Presidente de Cuba, Raúl Castro |
Por Emilio Marin
Raúl
Castro venía siendo desde 2008 el presidente de Cuba. Ahora fue reelecto pero
dijo que tiene casi 82 años de edad y será por última vez. Postula sólo dos
mandatos de cinco años cada uno. Cuba sigue con sus reformas, positivas.
El parlamento cubano hace cosas que suenan
extrañas en el resto del mundo, como trabajar un domingo. El 24 de febrero,
domingo, sesionó la Asamblea Nacional, conformando la VIII Legislatura y por
votación secreta de los 612 diputados, eligió al Consejo de Estado. A la cabeza
de ese órgano del gobierno designó al Primer Secretario del Partido Comunista y
general de Ejército, Raúl Castro. El hermano de Fidel había sido elegido por la
Asamblea Nacional el 24 de febrero de 2008, para un primer mandato. En rigor
venía ocupando ese cargo desde julio de 2006, en forma interina, luego que el
comandante en jefe debiera dar un paso al costado por razones de salud. ¿Por
qué los cubanos empiezan sus legislaturas los 24 de febrero, aún cuando caiga
domingo? Porque son respetuosos de su historia patriótica. Ese día, pero de
1895, su prócer José Martí reemprendía la lucha por la independencia, trunca en
su primer intento de 1868. Martí tampoco vería consumada esa obra porque cayó
muerto en Dos Ríos tres años después.
Fidel, Raúl Castro y la generación victoriosa el 1º
de enero de 1959 -cuando “la tercera fue la vencida”- se consideran en todo
seguidores del Apóstol. Hasta el intento frustrado de copamiento del Cuartel
Moncada, con que el Movimiento 26 de Julio quiso dar un golpe mortal a la
tiranía de Batista en 1953, fue fruto de las ideas de Martí, según el joven
abogado enjuiciado por esa acción guerrillera.
De allí que, una de las tantas formas de homenajear
al prócer sea comenzar las sesiones de la Asamblea Nacional los 24 de febrero
de cada año. Por cierto que no es la única. El 24 de febrero pasado, además de
darse el puntapie inicial del año parlamentario, se inauguró la Feria del Libro
en La Habana, con 5 millones de volúmenes. Y a diferencia de las muestras
similares de otros países, la cubana recorre desde la capital hasta Santiago de
Cuba, donde culminará el 10 de marzo próximo, con paradas intermedias en Pinar
del Río, Sancti Spíritus, Ciego de Avila y Guantánamo.
En eso se nota la impronta de Martí y de Fidel,
quien le dijo a su gente en los primeros años: “no les pido que crean, les pido
que lean”. Y los cubanos leen y mucho, acrecentando su ya elevado nivel
cultural.
Votación
Una de las primeras resoluciones de la Asamblea
Nacional fue votar las autoridades de ese máximo poder estatal. Como titular
fue electo Esteban Lazo Hernández, un dirigente partidario que fue obrero de
ingenio, de origen afrocaribeño o negro, como los cubanos dicen sin pizca de
discriminación. Luego hubo un breve discurso de Fidel Castro, rindiendo tributo
al “revolucionario, antiimperialista y bolivariano, que sembró en nuestros
jóvenes las primeras semillas del deber”. Obviamente se refería al Héroe
Nacional.
A continuación se votó para el Consejo de Estado,
siendo electo Raúl Castro como presidente, lo que no sorprendió a nadie. En los
días previos, recibiendo al premier ruso Medvedev, el mandatario había
declarado que ya casi tenía 82 años y tenía ganas de retirarse. Nacido el 3 de
junio de 1931, tiene ahora 81 años y tendrá 86 al final de su nuevo mandato. Y
entonces sí, fuera de broma, concretará el retiro.
Preparando el relevo
La Asamblea eligió a Miguel Díaz-Canel Bermúdez, de
52 años, como Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y Primer
Vicepresidente del Consejo de Ministros. Ingeniero electrónico y ex ministro de
Educación Superior, la dirección cubana tiene muchas expectativas en
Díaz-Canel, también miembro del Buró Político partidario, pensando en el relevo
generacional.
Y no es que Fidel y Raúl Castro no lo hubieran
intentado, porque no es la primera vez que depositan esperanzas y promueven
dirigentes jóvenes a puestos importantes.
Pero por una u otra razón, varias de esas
promociones no terminaron de la mejor manera. Están los casos del dirigente del
PCC Carlos Aldana, el ex canciller Roberto Robaina, su colega Felipe Pérez
Roque y el ex vicepresidente Carlos Lage, todos ellos jóvenes o relativamente
jóvenes fueron luego apartados bajo diversos cargos. Los dos últimos en 2009.
Y sin embargo la dirigencia sabe que formar y
promover continuadores es la clave de permanencia de una revolución una vez que
se va apagando la vida útil de la generación que produjo semejante cambio
social. Cuadros que tomen la posta es asunto primordial, tanto como que el
programa de gobierno continúe con la línea general favorable de construcción de
la nueva sociedad.
El objetivo de la renovación estuvo muy presente en
las decisiones y votaciones de esta Asamblea Nacional, del lo estuvo en las que
adoptó en abril de 2011 el VI Congreso del Partido Comunista.
Números
Algunos números lo ponen de resalto. El Consejo de
Estado electo el domingo tiene, como el anterior, 31 miembros. De éstos, 14
fueron reelectos, pero 17 son nuevos. Del total, 13 son mujeres, 12 son negros
y mestizos y el promedio de edad es de 57 años. En materia de género, las
mujeres deben festejar que sobre 15 provincias, en 10 son féminas las que
presiden las Asambleas Provinciales del Poder Popular.
A contramano de la propaganda anticubana del
Departamento de Estado norteamericano, de gobiernos que se alinean con
Washington y la prensa que sintoniza esa onda, la realidad indica que todas
esas votaciones cuentan con una masiva participación ciudadana.
El domingo 3 de febrero fueron los comicios para
elegir a los 612 miembros de la Asamblea Nacional y los 1.269 delegados a las
Asambleas Provinciales. El diario Granma informó que de los 8.668.457
inscriptos en Registro de Electores, votaron válidamente 7.418.522, o sea el
94,1 por ciento. Hubo 4,73 por ciento de votos en blanco y 1,2 anulados, dentro
de los cuales cabría distinguir entre errores a la hora de votar como también a
una disidencia que ni siquiera alcanza a una pequeña “masa crítica”.
El sistema cubano surgido de elecciones limpias y
masivas cumple con otro postulado de la Comuna de París, de 1871: “un gobierno
obrero y barato”. Es que la abrumadora mayoría de los miembros de las Asambleas
Provinciales y la Nacional siguen viviendo de sus oficios y profesiones. Esa
baratura se nota también en las campañas: sólo la foto y biografía de cada
candidato, sin gastar las fortunas habituales del capitalismo.
En las presidenciales de EEUU de noviembre pasado
se gastaron 2.600 millones de dólares, que subieron a 6.000 millones contando
las fiestas, la publicidad y otras partidas. Cuba es otro mundo, democrático,
transparente y político.
Duro a la indisciplina
En su discurso de aceptación del cargo, Raúl Castro
insistió en la idea del traspaso del poder a las generaciones más jóvenes con
la imagen de entregar “los machetes mambises a los pinos nuevos”. En cuanto a
los altos cargos del Estado, como el que él ocupa, ratificó su idea de que debe
limitarse a dos mandatos de cinco años y punto. Si esto tiene aprobación legal
y él puede cumplirlo con su finalización en 2018, se habrá puesto en marcha
efectivamente.
Un cambio así no debería llevar tanto a revisar
cómo fue la experiencia en la isla, pues estas cinco primeras décadas de
revolución no pudieron prescindir del timón fidelista; más bien estará hablando
de una nueva situación, de madurez y consolidación del socialismo.
La renovación política se advierte en los datos ya
consignados del Consejo de Estado. También en relación a la Asamblea Nacional:
la edad promedio es de 48 años.
La participación política es decisiva para que el
experimento de un socialismo aggiornado siga profundizándose. Raúl Castro
recordó que en oportunidad del VI Congreso, los Lineamientos Económico-Sociales
habían sido enriquecidos y mejorados en el 65 por ciento de su total, fruto de
las propuestas de la cubanía.
De allí los cambios en el achicamiento de la planta
estatal de empleados y la promoción del cuentapropismo con centenares de
oficios ahora permitidos, en la autorización parcial de compraventa de casas y
autos, y la reforma migratoria. Esta permite a los cubanos desde enero viajar
al extranjero sin presentar el permiso de salida.
Buena marcha
La buena marcha de la economía isleña fue encomiada
por Alicia Bárcena, titular de la Cepal, el 16 de febrero, al realizarse en La
Habana un seminario por el aniversario 50 del Primer Plan de la Economía en
Cuba. Bárcena dijo que los participantes del encuentro lo calificaron de
“magnífico y profundo”, y reiteró su “admiración por el proceso de
actualización” del socialismo caribeño. La Cepal cree que América Latina debe
aprender de esa planificación.
Esto sirve para tener una idea del avance. Sin
embargo el gobierno cubano no se duerme en los laureles. El reelecto
presidente, en su mensaje a la Asamblea Nacional, en rigor a todos los 11,2
millones de cubanos, confesó: “nos proponemos mantener el enfrentamiento a las
indisciplinas e ilegalidades de todo tipo, incluyendo el combate a las
manifestaciones de corrupción que atentan contra las bases mismas de nuestro
sistema social, partiendo de que sin la conformación de un ambiente de orden,
disciplina y exigencia en la sociedad, cualquier resultado será efímero”.