Nicolás Maduro continúa el legado de Chávez |
Horacio Duque.
Los merecidos y
grandiosos homenajes al desaparecido Presidente de Venezuela, Hugo Chávez,
ponen de presente varias elementos en la vida pública de la civilización
bolivariana. Su liderazgo, su obra revolucionaria principal y la proyección de
una forma avanzada de sociedad sustentada en la igualdad y la solidaridad entre
los seres humanos.
Más que un caudillo
egocéntrico y caprichoso, populista y demagogo, según el estereotipo difundido
por sus enemigos burgueses e imperialistas, Chávez sobresale por sus excelsas
condiciones de un lider superior y paradigmatico. Es el líder que con tanta
maestría describe Emerson en su obra literaria cuando aborda la condición
especial de algunos seres humanos que logran reunir en su personalidad las
mejores virtudes de una comunidad humana. Chávez, la virtud cívica, a la manera
como Maquiavelo la destaca en su reflexión política repúblicana en la alborada
de la democracia moderna.
Jamas pudieron, ni
podrán, sus enemigos degradar su grandeza universal y su extraordinario carisma,
lleno de energía sagrada que servía de potencia a su pueblo para dar ejemplo de
audacia e imaginación.
Su obra principal está a
la vista. Me refiero al sujeto socialista bolivariano y a su equipo de
conductores colectivos en perfecta armonía para profundizar las conquistas
sociales, políticas, económicas, culturales, ambientales e internacionales.
Chávez dejó en muy buenas
manos su patria. La jefatura de Nicolas Maduro y su candidatura presidencial
ocurre en la sinergia de una sociedad que da ejemplo en su democracia,
justicia, solidaridad y dignidad. Nada de faccionalismos o rivalidades
intestinas alimentadas por el individualismo y las ambiciones oscuras de
camarillas podridas.
Chávez nos regresó al
mundo de la utopía socialista. Nos reencontró con la historia y su potencia. El
fin de la historia derivó en quimera porque la esencia bolivariana proyectó la
trascendencia de la raza humana y la comunalidad de su asociación, en contravía
de la fantasía individualista liberal y neo que nos han impuesto desde el poder
de las multinacionales y los imperios.
Socialismo del Siglo XXI
es la poderosa metáfora de la subjetividad popular constituida por la obra de
Chávez, que guía a millones de seres humanos en la pluralidad de la
civilización humana. ¿O qué otra cosa significa la multitudinaria presencia de
dirigentes de todo el orbe que se acercaron hasta su féretro para expresar su
cariño y afecto y el de sus pueblos?.
Socialismo del Siglo XXI
es la bandera de Nicolas Maduro para profundizar los derechos del nuevo
ciudadano. Su triunfo está cantado, al igual que la segura derrota de su
retrogrado adversario.
Socialismo del Siglo XXI
es la esperanza de los pueblos que ven la luz al final del oscuro túnel
neoliberal.
Cucuta, 14 de marzo de
2013.