Horacio Duque.
Nos vamos a San Vicente
del Caguan, los días 22 y 23 de Marzo, al Tercer Congreso de las Zonas de
Reserva Campesina, el proyecto político y social más avanzada del movimiento
agrario contemporáneo, fortalecido con el proceso de conversaciones de paz que se
adelanta en La Habana.
Tenemos ya constituido el
sujeto social y político agrario de la paz. Su conciencia, su mentalidad y su
organización lo convierten en un núcleo esencial de las luchas por el cambio y
los derechos de casi 13 millones de colombianos que viven en el campo en
condiciones de pobreza y exclusión.
Este movimiento se mueve
alrededor del proyecto de organización de las Zonas de Reserva Campesina que ha
sido el centro de los diálogos sobre el desarrollo rural realizados entre las
Farc/EP y el gobierno en la Mesa de La Habana.
La delegación de la
resistencia campesina revolucionaria en Cuba ha sumado nuevos elementos a esta
forma de organización socioeconomica para incluir aspectos de orden
político, financiero y organizacional.
Se trata de dar forma a
los "territorios campesinos", con autonomía política y territorial, a
la manera como operan los resguardos indigenas y los Consejos Comunitarios de
los afrodescendientes. Por supuesto, con financiación en los tributos que
recauda el aparato estatal central.
Los territorios
campesinos y las ZRC, que deben sumar entre 9 y 10 millones de hectáreas,
tendrán un régimen constitucional y legal que las protegerá del gran
latifundio, del agronegocio, de la minería depredadora y de la manipulación politiquera.
Se trata de formas comunitarias, colectivas y solidarias de producción que
favorecen la seguridad alimentaria de millones de colombianos.
Conocida la iniciativa
guerrillera, las reacciones de los terratenientes y movimientos conservadores
no se ha hecho esperar. Lafaurie, Juan Camilo Restrepo, el incapaz Ministro de
Agricultura, de origen godoalvarista y los generales del Ministerio de Defensa,
incluido su infantil Ministro, salieron a gritar para descalificar y vetar el
proyecto de reforma agraria, recurriendo a adjetivos conocidos para hablar de
repúblicas independientes y espacios de gobierno comunista o terrorista, a la
manera como se hizo en 1964 por los laureanistas, para justificar los ataques
militares contra los combatientes de Marulanda en la etapa fundacional de las
Farc.
Normal la coincidencia de
J.C. Restrepo, Lafaurie y los generales del Mindefensa. Son los enemigos de la
paz que promueve y tolera el señor Santos. Estos burócratas hace rato debieron
salir del gobierno si es que se quiere la paz para Colombia.
Pero ya no asustan. Por
el contrario, el movimiento agrario toma mayores bríos y vamos al Caguan a
consolidar y ampliar esta lucha del campesinado que quiere paz con justicia y
solidaridad social. La paz se conquista con la lucha y la acción de masas.