lunes, 25 de febrero de 2013

Notas "Voz de Colombia" N° 017





Puntos de vista de un desterrado colombiano
No.017– Febrero 24 de 2013
Por: Valmen – Vozcol
Micronota: 

En las pequeñas, numerosas o grandes batallas libradas, hacia la lucha por la paz en Colombia, constantemente deben estar presentes fragmentos y aplicaciones vitales del “Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”. En uno de esos apartes se puntualiza inequívocamente lo siguiente: “La construcción de la paz es asunto de la sociedad en su conjunto que requiere de la participación de todos (…)”. Esa puntualización tiene que ver, fundamentalmente, con la directa participación del movimiento social y popular en el curso de todo proceso que la comprometa.


En Latinoamérica y el Caribe crece, con distintas velocidades, el batallar de los pueblos…
La realidad sigue y seguirá mostrando como los ya importantes cambios recientemente producidos o que se vienen produciendo en la región, resultado de la creciente capacidad de resistencia, movilización, credibilidad, confiabilidad, combatividad y esperanza de los pueblos, confirma que el diario batallar de millones de mujeres y hombres en todo el planeta, avanza hacia la conquista de un mundo menos violento y mucho más humano.
Las fuerzas de ultraderecha, violentando todos los derechos humanos en uno o en otro país, contra uno o contra otro pueblo, desde hace ya muchos años vienen imponiendo criminales métodos de represión, siguiendo las directrices del más feroz de los imperios conocido por la historia de la humanidad, el imperialismo norteamericano.
El objetivo fundamental, plasmado en los todopoderosos planes criminales, es el de intentar frenar la movilización del movimiento de masas que, en lucha constante a favor de sus más altos y patrióticos intereses, ha tenido que soportar la dureza y brutalidad de masacres, asesinatos selectivos, desapariciones, torturas y otras muchas acciones ultraderechistas muy bien conocidas por la comunidad internacional progresista.
Han sido muchos años durante los cuales trabajadores, campesinos, desempleados, estudiantes, profesionales, luchadores por los derechos humanos, patriotas y demócratas en general, han tenido que soportar el asedio y constante persecución de los sectores más recalcitrantes de la ultraderecha que estigmatizan y hacen parte fundamental de los montajes que se fabrican contra las víctimas de semejantes métodos de persecución y represión.
Así, unos pueblos que han venido siendo víctimas de la mentira, el engaño, el chantaje y la politiquería al servicio de los grandes y todopoderosos monopolios, regionales y mundiales, solo pueden creer en lo que ven, en resultados concretos y en realidades palpables. Lo que por muchos años han escuchado de los promeseros neoliberales, son promesas y más promesas. Lo que por muchos años han escuchado los sectores sociales y de masas, es la constante denuncia sobre multimillonarios hechos de corrupción.
Ni por un instante puede olvidarse que, e l movimiento social y las grandes masas populares en todo el mundo, construyen sus expectativas en su propia fuerza de unidad, de organización y de esperanza. Cuando un pueblo confía en su propia fuerza, en los proyectos de beneficio social en desarrollo, en los caminos de justicia a transitar y en la transparencia de sus liderazgos, las metas a conseguir serán cada vez más elevadas.
Conocedores de los elementos generadores de la poderosa fuerza social y popular de los pueblos, los sectores de la antidemocracia no dudan un instante en lanzar todo su odio, toda su rabia y todos sus ataques contra las expresiones de unidad, de organización, de lucha y de esperanza en el hoy y en el mañana de cada pueblo.
Ya en la región se habla con propiedad y sin temor de socialismo, como se habla de que cada uno de los pueblos alcanzará sus propios objetivos, transitando los caminos de sus propias realidades, de sus propias posibilidades.
Desde luego y hablando de unidad, de organización y de movilización del movimientos social y del movimiento popular, es imperioso referirse y reconocer la necesidad de desarrollar, aún más, estos espacios de duro batallar a nivel continental, lo que permitiría fortalecer la lucha hacia los más importantes objetivos en la región.
Inquietud de Paquito:
¿Será que Santos se quedó bloqueado en materia de iniciativas de paz?