Reagan y el Papa Juan Pablo II dando forma a un futuro de espanto |
Por Alberto Pinzón Sánchez
La iglesia católica dirigida por la curia
terrenal del Poder del Estado Vaticano, acaba de nombrar, este 13
de marzo del 2013, en un cónclave secreto (como gran parte de sus actuaciones
terrenales) un nuevo Papa, Francisco I, con el fin de dar continuidad al último
pacto del Poder global, sellado en junio de 1982, entre el Papa polaco Juan
Pablo II y el presidente de EEUU R. Reagan, y con el cual se le dio inicio a la
ofensiva neoliberal a nivel mundial.
No habíamos opinado, ni mucho ni poco,
sobre la renuncia “sorpresiva” del antecesor Benedicto XVI, por respeto a las creencias de innumerables
católicos, especialmente de Colombia, país que ha sufrido como ninguno otro los
estragos de una Iglesia “terrenal” unida íntima y profundamente , a todo lo largo de
su 500 años historia occidental y cristiana con el Poder de la clase dominante
colombiana; en un catolicismo sectario,
político y conservador, bendecidor de las armas oficiales y motor ideológico de
la mayoría de las 11 guerras civiles que desde 1830 hasta 2013 ha tenido Colombia. Y para dar fe de ello, nos basta citar entre los múltiples
ejemplos históricos de este contubernio del Poder terrenal; la sangre fértil del sacerdote Camilo Torres
Restrepo, derramada impunemente el 15 de febrero de 1966, en patio-cemento y luego, su cadáver secuestrado para la
eternidad, por su asesino legal el general Valencia Tovar.
Parte del acuerdo global USA-Vaticano de 1982,
además de la imposición en Rusia del borracho neoliberal Yeltsin sobre el
social demócrata Gorbachov, incluía el freno a la Teología de la Liberación de
rápida y creciente expansión entre las
masas empobrecidas de América Latina, y
fue precisamente Benedicto XVI, como parte de ese Poder global, quien dos años
después (1984) bajo órdenes directas de
Juan Pablo II y como jefe de la “Congregación
para la Doctrina de la Fe” ( donde también oficiaban conocidos cardenales
colombianos) condenó para callar con once meses de “exilio verbal” al franciscano y teólogo brasileño y latinoamericanista Leonardo Boff, propugnador
de la Teología de la Liberación.
Y aunque la Iglesia católica tiene 200
años de atraso intelectual, no pudo evitar ser parte integral de la Crisis Civilizatoria actual, cada día más
profunda y al parecer insuperable e irreversible, la que finalmente también llegó
con todos sus efectos arrasadores al Estado Vaticano, a través de la quiebra del capital financiero invertido en el sistema
global financiero por el Banco Vaticano.
Aclaramos. No fueron, solamente, como pretendió hacérnoslo creer la propaganda oficial, los escándalos masivos
y mundiales de la pederastía (“curas cacorros” decimos en Colombia) o la guerra
irracional contra los molinos de viento, del condón contra el VIH, la píldora anticonceptiva,
el aborto terapéutico, la homofobia y las parejas del mismo sexo, o el silencio
del “nacional catolicismo” frente a los
actuales 5 millones de desempleados
españoles, la terrible crisis social en
Italia, Portugal o Grecia , países con alto número de creyentes cristianos abandonados
a su suerte; sino la sorda y sórdida
lucha intestina en los lujosos aposentos del palacio papal, generada por el
escándalo del banco Vaticano, lo que presionó
el abandono abrupto de Benedicto XVI del Poder Vaticano y su reemplazo acelerado por otro miembro
“confiable” de la curia católica,
particularmente la italiana, para que se le diera continuidad al pacto
neoliberal de Jun Pablo II y Reagan, un poco más remozado
Nadie mejor que un argentino bilingüe de
origen italiano, es decir, un italiano de habla española, jesuita y con esta
maravillosa hoja de servicios burocráticos: “…Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, el papa Juan Pablo II
lo creó cardenal con el titulus de San Roberto Belarmino. Y como cardenal, formó parte de la Comisión para América
Latina, la Congregación para el Clero, el Pontificio Consejo para la Familia,
la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el
Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación
para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica”..
De manera que no hay que buscar sus
motivaciones político-religiosas, en su militancia juvenil en la Guardia de
Hierro peronista, o en su poco clara vinculación con la dictadura argentina de
Videla y Masera, sino talvez, en toda su formación teológica jesuítica, donde se
encuentran sus compromisos para continuar
y profundizar el rumbo regresivo impuesto a la iglesia católica por Juan Pablo
II, esta vez, compitiéndole a Maradona el titulo de sumo pontífice del futbol.
Pero como decimos en Colombia, “por el desayuno se
sabe cómo será el almuerzo”. Sin embargo, es prematuro hacer pronósticos de lo
que debemos esperar los colombianos del nuevo Papa, quien para aumentar la confusión, o talvez como prognosis, tomó el nombre del
reaccionario y absolutista emperador Francisco I…de Austria (1804-1835) recordado
por su mano derecha Metternich; De todas
formas, hacemos votos por la modernización
de la iglesia católica en Colombia, su secularización definitiva, su
alejamiento del Poder terrenal , político e inquisitorial del procurador
Ordoñez, y por un real afianzamiento del apoyo al proceso de paz de la Habana con el que se pretende finalizar el histórico conflicto social y
armado colombiano. No creo sea demasiado. Tampoco una impertinencia atea.
Fuente imagen: Comayala.es