Paro de cafeteros |
Juan Carlos Domínguez y Rolando Lozano
Redacción de Economía y Negocios
Redacción de Economía y Negocios
En el último mes, protestas de gremios y otras organizaciones lo obligaron a neutralizar intentonas de paro en los sectores siderúrgico, arrocero y maicero.
La economía colombiana está padeciendo por la revaluación del
peso frente al dólar y la debilidad de las exportaciones y el mercado interno.
El año pasado, la producción industrial no creció y las ventas
apenas subieron 0,3 por ciento. Además, solo 19 de los 48 subsectores
económicos aumentaron respecto al 2011.
No obstante, el PIB cafetero tuvo una leve recuperación luego de
cuatro años de caídas, mientras que el del sector agropecuario registró un
crecimiento promedio del 3,5 por ciento, con un importante aporte de la
ganadería.
Este contexto ha servido de caldo de cultivo para protestas en
diferentes sectores y el Gobierno se ha tenido que emplear a fondo para
neutralizar intentonas de paro en sectores co mo el siderúrgico, arrocero,
maicero y algodonero. Y para ello, ha recurrido a todo tipo de mecanismos,
entre ellos, los subsidios.
Ese instrumento fue determinante para levantar el paro cafetero,
donde la negociación con la cúpula de la Federación resultó insuficiente para
desactivar la protesta, a la que terminaron sumándose los cacaoteros de
Santander y Huila.
Con los arroceros La semana pasada, el Gobierno apagó otro
conato de ‘incendio’ con los arroceros, dándoles algunas concesiones, mientras
que el viernes los algodoneros y maiceros de Córdoba le presentaron, durante 8
horas, su ‘memorial de agravios’ al ministro de Agricultura, Juan Camilo
Restrepo, quien viajó a varias ciudades con el fin de apaciguar los ánimos de
otros renglones productivos.
El sector lechero también expresó su malestar por la próxima
puesta en marcha del TLC con Europa y por las importaciones masivas de leche en
polvo y lactosueros con aranceles reducidos. Igualmente, en la industria se
presentaron reclamos y marchas de los trabajadores de las siderúrgicas de
Boyacá, cuyos puestos de trabajo, dicen, están en peligro por las importaciones
y el ingreso de aceros a bajo costo.
En efecto, unos 1.000 empleados se tomaron el lunes pasado el
Puente de Boyacá y bloquearon por varias horas la vía hacia Bogotá, pedir
medidas antidumping , control de contrabando y reversar los TLC con Turquía
(cuyas negociaciones están suspendidas) y Corea.
Por otra parte, los camioneros protestaron hace 15 días en
varios puntos del país por el costos de los combustibles y la sobreoferta de
vehículos, que terminan por aplanar las tarifas de la carga, en desmedro de sus
ingresos. Los precios del diésel se congelaron.
Además, este mes entró en vigencia el sobrearancel de 5 dólares
por kilo de confecciones y por cada par de zapatos originarios de países con
los cuales Colombia no tiene TLC, con el fin de proteger estos sectores, medida
que fue rechazada por Fenalco (el gremio de los comerciantes) y empresarios
como Arturo Calle.