la Vida y del derecho de cada uno a disfrutarla, sin impedir y,
más bien, propiciando que los demás también lo hagan, el caso aberrante de
violación de los derechos humanos que constituye el robo continuado de niños
por falangistas católicos.
Pero sus rezanderos (o piadosos) e hipócritas
protagonistas, amparados en una moral perversa que ellos consideran su
obligación con dios, no consideran ni admiten que sus actos son crímenes
auténticos y no obras de caridad.
Al fin y al cabo, la ética los tiene sin cuidado,
como a cualquier fundamentalista de cualquier ideología, que sólo se guía por
lo que le inducen, indican y ordenan quienes le lavan el cerebro para
fanatizarlo y enfrentarlo a los demás, negándoles sus derechos porque no
comparten la ideología de quien se siente autorizado para sancionarlos,
despreciarlos y hasta matarlos, por herejes o por pecadores o por dignos e
independientes y respetuosos de los fueros de todos, no sólo de los creyentes,
así sean ateos y su fe la depositen en personas que los subyugan, o en sí
mismos o en la Naturaleza, en fin, en lo que quieran, siempre y cuando su
particular creencia no afecte a otros.
En este marco de decadencia de los fariseos que
tanto despreció y combatió Jesús, actúa un gobierno vendepatria, presidido por
el Partido Popular, que sucedió a otro de igual naturaleza (Partido Socialista
Obrero Español), aunque de supuesta postura ideológica opuesta, con el cual
pactó aceleradamente la reforma a la Constitución cuando Angela Merkel se los
exigió.
La canallada, que ya le habían impuesto a Colombia
y, seguramente, a muchas otras neoliberocolonias, obliga a los vendepatrias a
que le den prioridad presupuestal al pago de la deuda con los extranjeros, así
fuese privada y no pública y legítima, a costa de los recortes en las garantías
ciudadanas y garantizando la impunidad de los ladrones de cuello blanco.
En consecuencia, el régimen -presidido por el
fratricida, elefanticida e infiel borbón, su majestad Juan Carlos, y rodeado de
escándalos que los desautorizan abiertamente a todos ellos para seguir abusando
del pueblo a título de gobernarlo- ha resultado siendo tan corrupto como el de
cualquier país, de cualquier partido y de cualquier ideología autoritaria,
piramidal o jerárquica, durante la agonía de la Historia.
Están todos igualmente comprometidos con el
sionismo internacional que –en lo que considera su misión divina y abusando de
su monopolio monetario mundial, en todos los países presididos por gobiernos
lacayos, y en muchos otros que aparentan ser soberanos-, está dedicado a
deteriorar las condiciones de vida de la población, recortándole sus conquistas
sociales y económicas mientras premia, protege y les garantiza impunidad a los
enemigos comunes, que hay que desempoderar y castigar ejemplarmente, lo más
pronto posible, siguiendo el ejemplo de Islandia.
Dichos enemigos están conformados por banqueros
ladrones controlados por los Rothschild-auténticos dueños del Mundo, pues han
acaparado la mayor parte de la riqueza producida por la especie humana-, tanto
como por sus cómplices, a saber, aristócratas, economistas, políticos y demás
canallas aliados o arrodillados a los potentados causantes de la crisis.
Todos son siervos incondicionales de los amos
universales; y no tienen manera de negarlo, pues sus hechos y decisiones los
denuncian palpablemente, así pretendan hipnotizarnos con palabras que hasta insultantes
e irreverentes suenan. Parece que nos consideran tan estúpidos, ambiciosos,
miserables, mezquinos, arrogantes, ignorantes, violentos y elementales como
ellos.
En estas circunstancias, la única garantía para
conservar nuestros recursos, nuestra identidad y nuestras vidas, es que
asumamos la democracia directa que se impone en el Mundo entero y que a cada
pueblo le corresponde definir e implementar de manera propia y auténtica, ajena
a imposiciones extranjeras, consultando su idiosincrasia y sus valores
ancestrales (algo de lo que carecen los usanos inmigrantes cuando se integran a
la gran nación sin tradición, renunciando a sus orígenes para satisfacer el
falaz “sueño americano”, cada vez más convertido en pesadilla).
O sea, la urgencia de hacer una revolución
auténtica es reconocida y sentida por los mejores seres humanos, que han
entendido que cada uno debe representarse a sí mismo.
Para hacerlo, todos disponemos de los medios
idóneos, adecuados y al alcance, gracias a las tecnología de las
telecomunicaciones y la informática, que a todos nos pertenecen pero que los
potentados insisten en quitarnos o en deformarlas.
Se las apropian mediante la despojadora “propiedad
intelectual”. Ésta es una noción jurídica habilidosa, con la que los potentados
pretenden robarles legítimamente a los autores sus creaciones, impidiendo que
las mayorías las disfruten amplia y gratuitamente después de que los verdaderos
dueños -que no pueden ser más que sus autores, a pesar de los abusos de los
potentados que los expropian, aliados con los políticos corruptos- hayan
obtenido el lucro verdaderamente legítimo que les corresponde por su aporte a
la sociedad humana.
Entonces, una vez sus autores hayan sido
adecuadamente recompensados, sus creaciones se convierten en un patrimonio
común del que ningún particular se puede apropiar en una sociedad plana, justa,
armoniosa, realmente civilizada y capaz de forjar un futuro luminoso para
todos.
Por fortuna, la gran esperanza para los mansos de
corazón es que poseerán la Tierra, según anunció Jesús confiado en el poder
revolucionario de sus verdaderas, simples, claras y subversivas enseñanzas.
Cada vez más personas se las apropian,
independientemente de su creencias religiosas o sus prejuicios ideológicos,
pues entienden ese poder revolucionario, auténtico y universal de las
enseñanzas del maestro por excelencia de occidente; a quien, por cierto,
replicaron otros maestros, igualmente sabios, generoso y lúcidos, en otras
latitudes.
En consecuencia, cada vez es más claro que los
predicadores profesionales ocultan y tergiversan las enseñanzas libertarias de
los grandes maestros. Los cristianos lo hacen confundiendo la difusión del
mensaje de Jesús con una mezcolanza perversa de citas bíblicas deshilvanadas,
gritadas con vehemencia loca.
En cambio, a diferencia de los sicópatas
inescrupulosos que nos engañan, oprimen y condenan, los seres evolucionados
interpretan correctamente el mensaje libertario. Entienden que sus principios
humanos son aptos para trazar el futuro amable que nos merecemos todos por el
simple hecho de haber nacido y cobrado existencia.
Y las mayorías son evolucionadas, tanto como
capaces de hacer la revolución que la realidad nos exige si nos negamos a la
extinción y repudiamos a quienes la patrocinan histéricamente.
Las multitudes conscientes son las únicas idóneas
(exceptuando a los extraterrestres buenos y a los ambiguos Anticristos) para
auto asegurarse un futuro digno, a pesar del desprecio con que las miran sus
engañadores, así se trate de economistas sofistas, vulgares y mediocres.
Estos presuntos sabios son incapaces de elaborar
interpretaciones de la realidad que superen las recetas neoliberales.
Mucho menos están en condiciones de teorizar el fin
de la escasez como signo inequívoco de evolución de la especie, tanto como
fruto del extraordinario desarrollo de las fuerzas productivas.
Más bien, para conservar sus privilegios infundados
y ya insostenibles, los potentados sicópatas -justificados por las teorías
delirantes, ruinosas, antieconómicas y absurdas de sus áulicos Ph.Ds- se
esfuerzan por impedir que las mayorías disfruten sus conquistas y se gocen racionalmente
la abundancia.
No obstante, esta realidad del desarrollo real le
ha permitido a la Humanidad, potencialmente mientras las mayorías no lo
consoliden socialmente, superar el problema económico por excelencia, que no es
otro que la escasez de bienes que se disputan los consumidores. Conviene
repetirlo y enfatizarlo para evitar tergiversaciones y sandeces teóricas
propias de economistas neoliberales y vulgares, dedicados a confundir y
adocenar a las masas ingenuas.
Tampoco hay esperanzas de redención para las
mayorías con los politiqueros inescrupulosos y farsantes, hábiles para
imponerles a los pueblos esas recetas que los arruinan pero que a los traidores
les permiten adquirir alguna fortuna o hasta tanta popularidad como la obtenida
a nivel mundial, en pocos días, por el falaz Mariano Rajoy, en España.
El sibilino personaje ibérico que ejerce como
primer ministro, es un mero cipayo ladrón, como sus copartidarios o la inmensa
mayoría de políticos, de todos los partidos y todas las ideologías, en todos
los países.
La razón es que Rajoy (o el converso Juan Manuel
Santos en Colombia; o el farsante Ollanta Humala en el Perú; o el resto de
cipayos regados por el Mundo; tanto como el nostálgico ex dictador Uribe y,
prácticamente, todos los gobernantes de este período caduco, cuando estamos
presenciando la muerte de la Historia o la del Planeta, según lo que decidamos)
es una réplica de títere ubicuo, charlatán, mediocre, ambicioso, corrupto…
sirviente incondicional del 1% enemigo del 99% restante. También es incapaz, como
todos ellos, de reconocer sus crímenes, que lleva tantos años escondiendo junto
a sus arrogantes y despreciables copartidarios politiqueros, clientelistas (o
clientelares) y corruptos.
En fin, la decadencia de las instituciones
liberales es patética e innegable en todo el Mundo; proviene de su carácter
artificial, que no deja de ser ingenioso pero que ya no tiene ninguna
justificación cuando los humanos hemos conquistado el Ágora Virtual Global.
Mediante la apropiación de ésta por los ciudadanos
comunes y corrientes, los intermediarios sobran y no dejan de ser unos
impostores patéticos e ineptos, incapaces de representar y defender intereses
que no sean los suyos propios, pues, con sinceridad, son los únicos que cada
uno puede entender y expresar con precisión, ya sea en beneficio personal o de
todos.
El reto es claro, y la capacidad creativa de las
multitudes, conscientes y bien informadas, ha de hallar las soluciones a los
desastres que nos ha dejado el consumismo, que no cejan y que cada vez son peores
y con consecuencias más irreversibles y perversas.
El tiempo se acaba a la vista de todos, pero no
parece que baste admitir que se trata de un designio divino que no podemos
evitar.
Al fin y al cabo, si los sionistas están
convencidos de que esto tiene que ser así, y han logrado convencer de la
inevitabilidad del Fin del Mundo a cristianos y musulmanes, la misma Biblia da
esperanzas a los semitas y hasta a los judíos ajenos a los sionistas de que la
cosa puede ser bien distinta.
A los creyentes fervientes les queda la esperanza
de que la bendición legítima recibida por Esaú haya de dar sus prometidos
frutos, tras la espuria lograda por el tramposo Jacob aliado a su perversa
madre, Rebeca, y cuyo tiempo ha llegado a su fin, para frustración de los
herederos del famoso impostor fundador del sionismo y del judaísmo.
Los mismos judíos ajenos al fanatismo juicio
finalista pueden admitirlo y usarlo para deshacerse de los sumos sacerdotes y
los levitas que los estafan desde las épocas de Moisés y Aarón, tratándolos
como a pecadores sin redención pero obligados a llenar a la Humanidad de
dolores y temores, mientras les garantizan a sus lavadores de cerebros, como
Benjamín Netanyahu y demás extremistas del partido likud, una vida digna y
plena de abundancia…
Para quienes crean otras cosas, los motivos para
evitar el gran cataclismo son más válidos, pues no esperan premios
escatológicos por ser decentes y vivir practicando el amor al prójimo y el
respeto a la Vida y a la Naturaleza, dado que los consideran conquistas básicas
de la civilización humana.
Pero también consideran que eso es para hacerlo
acá, mientras estamos vivos, dado que es como absurdo dejarlo para la “otra
vida”. También sostienen que somos nosotros quienes lo haremos; que no hay
especialistas legítimos a quienes podamos delegarles la tarea, aunque no faltan
los impostores que alegan que ellos son los aptos para redimirnos a todos.
Los enemigos comunes afirman -a pesar de sus
rotundos fracasos para agenciar el verdadero desarrollo en todos los frentes,
tanto como de su evidente carrera destructiva y genocida- que nosotros no
seriamos lo suficientemente inteligentes para organizar nuestra forma de
convivencia armoniosa, abundante, racional, respetuosa, digna, equitativa; ni
de proteger los recursos de la biosfera que los potentados se esmeran en
agotar, contando con la complicidad de los politiqueros.
El dilema es para toda la especie humana, porque
las demás son nuestras víctimas indefensas, a las que podemos proteger o
extinguir.
La solución reside en la conciencia de cada uno; en
su amor propio; en su dignidad personal y su individualidad única, así sea una
víctima de sofistas, estafadores, culebreros y timadores que le roban su
personalidad y lo ponen a luchar contra sus intereses para defender los de los
amos.
¡Mientras haya vida hay esperanzas, a pesar de lo
que afirmen los profetas del desastre, empeñados en desatar la tercera guerra
mundial, pues entienden que es su último recurso para seguir embaucando masas y
viviendo como dioses a costa del bienestar de las mayorías!
ADENDO: SUMISOS ANGELITOS
CRIOLLOS
Darío Botero Pérez
El 5 de febrero informó el vespertino radial La
Luciérnaga -recogiendo una noticia lamentable pero propia del consumismo
neoliberal que está asolando la Tierra- que 120 toneladas de peces han muerto
en la represa de Betania, replicando la tragedia del año pasado. Pero ahora la
cifra puede llegar a las 300 toneladas, según datos más confiables, mientras la
gente del Mundo se muere de hambre y la contaminación de las aguas sigue a alta
velocidad, por todas partes.
Según las ineptas y venales autoridades ambientales,
la mortandad se debería a la enorme cantidad de peces que les ha dado por
cultivar a los productores de proteínas animales. Estos empresarios honestos
prefieren criar sus propios peces en vez de destruir las poblaciones libres de
las que suelen lucrarse los grandes depredadores transnacionales.
En cambio, los saqueadores extranjeros, que nada
producen pero que tanto destruyen, pretenden que las autoridades a su servicio
nos hagan creer que la mortandad se debió a la escasez de oxigeno causada por
la superabundancia de peces y no por la contaminación de las aguas en que se
crían, que es la causa prácticamente obvia para las mentes sensatas y ajenas a
la ridícula codicia neoliberal encubierta con mentiras desorbitadas, reiteradas
y absurdas, propaladas por “especialistas” que nadie se atreve a rebatir.
Desde luego, los potentados productores de agro
tóxicos -que cuentan con la complicidad de tales “autoridades” y nos están
dejando sin biosfera, empezando por el agua potable que sustenta la Vida-, no
reconocen ni reconocerán su crimen. A no ser que les sea imposible negarlo,
como le sucedió a la BP en 2010 en el Golfo de México con su derrame deliberado
de petróleo durante varios meses.
En este caso, su aterrador y prolongado daño al
mar, a sus especies y a los extensos pantanos de Luisiana que albergan toda
clase de seres en crecimiento, lo justificó la petrolera inglesa aduciendo la
rentabilidad del pozo colapsado, lo cual considera el sucio capitalismo más
importante que conservar la Vida.
En consecuencia, las multinacionales que están
destruyendo el Mundo saben que nadie que no sea digno osa oponerse a la
depredación, siempre y cuando se diga que produce dinero, en particular
rentabilidad para los inversores extranjeros.
Pero lo cierto es que, inclusive dentro de sus
ruines criterios, es evidente que los daños colaterales causados por los
modernos depredadores no los cubren con las utilidades adquiridas; ni siquiera
con sus capitales acumulados; entre otras cosas porque el dinero en curso no
vale nada...
Si los politiqueros vendepatrias no les
construyeran la infraestructura requerida para los saqueos y les concediesen
tantas gabelas fiscales; pero, sobre todo, si les cobrasen los daños
irreparables causados al ambiente, ni siquiera les alcanzaría todo su capital
acumulado para reparar los destrozos causados, como quedó absolutamente claro
con la BP.
Hay que repetirlo porque está comprobado, pero se
esmeran en que lo olvidemos a fin de que no comprendamos el aterrador futuro
que nos han trazado y que estamos obligados a cambiar radicalmente, antes de
que nos quede imposible hacerlo.
La amenaza es inmediata; quizás no pase de este año
la solución definitiva, de modo que toca estar alertas y dispuestos para
defendernos a fin de derrotar a los enemigos comunes, evitando su Apocalipsis.
De igual tenor es el ecocidio de la Drummond en el
Caribe colombiano, alimentado con el transporte de carbón que contamina el
ambiente de forma permanente y creciente, además de que destruye las tierras de
los Wayu y pretende hasta privarlos de su río Ranchería; y eso por no mencionar
los daños colaterales a la sagrada Sierra Nevada de Santa Marta o a las zonas
turísticas de la región.
Ahora se sabe que la transnacional que saquea el
carbón del Cerrejón no tiene inconveniente en depositar en el mar miles de
toneladas del contaminante combustible fósil cuando peligran las barcazas que
lo llevan a los grandes barcos que, a su vez, lo distribuyen por el Mundo
causando, también, una contaminación constante y creciente.
A fines de enero tiró al mar cerca de 2.000
toneladas, en un claro delito ambiental que las autoridades desconocían -o ante
los que suelen hacerse las ciegas y desentendidas- pero que anteriormente ha
ocurrido varias veces y en cantidades mayores, pues parte de la función
oficiosa de los corruptos miserables que deberían cuidar nuestros recursos, es
alcahuetearles sus atropellos, de todo orden, a las multinacionales.
Más bien les ofrecen intolerables garantías para
que inviertan en el país, incluyendo exenciones tributarias y abusivas
estabilidades jurídicas, cuando no financiación con los recursos públicos, que
conllevan la renuncia a la soberanía y el despojo definitivo a los nacionales.
Esta traición a la patria se manifiesta claramente
ante la opinión cuando las multinacionales deciden demandar al Estado que les
ha cedido las riquezas comunes, pues los tribunales nacionales suelen renunciar
a su jurisdicción, permitiendo que sean los internacionales, que favorecen a
las multinacionales, los que decidan en estos casos.
Cuando el Estado lacayo es el afectado y sus
autoridades se sienten tentadas a actuar contra sus amos, acosadas por la
población ofendida, las sanciones a las corporaciones extranjeras son
ridículas.
Al efecto, a la Drummond y sus socias, que ni
siquiera pagan los escasos impuestos que les corresponden según la leonina
legislación vigente, sería de $2.940.000.000 (algo así como US$ 1.634.000) la multa
máxima que la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) les podría
aplicar a los ecocidas, luego de que el escándalo fue sacado a la luz por
Caracol. De no haberle dado difusión radial, ninguna sanción recibirían, pues
ningún funcionario se atrevería a imponerla, ni siquiera a sugerirla.
No obstante, dados sus constantes abusos, lo que
corresponde y exige la ciudadanía decente y soberana, es cancelarles su
licencia criminal y las concesiones con que están destruyendo el medio
ambiente. Y no sólo a la Drummond y sus socias…
El fácil recurso de contaminar el mar se debe a que
el monopolio privado considera que no puede darse el lujo de absorber pérdidas
que le corresponde asumir al territorio saqueado, según lo han acordado con las
autoridades venales a cambio de módicas comisioncitas que seducen a los
vendepatrias amorales.
O sea que la multinacional minera, que explota
varios frentes de saqueo a lo largo del territorio nacional, incluyendo la mina
de Cerromatoso, en el departamento de Córdoba, tan rica en hierro, níquel y
otros minerales, no sólo asesina sindicalistas, aliada con el régimen mafioso
neoliberal. Fue algo patético durante la dictadura de Uribe Vélez, pero es
tolerado por todos los gobiernos neoliberales, no sólo por el del gurú.
Afortunadamente, si se compara con el aterrador que
lo precedió, en la actualidad el gobierno está presidido por el astuto, sereno,
reflexivo y casi ecuánime converso, Juan Manuel Santos Calderón.
Pero, contando con el coro de sus funcionarios
corruptos, auténticas hordas de delincuentes, Álvaro Uribe Vélez reclama ser el
padre legítimo de la republiqueta mafioso-neoliberal que nos afecta desde el
gobierno de Misael Pastrana Borrero, y que cada vez avanza más.
El hijo del asesinado mayordomo, rejoneador y
testaferro, Alberto Uribe Sierra, reclama esa paternidad por su papel en el
fortalecimiento de las mafias narcotraficantes paisas, mediante el cual
consolidó nacionalmente el detestable régimen criminal, durante el sonado
escándalo 8.000.
Pero las asociaciones criminales venían bastante
fortalecidas desde que el domador de caballos de Salgar ocupó la jefatura de la
Aeronáutica Civil, durante el gobierno de Julio César Turbay Ayala, lo cual los
furibistas se esmeran en olvidar y ocultar.
En cuanto al sonado caso judicial (el 8.000) -que
desacreditó tanto a su principal protagonista, un oligarca de vieja data y
antecedentes familiares de libertadores criollos (como Santos Calderón,
conviene recordarlo), ahora en trance de reencaucharse frente a los pavorosos y
exorbitantes delitos continuados del furibismo-, se supo que Ernesto Samper
Pizano había sido el presidente elegido gracias a la financiación de su campaña
por el cartel de Cali. Pero no fue el primer presidente cuyos nexos con los
narcotraficantes son de público conocimiento.
Tal es la situación con los casos de Belisario
Betancur, hoy un nonagenario ex presidente que fue financiado por Pablo Emilio
Escobar Gaviria en su campaña de 1982; o el del Pollo Alfonso López Michelsen,
nacido hace 100 años y abiertamente relacionado con mafiosos, incluyendo a su
compadre Manuel Antonio Noriega, de Panamá, quien le dio asilo a su primo
banquero y ladrón, Jaime Michelsen Uribe... Incidentalmente, así estableció un
antecedente que ha replicado Ricardo Martinelli, por petición del gurú mafioso,
con el asilo concedido a su funcionaria delincuente, María del Pilar Hurtado,
ex jefe del macabro DAS.
De todos modos, a Uribe puede reconocérsele, cuando
fue gobernador de Antioquia entre 1995-97, su apoyo al denostado y decaído
Samper, lo cual impidió su destitución.
Como se trataba de un hombre con valores, ese
oportuno apoyo le fue retribuido al cartel de Medellín, aliado en tales
circunstancias al de Cali, con la creación de las CONVIVIR, auténtica Mano
Negra del régimen, como lo ha reconocido el mismo Juan Manuel Santos.
Todos
ellos son casos delictivos auténticos e innegables, pero siguen impunes y la
oligarquía también prefiere olvidarlos. Es al pueblo al que le corresponde
exigir e impartir justicia.
¡Por
fortuna, nos asiste la Verdad que nos hará libres!