Martin
Bedrossian / Jueves 14 de marzo de 2013
El nuevo papa con el criminal Videla |
Se
fue un criminal que integró las juventudes hitlerianas, Ratzinger el papa
xenófobo, homofobo y encubridor de pederastas, una ofensa a la figura -al menos
la idealizada por los creyentes- de Jesús, que no pudo tapar los progresivos
escándalos de la mayor organización mafioso-terrorista de todos los tiempos,
filtrados gracias a las nuevas tecnologías de información. La Iglesia Católica
con sus centros de adoctrinamiento y lavaje político de cerebros, vaciador de
contenido, está presente en cada resquicio del planeta. Siguiendo la misma
lógica se nombró a otro criminal, Jorge Mario Bergoglio con su alterego
Francisco I, nombre de origen germánico que pueda acaso entenderse aquí como un
continuismo simbólico con su antecesor, ciertamente aquello que no representa
duda es el conservadurismo nefasto ideológico, puesto que si fuera de otra
manera la llegada a las riendas de la Iglesia, los grupos de poder ocultos,
aunque cada vez menos, detrás del báculo papal, no lo dejarían llegar ni a la
puerta de bronce del palacio pontificio.
El
Bergoglio ya histórico, acusado de promover, ocultar y amparar desapariciones
de personas, secuestros, torturas inclusive de otros curas, de entregar fieles
al terrorismo de estado para su posterior tortura y asesinato, de ser parte del
mecanismo de apropiación de bebés durante la dictadura, de operar como lobbista
político en favor del stablishment y la oligarquía en particular, un ferviente
activista en contra de cualquier tipo de conquista en lo que a derecho humano
se refiere llamese éste, matrimonio igualitario, eutanasia, aborto,
despenalización de tenencia de estupefaciente, o la tan espera separación
estado-iglesia, unión que no está consentida en la Constitución Nacional
Argentina operando de facto, cura máximo desestabilizador trabajando codo a
codo con la gauchocracia cuatroporcuatrera e instigador golpista, ideólogo de
campañas mediáticas en contra de periodos democráticos, su pasado se pierde en
la noche de la historia, amante de las prebendas y privilegios de los que goza la
Iglesia a costa de un estado laico, extorsionador incansable perturbando el
desarrollo y la implementación de políticas de inclusión social, implacable
opositor rabioso de las democracias participativas todo lo dicho parapetado en
una imágen de conciliador y perdonador compulsivo.
El
cura Bergoglio exponente máximo de la ultraderecha asesina vernácula, como
vaticinaban algunos suspicaces analistas, ganó, conocedores de la gran mafia
eclesiástica, quizá la más grande organización delictiva yendo desde convenios
políticos para dar a ciertos giros históricos reaccionarios la investidura
moral para arrullar de esa manera las mentes de los miembros de su grey, esto
último como lo más suave pasando por lavaje de dinero, desvío de fondos,
utilización política de la sinrazón del poder real basado en la virtualidad de
una ficción para influenciar cuando no extorsionar gobiernos progresistas o
inclusive cualquiera que pueda acercarse a estándares medianamente aceptables
de democracia, siempre jugando a puntas diversas con la ambigüedad vacua de la
prosa clerical tan bien usufructuada. Costándole la vida a aquellos que se
opusieron a la desigualdad social, a los que lucharon por los derechos
políticos, muriendo muchos por alzar su voz por los derechos humanos, en ese
labrar intenso de la historia se encuentra como contra-fuerza las elites
mundiales y en su pata fundamental de dominación y adoctrinamiento, la iglesia
católica. Bergoglio es simplemente el que debía ser, el que debía ocupar esa
función del monopolio de la fe.
El
CEO
El
vaticano no se duerme, sabe perfectamente quien es Bergoglio y justamente por
ello es elegido para liderar la corporación eclesiástica. en 2010 en un
reportaje de Vertbitsky para Pagina/12 a Graciela y Rodolfo Yorio hermanos del
cura del tercer mundo Orlando Yorio quien fuera secuestrado por los grupos de
tareas del terrorismo de estado durante la ultima dictadura militar que duró
del 76 al 83, en una entregada del actual papa Francisco I, para que lo
torturen. Por entonces, Francisco I, mantenía contactos estrechos y una
colaboración muy activa con los militares genocidas. Del mismo reportaje se
desprende que compañeros jesuitas de aquel Bergoglio habían elevado al Vaticano
un dossier en el que se plasmaba el comportamiento oscuro del presbítero, con
ello ilusoriamente se sentían seguros -en ese tiempo- que un personaje de esa
calaña jamas ocuparía un rol tan central para la religión católica. Cualquier
mortal con alguna lectura de la realidad comprenderá que una persona con ese
arrojo perverso es codiciada por cualquier organización mafiosa, sea como
elemento ofensivo que opera en la clandestinidad, sea como líder.
Este
cura devenido en sumo pontífice, su afinidad y contacto con los militares
genocidios, el servicio secreto del estado al tiempo que de tanto en tanto
intercedía por alguna víctima secuestrada por la dictadura, generalmente algún
hijo "descarriado" de un poderoso, lo que demuestra su total
conocimiento de lo que en esa época acontecía a la vez que su nivel de contactos
hacia el interior del averno militar, un uso de doble cara que ejecutó con
maestría y que a la luz del resultado del cónclave, se puede afirmar que aun no
ha perdido sus mañas.
Apretador
profesional, hostigador de aquellos que anteponían lo social a sus intereses
inmediatos, sus vínculos con la desaparición forzada de personas se ve
reforzado por testimonios como los de la teóloga Marina Rubino quien denuncia a
Bergoglio por despojar de la protección que pretendía conceder el obispo de
Morón Miguel Raspanti en 1976
a los curas de los pobres Orlando Yorio y Francisco
Jalics, por que consideraba que corrían peligro; al poco tiempo fueron
secuestrados y torturados. Marina Rubino estudió con los curas Yorio y Jalics y
fue coordinadora en el colegio Sagrado Corazón de Castelar, provincia de Buenos
Aires donde estaba la religiosa francesa Leonie Duquet, desaparecida, torturada
en el centro clandestino de detención ESMA y arrojada desde un avión militar al
mar, su cuerpo luego hallado en la costa de Santa Teresita. En aquellos
sombríos momentos con un uso atroz de humor macabro que desgarra cualquier
consciencia, los oficiales torturadores solían llamar "las monjas
voladoras" a las dos religiosas francesas torturadas y tiradas a las aguas
desde las alturas, Leonie Duquet y Alice Domon. Bergoglio solía hacer
insinuaciones y solapadas amenazas a manera de consejos para debilitar a
miembros de movimientos sociales dentro de la Iglesia, desbaratarlos, como
recuerda Rodolfo Yorio algo que sintió como una amenaza “Vos cuidate, porque a
la hermana de Fulano que no tenía nada que ver la secuestraron y la
torturaron”, cabe destacar que esto lo decía Francisco I en plena dictadura
militar, cuando parte de la sociedad desconocía las atrocidades y el carácter
abominable de la eliminación sistemáticas de personas, clandestinidad explotada
por los genocidas de entonces. Los curas secuestrados frecuentemente describían
al actual Francisco I como un personaje "ávido de poder".
El
soplo de Francisco I
El
sacerdote Alejandro Dausa secuestrado a meses del golpe militar en 1976 que
instaura la dictadura, es torturado durante seis meses por la policía de
Córdoba, lo sueltan y logra exiliarse en los EEUU donde se entera por
organismos de derechos humanos que el cura Jalics reside en ese país, tienen
cierto contacto y en cada oportunidad recuerda Dausa: “Como es natural,
conversamos sobre los secuestros respectivos, detalles, características,
antecedentes, señales previas, personas involucradas, etc. En esas
conversaciones nos indicó que los había entregado o denunciado Bergoglio”. En
legajo Nº 6328 de la justicia sobre el cura Jalics reza: "Jalics,
Francisco.- Sacerdote jesuita, fue secuestrado el 23 de mayo de de 1976 en el
Barrio Rivadavia (en el límite con la villa del Bajo Flores). Estuvo prisionero
en E.S.M.A. y posteriormente en una casa de Don Torcuato. Fue liberado el 23 de
octubre de 1976 junto al padre Yorio, sacerdote de la misma Comunidad. Salió
del país.".
La
Iglesia cómplice
Francisco
I, en el año 2006 edita su libro "iglesia y democracia en Argentina"
donde prologó "no debemos tener miedo a los documentos", omitiendo
aspectos claves de un documento que yase en los archivos de la curia donde él
era arzobispo al cual tuvo acceso el periodista Horacio Verbitsky; documentos
con dimensión reveladora sobre la participación central de la iglesia durante
la represión dice en alguno de sus pasajes “de ninguna manera pretendemos
plantear una posición de crítica a la acción de gobierno (militar)” dado que
“un fracaso llevaría, con mucha probabilidad, al marxismo”, por lo cual
“acompañamos al actual proceso de re-organización del país ("proceso de
reorganización nacional": así llamaban los dictadores al terrorismo de
estado)”. En forma explícita menciona la “adhesión y aceptación” episcopal.
Desestabilizador
profesional
Los
meses previos al golpe de estado de 1976, se empezó gestando un lockout
patronal, con la idea efectiva de desestabilizar aun más el gobierno de
Rega-Estela Martinez de Perón, el mismo modus operandi ejecutaron la derecha y
la iglesia cuando el gobierno nacional durante 2008 intentó aplicar según
constaba en su plan de gobierno, la redistribución de la riqueza, atendiendo a
la renta obscena que dejaba sobre todo la explotación sojera y a modo también
de reparación y ligera compensación por el impacto que deja el monocultivo, el
uso de agroquímicos alarmantemente tóxicos y la brutal iniquidad estadística de
un 80% de las tierras más productivas en manos de un 20% concentrado y por
tanto muy rico. Francisco I, en esos días, se alineo automáticamente, como era
de esperar con el sector concentrado del "campo" camuflándose detrás
de un reclamo que lo hacia pasar como de "todo el campo", manipulando
la opinión publica a tal punto que tuvo en vilo al gobierno democrático
kirchnerista, seguido por perros jadeantes que pretendían un golpe, tal vez mas
al estilo de estas épocas, un golpe cívico-eclesiástico- empresarial. Bergoglio
se reunía insistentemente con los representantes de las patronales
latifundistas, históricos golpistas y oligarcas, bajo el nombre de "mesa
de enlace" haciendo Francisco I las veces de "guía", mientras
por ese lockout de los pooles especuladores de siembra entraba en un peligroso
desabastecimiento Argentina. Sus socios o acólitos del campo VIP mientras tanto
tiraban ingentes cantidades de leche al costado de la ruta en una acción
ominosa por el hambre mundial simultáneamente se cortaba el acceso de las
principales rutas provocando faltantes de medicamentos en las ciudades
principales que costaron la vida de compatriotas.
Un
papa terrenal
Si
se sostienen ideales, cuesta con dureza reconocer que a modo de espiral la
verdad de las cosas termina por caer en un centro de gravedad que no es otra
cosa que el dinero. Este párrafo sirve de introducción para lo que se desvela
ante los ojos como aquello que en definitiva es del interés de las mafias, a
fin de cuentas mencionar el poder en cualquiera de sus formas es una referencia
directa o indirecta al vil metal, allí, en ese lugar de sometimiento simbólico
siempre se llega sea uno verdulero o papa, Bergoglio, Francisco I no es la
excepción, a tal punto que aquel que detenta obsesivamente el poder a costa de
dolor de otros hace del peculio -sobre todo ajeno- el leitmotiv de la obra de
su vida. Los mafiosos de toda raza aman esta lógica y sienten que les da
sentido. El exmonje de la Compañía de Jesús Mom Debussy denunció a Bergoglio en
1990 por un faltante u$a 6.000.000 (seis millones de dolares) provenientes de
aportes y donaciones durante la gestión de este como administrador de esa
organización católica que no se registró en libros con la sobreentendida
evasión impositiva. Mom Debussy cayo en el engaño en el que inducen muchas
ordenes a sus seminaristas, el acto solemne del "voto de pobreza",
para acentuar la coherencia se espera que los bienes poseídos por los
discípulos provenientes de su vida mundana sean entregados en ofrenda, pueden
ser los que se originan en el esfuerzo del trabajo o bienes heredados; ésto es
lo que le sucedió a Debussy, con un pasado familiar holgado hereda de su abuelo
el equivalente a un departamento de tres ambientes en el selecto enclave de La
Recolecta en Buenos Aires, contado por él mismo: “Cuando murió mi abuelo, la
herencia se repartió entre mis dos hermanas y yo. Le entregué mi parte a
Bergoglio, en su despacho del Colegio Máximo, en billetes, y ni siquiera me dio
un recibo”, dice. Cuando se retiró de la Compañía supo por el provincial Zorzín
que tampoco lo registró en los libros contables de la Curia Provincial. Entre
1988 y 1989, Zorzín le devolvió 7300 dólares, en tres entregas. El retorno al
mundo real de Debussy estuvo plagado de privaciones quien tuvo que oficiar de
pintor, empleado, hasta llegar a hoy que vive en pareja y trabaja como
acompañante terapéutico.
Dice
en una nota que le hicieran al exnovicio: «En el momento de la dimisión debería
habersele restituido íntegro ese y cualquier otro dinero que hubiese sido
depositado en la cuenta. “De haberlo sabido y existido la cuenta y los fondos,
no hubiera esperado casi cuatro años para dimitir”, dice Mom Debussy ... Bergoglio
dejó una contabilidad “plagada de omisiones y ocultamientos de ingresos
(donaciones de particulares y aportes de la Curia General de la Compañía, de la
Iglesia alemana y del Estado Nacional destinados al sostenimiento de los
novicios y estudiantes jesuitas). Por auditorías internas y recolección de
datos entre donantes y aportantes, calculaban un faltante de casi seis millones
de dólares”.»
Unos
párrafos adelante, un tanto más desgarrador, Mom Debussy escribe que debió
soportar “opresión, falsedad y desprecio”. Su ingreso a la Compañía y su
ordenación sacerdotal fueron errores influenciados por “mi falta de libertad y
la opresión ‘paternal’ y ‘lavado de cerebro’ provocados con el consentimiento
de mi debilidad, confusión y temor a la soledad y el desprecio del p.
Bergoglio”, a quien “considero un demente en el mejor de los casos y una mala
persona en muchos otros”. Luego de dos años de alejamiento, en los que “he
podido conocerme mejor, sentirme un ser humano y un ser libre”, Mom Debussy
dice que “prefiero este mundo pecador, donde los corruptos no pasan por
virtuosos, o al menos, buscando fama, dinero y poder, no se camuflan detrás de
profesiones de pobreza ni proclaman la virtud suprema de la caridad, mientras
impunemente destruyen a otros seres humanos, tan hijos de Dios como ellos.
Fuera de la isla eclesiástica las cosas son llamadas por su nombre y finalmente
nadie engaña a nadie”.
Finaliza
la nota con una perla en una suerte de síntesis que describe al personaje
Francisco I: Cuando Ubaldo Calabresi sucedió como nuncio apostólico a Laghi, en
1981, Bergoglio lo llevó al Máximo y lo invitó a celebrar la misa en latín (en
flagrante actitud conservadora y excluyente). “Nadie entendió nada”, dice Mom
Debussy. Cuando su compañero Jorge Seibold fue designado Rector de Filosofía de
la sede San Miguel de la Universidad del Salvador, Bergoglio lo hizo
arrodillarse en la capilla del Máximo y decir el juramento contra el modernismo
que Pio X estableció en 1910 y que estaba en completo desuso. (El contenido de
ese juramento es muy similar a los cuestionamientos del cardenal Antonio
Caggiano al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo). “Bergoglio se
jactaba de haberlo obligado a ese juramento, y uno de sus libros de cabecera
era El Príncipe de Maquiavelo”, recuerda Mom Debussy.
Un
papa muy paternal
La
trama de impunidad, complicidad y silencios de la Iglesia con la dictadura no
es ninguna novedad, hace poco el propio genocida Videla daba cuenta de ello.
Bergoglio, Francisco I, tuvo que declarar como testigo por pedido del Tribunal
Oral y Federal por el plan sistemático de sustracción de bebés que eran
arrancados de sus madres en cautiverio las cuales sufrían largas sesiones de
tormentos propios del medioevo. Aunque utilizó la prerrogativa que le daba el beneficio
como alto cargo de la Iglesia de no hacerlo en los juzgados, lo que constituyó
un hecho agrio para la consciencia colectiva sobre el terrorismo de estado. Fue
convocado y declaró por escrito en la sede de la curia capitalina en calidad de
testigo a partir del testimonio de Estela de la Cuadra, hija de una de las
fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, quien además sigue buscando a su
sobrina, Ana. Francisco I estaba al tanto, cuenta Estela, quien lo había
entrevistado para que intercediese en la búsqueda de su sobrina nacida en un
centro clandestino de detención. Por escrito y desde un despacho eclesiástico,
el entonces cardenal huyo así una vez más de la justicia. Los archivos
desclasificados complican e implican al actual papa relacionándolo con el
secuestro de sus discípulos jesuitas. Existe una constelación de hechos
relacionados a Bergoglio y su oscuro pasado y presente, como la desaparición de
siete catequistas militantes de la Juventud Peronista, entre los cuales había
dos embarazadas que pasaron por el emblema de la tortura, la ESMA.
Moraleja
Si
queréis llegar a papa y ostentar poder sin haber arriesgado un céntimo, pues ya
sabéis hijos mios que tenéis que hacer.
Referencias:
http://www.pagina12.com.ar/diario/u...
http://www.desaparecidos.org/arg/co...
http://www.pagina12.com.ar/diario/e...
http://tiempo.infonews.com/notas/re...
http://www.pagina12.com.ar/diario/e...
Fuente:
http://pachakutiq.com.ar/noticias.p...