Horacio Duque.
En el departamento de
Arauca, en el nororiente de Colombia, fronterizo con Venezuela, donde viven
cerca de 350 mil habitantes, está en curso un masivo paro cívico y una acción
de desobediencia popular, desde el pasado 23 enero, como expresión de la inconformidad
por el abandono estatal y el atropello de las multinacionales del petróleo que
saquean las riquezas de dicha región, afectando seriamente el medio ambiente y
profundizando la pobreza de los campesinos y grupos sociales más vulnerables.
La Mesa de Organizaciones
Sociales y sus líderes, como el diputado Ferney Tique Vargas, demandan del
gobierno central el cumplimiento de los pactos firmados desde Mayo del 2012,
que cerraron con actas refrendadas, otro levantamiento popular ocurrido en ese
momento.
Las peticiones de la
población están referidas al pago de la deuda social (salud, educación, empleo,
vías, créditos agrarios y servicios públicos) por parte de las multinacionales
petroleras y del Estado, que llevan casi 30 años en el robo de los hidrocarburos
de la región. De igual manera exigen el pago de la deuda ambiental debido a los
daños ocasionados por la extracción del petróleo y sus efectos sobre los
ecosistemas llaneros.
Arauca es un departamento
sumido en el abandono y el saqueo de sus inmensa riqueza.
La clase política
araucana es una de las más corruptas de Colombia. Durante años han despojado
las regalías del Departamento y para sofocar las denuncias y las acciones
penales, ha asesinado y desaparecido centenares de lideres populares y opositores,
para lo cuál han realizado alianzas satánicas con el fin de conformar grupos
paramilitares como el de los "Nevados" de los narcotraficantes
mellizos Munera Mejía, que sembraron de terror y sangre los municipios y campos
llaneros.
Uno de esos gobernantes
es Julio Acosta, de la cuerda del Ministro de Vivienda Germán Vargas Lleras,
que en una época fue maestro de escuela, y después se hizo elegir mediante el
soborno, terror y fraude Gobernador del departamento, donde cometió toda clase
de delitos, como masacres de campesinos e indígenas, que lo llevaron a la
cárcel La Picota de Bogotá, desde donde sigue ejecutando toda suerte de
irregularidades con la complacencia del Inpec y de los funcionarios amigos en
el alto gobierno.
El gobierno del Departamento
sigue en manos de los mismos gamonales inescrupulosos y adictos a la violencia
contra la sociedad civil para hacer prevalecer sus fines personalistas y de
enriquecimiento sin control.
Frente al paro y las
justas demandas sociales de la comunidad araucana el señor Santos ha dicho hoy
que es "respetuoso de la protesta y de los diálogos" y por eso envío
al Esmad de la policía a que reprimiera los manifestantes, e igual le pidió a
la Fiscalia que judicializara a quienes participan de los actos de desobediencia
para encarcelarlos y condenarlos a largas penas de prisión, como ha sido
costumbre en esta región desde que el actual Presidente era Ministro de Defensa
del gobierno de Uribe Velez. Tiene listo, también, el Ejército, para que
aplaste la rebelión social, arguyendo una supuesta infiltración guerrillera.
La desobediencia civil
multitudinaria que se expresa en Arauca, en el sector del complejo petrolero de
Caricari, Banadías, Caño Limón y el oleoducto bicentenario, de los municipio de
Arauquita y Tame (santuario paramilitar santista), es La expresión del sujeto
desobediente que materializa en la actualidad una forma notoria y pujante de la
acción política contenciosa de las masas populares colombianas.
La Mesa de organizaciones
sociales de Arauca es una potente maquina de lucha de la que se dota este
movimiento para poder vencer y construir los espacios democráticos que permitan
conquistar los derechos sociales de las comunidades abandonas y despojadas por
la clase politica corrupta que encabeza el señor Facundo Castillo Cisneros,
actual Gobernador de la región y que en meses pasados fue el responsable del
saqueo de los presupuestos del hospital de San Vicente de Arauca, donde fue
director como cuota del uribismo y el santismo.
Solidaridad con el pueblo
de Arauca y su masiva desobediencia civil que esquiva el conflicto molar con
las Fuerzas Armadas y evita la provocación de Santos, que ha insinuado un paro
armado dizque organizado por las Farc y el ELN, cosa que solo existe en su
imaginación.
La protesta de los
araucanos debe ampliarse, ademas, para ejercer un control eficaz del
Contrato/Plan que se acaba de anunciar por 800 millones de dolares para la
región con el fin de evitar otro capitulo más de robo a los dineros estatales
que engordaran los bolsillos de los politiqueros del oficialismo.
Arauqita, 17 de febrero
de 2013.