sábado, 30 de marzo de 2013

El auténtico problema de la banca.







El Rincón del Bibliotecario.

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En mi opinión, la causa última de todo lo que ha ocurrido está en otro factor al que apenas se hace referencia: el privilegio que tiene la banca privada para crear dinero gracias al llamado sistema de reservas fraccionarias (Vicenç Navarro y yo hemos explicado claramente la naturaleza y las consecuencias de este sistema en nuestro libro Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero. Espasa, Madrid 2012).

La gente normal y corriente suele creer que el dinero lo crea el Estado pero eso no es así. Hoy día, los estados, a través de los Bancos centrales, no crean sino más o menos un 5% del total del dinero que circula en la economía. Prácticamente todo el resto lo crean los bancos. Y lo crean de la nada, cada vez que dan un crédito.

Y puesto que dar créditos a partir de la nada les proporciona beneficio y poder, es lógico que su interés principal y constante sea el de aumentar sin cesar su volumen, haciendo así que crezca indefinidamente la deuda global de las economías.

Ese privilegio, llevado al extremo en los últimos treinta años y ejercido en un contexto de casi total ausencia de supervisión, con plena libertad de movimientos de capital y con inmenso poder político, es lo que ha llevado a la situación en la que nos encontramos.

Es verdad que la creación de dinero por los bancos viene de lejos. Pero se producía en mucha menor medida y sin estar vinculada la difusión de productos financieros tan peligrosos como los actuales derivados financieros. Cuando comenzó a darse, allá por el siglo XVII y hasta mucho después, los bancos reservaban más o menos la mitad de los depósitos y prestaban con el resto, lo que les permitía crear dinero en dos veces más cantidad que sus depósitos. Pero en los últimos años los grandes bancos globales como Goldman Sach, JP Morgan, Citigroup o Bank of America han venido manteniendo un coeficiente de reservas del 0,5%, lo que permite crear 200 veces más dinero del que se tiene en depósito. E incluso alguno de ellos ha mantenido en los años de plena burbuja un coeficiente del 0,001%, lo que quiere decir que creaban 1.000 millones de dólares por cada millón en depósito.

Este sistema de reservas fraccionarias es lo que genera el combustible con el que periódicamente arde el sistema financiero en crisis cíclicas y el que alimenta las burbujas y la destrucción de actividad productiva, el que ha convertido a la economía mundial en un gran casino, donde los productos derivados que crean los bancos a base de deuda tienen ya un valor casi 70 veces mayor que el del PIB mundial. Una barbaridad que amenaza que puede destruir el orden económico y social del planeta.
[...]".
Juan Torres López. Rebelión. 2012-11-30

Revista Cambio Total