domingo, 24 de marzo de 2013

¿A qué le teme Pastrana?

Clinton y Pastrana: firma del Plan Colombia




Por Alberto Pinzón Sánchez


Ha surgido una nueva división en las alturas de la clase dominante y dirigente de Colombia; Según las declaraciones dadas a RCN  (22.03.2013) por Luis Carlos Villegas, presidente del gremio de los Industriales colombianos  y uno de los representantes del Estado en la Habana, para desarrollar la Agenda pactada con las Farc para finalizar el histórico conflicto social armado de Colombia.

Ya no  están solos los latifundistas tradicionales y ganaderos liderados por el expresidente Uribe Vélez, quienes con la retórica falangista re-que-te-trasnochada del Laureanismo de 1964  sobre la “republíquelas comunistas”, hoy en día continúan oponiéndose visceralmente a ceder cualquier puñado de tierra para sembrar.

Sino que, a raíz del anuncio de JM Santos de revelar los secretos de la comisión  asesora de relaciones exteriores de Colombia, donde sórdidamente se ventiló el asunto del archipiélago de San Andrés, el ex presidente Andrés Pastrana, con el temor de que se publiquen algunos de sus turbios asuntos allí negociados y, recogiendo el descontento de los sectores favorecidos por él con el Plan Colombia, pactado con Bill Clinton en 1997, mucho antes de despejar el Caguán, ahora se ha convertido en otro palo atravesado en la rueda de la mesa  de la Habana, aumentando como es obvio, la incertidumbre sobre el futuro de la paz en Colombia.

Pareciera que el expresidente Pastrana, no solo tiene un miedo cerval a que se le desnude, una vez más, la perfidia que mostró al país, con la trampa política para tomar aire y que tendió en el Caguán, sino que al parecer sus “beneficiados de los dólares del Plan Colombia”,  que son muchos tanto en USA como en el país, y están calculando (antes de tiempo) lo qué sucedería en un país desindustrializado y primarizado como Colombia, con los enormes negocios generados por un ejército  con más de 500.000 hombres en armas, avituallados desde el exterior, y cerca de 3 millones de personas estrechamente vinculadas con ellos, en la eventualidad de que se logre firmar un acuerdo definitivo en la Habana y se pacte finalizar el conflicto interno colombiano.

Es decir, también (antes de tiempo) están diseñando otro de los muchos “post-conflictos” que la clase dominante-dirigente ha soñado para el país, pero esta vez no con la rendición fácil de la Insurgencia, sino en un acuerdo legal internacionalmente reconocido para trasformar la sociedad colombiana, y llevarla a que construya una paz democrática, justa y soberana.
Por las explicaciones de algunos de los “pastranistas favorecidos con el Plan Colombia”, no es difícil dejar de pensar en una situación dominada por las Bacrim o mejor, por los “carteles  narco-paramilitares” de los Urabeños y los Rastrojos, como los define la Corporación Arco Iris, fácilmente asociables a los “Maras del Salvador” que han dominado el Post-conflicto en  ese país, y para los cuales se anuncian en Colombia,  bombardeos indiscriminados en campos y ciudades con Drones israelíes ensamblados en el país, además de un “blindaje” especial para militares (oficiales y soldados) con un Fuero Militar para la impunidad, y, donde desde ya, se construye la matriz mediática de propaganda del futuro, igual a post-conflicto ideal.

Ahora bien, ese post-conflicto en Colombia “necesariamente” tendrá a alguien que lo dirija desde la cúpula del Estado ¿Quién será?  El as de la jugada de J M Santos, ha sido asociar el resultado final de los acuerdos de la Habana con su reeleción presidencial, para ser él quien dirija personalmente ese post-conflicto; pero como la realidad está mostrando que la línea recta solo se da en los planos geométricos, porque la concurrencia, o competencia, está sacando a flote fuerzas sociales lo bastante poderosas como para amenazar seriamente el proyecto reeleccionista de JM Santos.

Este se está viendo en la necesidad de poner en marcha su Plan B ¿En qué consiste? Sencillo.  Conservar el Poder presidencial para su fracción de clase financiera. Cómo Santos está siendo criticado por estas dos fuerzas (arriba anotadas) por adelantar un proceso de paz con las FARC-EP; en lugar de avanzar decididamente en la búsqueda de la paz; todo parece indicar que se dispone a dar marcha atrás, pateando la mesa de juego y sacando como candidato presidencial a un miembro destacado de la fracción de su clase financiera, como el “empollado” Vargas Lleras, enemigo jurado de la Insurgencia y con más fama de “duro” en los cuarteles que su concurrente Uribe Vélez.

Con la finalidad política de que su fracción de clase, los financieros, no sea desalojada del Poder presidencial por los latifundistas y ganaderos y, por los negociantes beneficiados con Plan Colombia, y para que en lugar de paz, se profundice la guerra  contrainsurgente hasta el exterminio  de la guerrilla y la derrota de la movilización popular como lo propone Uribe Vélez y su más reciente auxiliar Pastrana. Para eso están, el ministro de guerra Pinzón, los drones colombo- israelíes, y el Fuero Militar aprobado por Roy Barreras y  la panoplia de guerra tecnológica estadounidense. ¿Para qué más?

Sin embargo, la Historia ha visto gente envanecida como Pinochet o como Videla, más fuertes, poderosos y tal vez más apoyados  que el ministro colombiano de guerra Pinzón (aunque nunca tan brutos) pronosticando futuros y post-conflictos más favorables a sus interese que el colombiano.
 Ante una eventualidad así,  solo queda reforzar aún más la movilización popular, sin miedo y sin pausa, pues terror e inmovilidad es la base de toda esta estrategia oligárquica pero con la diferencia  de que quienes están asustados son ellos,  y sinó ¿por qué se opone el expresidente Pastrana a la divulgación de los secretos de la comisión asesora de relaciones exteriores de Colombia?  

 Fuente foto: página12.com.ar