Clinton y Pastrana: firma del Plan Colombia |
Por Alberto Pinzón Sánchez
Ha surgido una nueva división en las
alturas de la clase dominante y dirigente de Colombia; Según las declaraciones dadas
a RCN (22.03.2013) por Luis Carlos
Villegas, presidente del gremio de los Industriales colombianos y uno de los representantes del Estado en la
Habana, para desarrollar la Agenda pactada con las Farc para finalizar el
histórico conflicto social armado de Colombia.
Ya no
están solos los latifundistas tradicionales y ganaderos liderados por el
expresidente Uribe Vélez, quienes con la retórica falangista
re-que-te-trasnochada del Laureanismo de 1964 sobre la “republíquelas comunistas”, hoy en
día continúan oponiéndose visceralmente a ceder cualquier puñado de tierra para
sembrar.
Sino que, a raíz del anuncio de JM Santos
de revelar los secretos de la comisión asesora de relaciones exteriores de Colombia, donde
sórdidamente se ventiló el asunto del archipiélago de San Andrés, el ex
presidente Andrés Pastrana, con el temor de que se publiquen algunos de sus
turbios asuntos allí negociados y, recogiendo el descontento de los sectores
favorecidos por él con el Plan Colombia, pactado con Bill Clinton en 1997,
mucho antes de despejar el Caguán, ahora se ha convertido en otro palo atravesado
en la rueda de la mesa de la Habana,
aumentando como es obvio, la incertidumbre sobre el futuro de la paz en
Colombia.
Pareciera que el expresidente Pastrana, no
solo tiene un miedo cerval a que se le desnude, una vez más, la perfidia que
mostró al país, con la trampa política para tomar aire y que tendió en el Caguán,
sino que al parecer sus “beneficiados de los dólares del Plan Colombia”, que son muchos tanto en USA como en el país, y
están calculando (antes de tiempo) lo qué sucedería en un país
desindustrializado y primarizado como Colombia, con los enormes negocios generados
por un ejército con más de 500.000
hombres en armas, avituallados desde el exterior, y cerca de 3 millones de
personas estrechamente vinculadas con ellos, en la eventualidad de que se logre
firmar un acuerdo definitivo en la Habana y se pacte finalizar el conflicto
interno colombiano.
Es decir, también (antes de tiempo) están
diseñando otro de los muchos “post-conflictos” que la clase dominante-dirigente
ha soñado para el país, pero esta vez no con la rendición fácil de la
Insurgencia, sino en un acuerdo legal internacionalmente reconocido para
trasformar la sociedad colombiana, y llevarla a que construya una paz
democrática, justa y soberana.
Por las explicaciones de algunos de los
“pastranistas favorecidos con el Plan Colombia”, no es difícil dejar de pensar en
una situación dominada por las Bacrim o mejor, por los “carteles narco-paramilitares” de los Urabeños y los
Rastrojos, como los define la Corporación Arco Iris, fácilmente asociables a
los “Maras del Salvador” que han dominado el Post-conflicto en ese país, y para los cuales se anuncian en
Colombia, bombardeos indiscriminados en
campos y ciudades con Drones israelíes ensamblados en el país, además de un
“blindaje” especial para militares (oficiales y soldados) con un Fuero Militar
para la impunidad, y, donde desde ya, se construye la matriz mediática de
propaganda del futuro, igual a post-conflicto ideal.
Ahora bien, ese post-conflicto en
Colombia “necesariamente” tendrá a alguien que lo dirija desde la cúpula del
Estado ¿Quién será? El as de la jugada
de J M Santos, ha sido asociar el resultado final de los acuerdos de la Habana con
su reeleción presidencial, para ser él quien dirija personalmente ese
post-conflicto; pero como la realidad está mostrando que la línea recta solo se
da en los planos geométricos, porque la concurrencia, o competencia, está
sacando a flote fuerzas sociales lo bastante poderosas como para amenazar
seriamente el proyecto reeleccionista de JM Santos.
Este se está viendo en la necesidad de
poner en marcha su Plan B ¿En qué consiste? Sencillo. Conservar el Poder presidencial para su
fracción de clase financiera. Cómo Santos está siendo criticado por estas dos
fuerzas (arriba anotadas) por adelantar un proceso de paz con las FARC-EP; en
lugar de avanzar decididamente en la búsqueda de la paz; todo parece indicar
que se dispone a dar marcha atrás, pateando la mesa de juego y sacando como candidato
presidencial a un miembro destacado de la fracción de su clase financiera, como
el “empollado” Vargas Lleras, enemigo jurado de la Insurgencia y con más fama
de “duro” en los cuarteles que su concurrente Uribe Vélez.
Con la finalidad política de que su
fracción de clase, los financieros, no sea desalojada del Poder presidencial
por los latifundistas y ganaderos y, por los negociantes beneficiados con Plan Colombia,
y para que en lugar de paz, se profundice la guerra contrainsurgente hasta el exterminio de la guerrilla y la derrota de la movilización
popular como lo propone Uribe Vélez y su más reciente auxiliar Pastrana. Para
eso están, el ministro de guerra Pinzón, los drones colombo- israelíes, y el
Fuero Militar aprobado por Roy Barreras y
la panoplia de guerra tecnológica estadounidense. ¿Para qué más?
Sin embargo, la Historia ha visto gente
envanecida como Pinochet o como Videla, más fuertes, poderosos y tal vez más
apoyados que el ministro colombiano de
guerra Pinzón (aunque nunca tan brutos) pronosticando futuros y post-conflictos
más favorables a sus interese que el colombiano.
Ante una eventualidad así, solo queda reforzar aún más la movilización
popular, sin miedo y sin pausa, pues terror e inmovilidad es la base de toda
esta estrategia oligárquica pero con la diferencia de que quienes están asustados son ellos, y sinó ¿por qué se opone el expresidente
Pastrana a la divulgación de los secretos de la comisión asesora de relaciones
exteriores de Colombia?
Fuente foto: página12.com.ar